Día 4

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Temática: Intimidad.

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"Amo el color de tus ojos", lance aquel pensamiento aún adormilado hacia la mente de Erik, seguramente había soñado con él.

"Gracias, aunque tus ojos son aún más hermosos", escuche su propia voz dentro de mi mente.

Con los ojos aún firmemente cerrados me estire todo lo que pude en la cama, intentando alcanzarlo, aunque gracias a las dimensiones de nuestro lecho, aquello me fue imposible.

¿Cómo es que habíamos terminado durmiendo en los extremos de la cama?, si recuerdo perfectamente quedarme dormido entre sus brazos.

Es un misterio.

"Charles", le escuche en mi cabeza.

-Hmm...- respondí medio despierto.

"Estás buscando del lado equivocado de la cama", finalizó e inmediatamente lo escuche reír.

Entonces me incorpore, abriendo los ojos al mismo tiempo.

Era cierto.

Erik estaba detrás mío, con su rostro posado sobre la palma derecha de su mano, y una sonrisa en sus labios.

-Hmmm...- me queje nuevamente, frunciendo el ceño.

"Ven aquí", dijo nuevamente en un pensamiento y extendió ambos brazos en mi dirección.

No lo pensé ni por un momento y me acomodé lo más rápido que pude entre sus brazos, justo como la noche anterior.

"¿Qué haces despierto tan temprano?", pregunté mentalmente.

"Te veía dormir", respondió.

"Eso es aterrador, Erik", a lo cual el solamente comenzó a reír, al igual que yo.

"Amo el color de tu cabello", mencionó sin hablar, y acercó su rostro hasta hundirlo de lleno en las hebras castañas del mismo.

Únicamente escuchaba y sentía lo que quería demostrarme.

"Eres una persona brillante, amable y eres demasiado atractivo para tu propio bien", aquello me hizo reír.

-¿De que se trata todo esto?.- pregunte en voz alta.

-Solo digo lo que se.- dijo encogiéndose de hombros.

"El color de tu piel también es precioso, y todas esas pecas que tienes en todos lados te hacen lucir adorable", volvió a comentar.

En ese punto ya podía sentir el calor acumulándose en mis mejillas, no era propio de Erik hacer ese tipo de comentarios porque si.

"Eres un hombre maravilloso, y tu mutación es magnífica", dijo depositando un beso en mi cabello.

"Detente o voy a comenzar a creer que lo que dices es cierto", dije en respuesta.

"Pero si todo eso ya lo sabías", dijo.

"Claro que lo se, pero estás haciendo crecer mi ego, así que es mejor que te detengas", devolví mientras me incorporaba y le regalaba una sonrisa maliciosa.

"Bien", dijo y comenzó a besarme.

Paseando sus manos por mi espalda desnuda y arrancándome un par de gemidos.

"Es mi turno entonces", le dije a Erik mientras continuábamos.

Él dejó escapar una ligera risa antes de continuar besándome. 

"Eres un hombre espléndido, con una magnífica habilidad de crear caos y destrucción según lo desees", Erik me interrumpió.

"Que amable eres, Charles", dijo sarcástico.

"Gracias", dije y luego continué "aunque sabes que no soy admirador del caos y destrucción me sorprende que tengas ideas tan creativas en tu mente, que seas amable, y busques lo mejor para los mutantes y aunque tu sentido de la justicia es un poco retorcido, tu valentía es admirable", dije alejándome de Erik y por lo tanto rompiendo el beso.

Lo vi sonreírme por aquel comentario.

"Somos un par de ególatras, desquiciados... pero también nos amamos, así que supongo que está bien", mencionó Erik.

"Supongo que tienes razón", dije devolviéndole la sonrisa.

"Vamos a dormir un rato más", dije intentando ahogar un bostezo.

-No lo creo, mejor voy a mostrarte que tan creativo puedo ser.- dijo levantando la sabana que nos cubría y desapareciendo debajo de ella.

Los gemidos que solté a continuación eran la más clara señal de que ya no volveríamos a dormir.

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¡Gracias por leer!

Cherik Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora