Día 6

441 43 2
                                    

Temática: Familia UA

********

Su ruidosa alarma lo sacó de su aquel sueño tan placentero que había podido conservar durante toda la noche.

Estirando su brazo izquierdo logró apagar aquel aparato del demonio.

Dormitó por algunos segundos, y luego se estiró sobre la cama, como un gato.

-No quiero levantarme.- dijo con voz ronca.

-Tienes que levantarte, o llegarás tarde, tú y los niños.- dijo una voz a su costado.

-Ya lo se, pero aún así, no quiero levantarme.- contestó, abrazando por la cintura al dueño de la voz que lo alentó a dejar su lecho.

-Erik, los niños no pueden llegar tarde otra vez, y tú tampoco, así que levanta tu trasero de aquí y apúrate.- sonó malhumorado.

-Qué romántico eres, Charles.- se burló en otro.

-Lo que digas.- respondió Charles zafándose del apretado abrazo en el que lo tenía cautivo su esposo.

El castaño abandonó la cama, dirigiéndose al cuarto de sus dos pequeños, Wanda y Peter.

Al abrir la puerta, ambos niños intentaron simular aun que dormían, y hubiera sido creíble de no ser porque Peter comenzó a hacer ruidos extraños, asemejando ronquidos, los cuales provocaron que la pequeña Wanda tuviera un ataque de risa.

Charles les sonrió desde el marco de la puerta, para después comenzar a reír al igual que aquella niña pelirroja.

-Es hora de levantarse, niños.- dijo entrando de lleno a la habitación.

-Pero papá no ha venido a despertarnos, ¿está enfermo?.- preguntó Peter, saliendo de debajo de las sábanas.

-No, pero al igual que ustedes el día de hoy tiene problemas para levantarse, ¿por qué no van a sacarlo de la cama?.- sugirió de forma inocente, sabiendo que aquellos niños se convertían en seres malignos cuando se lo proponían.

-Siiiiii.- gritó Wanda saliendo de la cama de un salto, seguida de su hermano.

Charles comenzó a reír cuando escuchó a Erik gritándoles que se detuvieran.

Bajo a la cocina, sirvió un poco de café para Erik, dos vasos con leche para los niños y preparó un té para él, cortando algunos trozos de fruta para todos y poniéndolos en platos sobre el comedor.

Mientras esperaba que bajaran de una vez.

Erik se encargaba de vestirlos por las mañanas cuando tenían escuela, y siempre había sido un reto, con el cual no pensaba ayudarle, por lo menos no el día de hoy cuando el mismo Erik estaba tan reacio a levantarse como sus propios hijos.

Quince minutos más tarde, Peter bajaba las escaleras con un zapato puesto y otro en su mano, tan rápido que Charles temió que fuera a caerse y se levantó apresurado de la mesa en su dirección.

-Te he dicho que no corras en las escaleras, podrías lastimarte.- dijo Charles cargándolo y depositándolo sobre una de las múltiples sillas del comedor.

Tomando su zapato y colocándoselo correctamente, y asegurándose de que el otro se encontrará bien amarrado.

-Es que me gusta mucho correr, papi.- respondió acomodándose en la silla donde estaba sentado.

-Lo se, pero no queremos que nadie en esta casa se lastime o, ¿si?.- preguntó volviendo a tomar su lugar en la mesa, quedando al frente de Peter.

Cherik Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora