Parte 11

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Unos días después del accidente Clay decidió ir a hablar con el cura del pueblo para ir viendo los preparativos de la futura boda, sabía que estaba seguro de lo que hacía y también sabía que estaba enamorado de Ellen. Pensaba que cuánto antes estuvieran casados mejor y así no perderían la custodia de su hermana. El provecto quedó en que lo llamaría cuando tuviera la fecha exacta de ese día tan especial.

Una vez hablado con el pastor, envió varias invitaciones de boda a sus familiares más cercanos, ya fueran suyos o de Ellen. Pero a los que no avisó fue a los abuelos de su futura esposa, ya que habían causado bastante sufrimiento en ella; prohibieron el amor de su padre, solo le impusieron normas ,y nada de diversión. Ni siquiera tuvo el calor de su madre.¿ Hay algo peor ?- se cuestionó

Después decidió ir a hacer unas compras para sorprender a Ellen, compró ropa más adecuada para aquel clima y lo más importante que adquirió fue el vestido para la ceremonia próxima.

Al llegar a casa se encontró a su familia ya almorzando, pensaba que no se le había echo tan tarde. Ellen ni siquiera le dirigió la mirada y no encontraba ningún motivo para ello, así que esperó que todos terminaran de comer para enviarlos a sus respectivos cuartos, menos a ella claro. La cogió del brazo y la pegó a su pecho, de tal manera que ni una gota de brisa corría entre ellos.

- Se puede saber que es lo que te pasa, vengo con un regalo para ti y ni siquiera tienes las agallas de mirarme, ¡Mírame!- le pidió este

- ¿Qué querías que hiciera, que me lanzase a tus brazos nada más verte entrar porque intentas organizar nuestra boda tu solo?¿Eso querías?- dijo ella con cierto sarcasmo mientras sus ojos estaban lleno de furia.

- Pensé te alegraría- dijo él bajando la guardia

- ¿ El qué me alegraría ?, que me dijese karen que te vas por la mañana sin mi ha hablar con el cura y a elegirme mi propio vestido, pero solo porque es una boda falsa, no tengo derecho a elegir¿ no?, ah no espera es que te avergüenzas de tu propia mujer porque no pertenece a estas tierras.

- Te parece esto que me avergüence de mi mujer...- bajó las manos por su cintura, acortó más las distancias y olió su dulce aroma, la miró y vio sus mejillas sonrojadas, sus manos temblorosas. Al no oponerse siguió con su misión y la beso, la beso delicadamente para recordar después cada centímetro de sus labios y de su piel-¿ Cuántas veces te lo voy a tener que demostrar Ellen? me gustas y lo sabes.

-mañana me dejarás organizar los preparativos de la boda, no tengo nada más que decir- y aún sonrojada salió de la habitación dirigiendo una mirada fría para no verse aún más expuesta.

Obligados a casarse (Acabada)(1ªparte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora