《 Doce 》

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♡  De alguna forma... siempre estuvo para ti.






_________________ tiritó, sus manos y pies se habían helado de un momento a otro.

Vio algo que no debía.

Pasó las últimas dos horas de su vida observando atentamente el Instagram de Natsuo.

Le había mandado un mensaje por WhatsApp y él seguía sin responderle, sin embargo podía ver claramente el punto verde junto a su fotografía. Natsuo la ignoraba pero estaba conectado en Instagram.

No era tonta, él pasaba al menos tres horas en la aplicación, observó también que era la primera cosa que abría al levantarse y cortaba las conversaciones que mantenían para buscar algo aquí.

Natsuo conversaba con alguien por Instagram.

Durante el lapso de tiempo en que el tercer hijo de Endeavor anunció que nunca se casarían, _________________ tuvo una serie de relaciones fallidas. Siempre terminaba igual, siempre encontraban a alguien mejor. Igual que Natsuo siempre decía cuando eran niños, nadie podía quererla.

Dolida, deslizó su índice por la pantalla. Si él hablaba con alguien debería seguirla.

Natsuo seguía a más de dos mil personas, y dedicó casi toda su tarde a encontrarla.

La mayoría de personas eran atletas famosos o grupos musicales, cualquier persona que tuviera aquel pequeño icono azul quedaba descartada. Su familia también quedaba descartada, era curiosa la forma en que Natsuo no seguía la cuenta de su padre.

No se consideraba una stalker, era más una... mujer precavida.

Descartados también sus amigos, los conocía a todos y no tenía sospecha de que alguno tuviera interés en él, o almenos nadie de ese circulo causaba que las alarmas de su cerebro se encendieran.

Había revisado más de la mitad de cuentas que Natsuo seguía, ya estaba desesperada, aferrándose a sus sábanas y apretando la almohada al no encontrar nada.

Aquella voz en su cabeza la alentaba, exclamando que quizás era demasiado paranoica, quizá Natsuo solo entraba a la aplicación para contactarse con sus profesores o buscaba información de la Universidad a la que quería ingresar. Esa voz la calmaba parcialmente aquel revoltijo de inseguridades en su estómago.

Lo dejó ahí por un momento, parecía que no hallaría nada y debía descansar un poco.

Miles de ideas cruzaron por su mente, necesitaba saber con quién hablaba Natsuo.

¿Podría pagarle a alguien para que robara su celular y así ver qué escondía? ¿O quizás contratar a algún hacker para que entrara a su cuenta?

Movió su cabeza para alejar aquellas opciones, debía confiar en Natsuo, él había puesto un poco de empeño en mejorar su relación, incluso mantuvieron una llamada de dos horas hace algunos días, tenían muchas cosas en común, se había encargado de que así fuera.

A _________________ le gustaba todo lo que a Natsuo le gustaba.

Más tranquila, decidió dar fin a aquella búsqueda, debían ser paranoias.

Cuando estuvo por levantarse su celular casi cae, logró alcanzarlo por poco. Su corazón casi se detuvo, suspiró, no quería pagar un técnico a estas alturas. Observó la pantalla para verificar que no hubiera hecho algún rayón con sus uñas.

Frunció sus labios, viendo la lista de personas que seguían a Natsuo.

La primera cuenta era la de esa mujer.

[ Shigaraki Boyfriend Goals ] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora