Capítulo 1 #Mael#

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Capítulo 1

❧ MAEL☙

La noche cayó sobre la ciudad de los humanos dejando que todo se sumiera en una profunda soledad y un preocupante silencio. Ellos, los mortales, vivían ajenos a las criaturas del mundo mágico que habitábamos la tierra y que, en ocasiones, nos inmiscuíamos en sus asuntos.

Hacía, esa misma noche, dos años que había decidido, junto a mi hermano Niall, abandonar la manada para empezar una nueva vida. De todas formas... ¿Qué eran dos años en la vida de un ser inmortal? Me reí al pensar en la inmortalidad porque, en realidad, no era cierto. Siendo un licántropo había pocas formas de matarte y esa "inmortalidad" sólo hacía referencia a que no morías de forma natural.

– ¿Ves algo? –Niall llegó hasta el tejado donde me encontraba observando la entrada de la discoteca "Patrium" para comprobar si había vampiros o brujos con malas intenciones. No era nuestra misión principal, ya que intentábamos acomodarnos a una vida normal, pero nunca nos venía mal desahogar nuestra adrenalina matando a algún ser sobrenatural que no respetase el equilibrio de nuestra existencia y la forma en la que vivíamos en la sombra.

–Un par de brujos. –Para mí era relativamente fácil ver a los brujos a distancia sin utilizar el olfato lobuno ya que también tenía una parte de hechicero corriendo por mis venas. Era lo que tenía que mi madre se fuera con un brujo maldito y me convirtiera en un bastardo de la clase baja de donde me había costado tanto salir con mi propio esfuerzo.

– ¿Y? –Niall me miró interrogante. Era mi hermanastro ya que él, si había sido fruto del matrimonio lobuno de mi madre con su legítimo esposo. Habíamos tardado tanto en aceptar que ninguno de los dos tenía, en realidad, la culpa de nuestra procedencia, que se nos hacía raro estar buscando un futuro en común. – ¿Crees que son una amenaza? –Yo mismo me estaba haciendo esa pregunta. Les había visto acercarse a los humanos, bailar con ellos e incluso intimar, pero no vi en ningún momento que realizasen un acto prohibido.

–No lo creo. –dije poco convencido. Tras salir casi todas las noches, habíamos descubierto que a los seres mágicos nos encantaba mezclarnos con los humanos. ¿Por qué? Quizá huíamos de la rutina y la firme jerarquía que teníamos con los nuestros. – ¿Vamos a divertirnos? –Asintió y nos bajamos al asfalto para aparentar ser normales.

Había pequeños placeres en la noche y las fiestas mortales. La atracción, bebidas, sustancias, juego...La gente, desde luego, sabía montárselo muy bien. De camino a Patrium que no era, ni de lejos, un sitio lujoso, me pregunté si no dejaban entrar ahí a cualquiera.

– ¡Ten cuidado tío! –Choqué con un chico joven que iba agarrado de la mano de su novia. Le dejé gritarme por dos razones. Me producía risa que un humano me amenazase de esa forma cuando podía matarlo con un brazo. Y, además, entendía que si esa chica le gustaba, tenía que hacerse el macho. En cuestión de amores se parecían más a los lobos de lo que seguramente pensaban.

–Va muy perjudicado. –aseguró Niall riéndose también cuando nos habíamos alejado varios metros. –Te has quedado muy pensativo. ¿No quieres entrar? –En mi mente se había formado una idea algo descabellada.

–Creo que debemos montar nuestro propio local de la noche. Uno de criaturas. –Durante toda la vida como hombres lobo guerreros en el clan habíamos tenido una asignación dineraria muy buena. Quizá era el momento de invertir. Me miró como si no entendiera pero con una sonrisa complaciente en el rostro. Se había sorprendido pero no parecía disgustarle la idea. –Podrían entrar humanos también claro, pero con unas reglas y con clase. No como aquí. –Señalé la puerta del Patrium.

–Lo que es cierto es que hemos visto en este tiempo muchos seres sobrenaturales en la noche de la gran ciudad. Sabemos que tienen más dinero para gastar que lo que derrochan en esos tugurios de mala muerte. ¿Monetizar los vicios? No parece mala idea. –Chocamos las manos sellando alguna clase de pacto que tendríamos que perfilar.

Empezamos a recorrer los locales conocidos y algunos de otras ciudades con la intención de elaborar una lista de las cosas que funcionaban y las que, sin lugar a dudas, tenían que ser más lujosas para gustar.

– ¿Sabes que tendremos que aceptar vampiros en el club? –Lo había pensado. La enemistad de hombres lobo y vampiros era milenaria pero, en realidad, habíamos aprendido a convivir cada uno con su espacio y sólo tener peleas puntuales con los miembros de cada comunidad que no respetaba los ámbitos acordados. No mostrarse a la sociedad, no matar y buscar formas de alimentarse, no utilizar a los humanos. El último punto era el que más conflicto producía pero podríamos controlarlo. Ellos tenían, como comunidad, un dineral para gastar en algo que considerasen lujoso y divertido al más estilo millonario derrochador.

–Eso aplícatelo tú que eres demasiado visceral. –Era cierto que yo controlaba mejor mi impulso natural e instintivo de pelea contra ellos, pero también lo era que consideraba que eso se debía a mi parte maldita, mi media mitad de hechicero. – ¿Se lo diremos a la manada cuando esté abierto por si quieren venir? –Esa duda me había asaltado desde el momento en el que habíamos empezado a hablar de ello.

Nosotros habíamos estado en la misma manada muchísimos años y, abandonarla, no fue más que una decisión tomada en frío tras sufrir una decepción amorosa fuerte. Owen, el jefe del clan, se había casado con Wendy, de la que creí por un tiempo estar enamorado debido a un embrujo. Después de eso, noté una conexión con una alfa llamada Ailish que, sin embargo, había estado tanto tiempo detrás de Owen, que ni me molesté en intentarlo. Lo consideré, simplemente, otro sentimiento erróneo que debía eliminar. Mi hermano, Niall, decidió venir conmigo, pero yo sabía que, aunque no lo hubiéramos hablado, lo hizo para huir de sus propios tormentos.

–Supongo que no nos costaría nada enviar una invitación. –Se encogió de hombros restándole importancia. – ¿Cómo llamaremos al local? –Sabía que teníamos que buscar el mejor club de toda la ciudad, pero el nombre, debía tener su propio gancho.

–La guarida del lobo. –Quizá era un buen nombre para que la gente supiera que, si bien aceptaríamos a todas las criaturas, el mando allí, era de dos lobos. 

EL SENTIMIENTO DEL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora