Capítulo 7 #Niall#

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Capítulo 7

❧Niall

La noche en el club prometía ser multitudinaria. Todas las entradas estaban agotadas y cada una de las salas vips, completas. Ailish bajó la escalera con un vestido dorado bastante provocador y, para mi humilde gusto, excesivo. Se acercó a mí sonriente balanceando su voluptuosa figura.

–Está esto a reventar. –dijo con un entusiasmo que me sorprendió. Su sonrisa decía que estaba contenta cuando yo, por lo poco que sabía de ella, no era muy partidaria de mezclar a las razas. Quizá había cambiado de opinión con el tiempo. No la conocía lo suficiente para saberlo. – ¿Cómo se os ocurrió la idea del local? –preguntó mirando allí y allá mientras saludaba a cada uno de los que entraba.

–Queríamos hacer algo diferente. –contesté escuetamente. Yo no era una persona precisamente abierta y me molestaban las conversaciones de cortesía.

–Pues lo habéis conseguido, desde luego. –Nunca había imaginado a Ailish como el agua de la fiesta, pero, sin duda, lo parecía.

–Niall. –Lesley apareció con rictus serio y un vestido exactamente igual que el de Ailish pero en color plateado. Hacía un contraste imposible de pasar por alto, incluso para alguien que no se fijaba en el look de la gente como yo, con su pelo rosa chillón. – ¿Podemos hablar?

–Es que nosotros ya estábamos hablando, querida. –respondió Ailish haciendo que me quisiese meter bajo tierra. Parecía, por un instante, que daba a entender algo que, por supuesto, no era. Nunca me había planteado nada más allá de una cordialidad con la alfa.

–Pero lo mío, sin saber de qué hablabais, seguro que es más importante. –dijo Lesley mirándome insistentemente. –Es urgente, Niall. –añadió haciendo que yo fuese, inmediatamente, detrás de ella.

Usé mis sentidos lobunos y, por el olfato, yo creía que, al menos de salud, ella estaba perfectamente. ¿Qué mosca le habría picado? La seguí tranquilo mientras algunos asistentes del local me daban palmaditas en la espalda al pasar a modo de felicitación por el buen ambiente del club. Íbamos directos al ascensor que llevaba al ala que compartíamos y me preocupé. ¿Tendría de verdad algo que decirme? ¿Le habría pasado algo con algún invitado? Metí la llave de seguridad en la cerradura del elevador y esperé impacientemente a que cerrasen las puertas.

– ¿Estás bien? –pregunté sin poder aguantarme en cuanto se cerraron aislando nuestras voces. – ¿Has tenido algún problema?

–Sí, claro que he tenido un problema. – ¿Cuál? Yo la veía enfadada pero no me constaba ningún altercado. – ¿Qué se supone que hace Ailish revoloteando alrededor de ti todo el día y toda la noche? – ¿Qué? ¿A qué venía eso? – ¿Se supone que tenéis algo y yo no me he enterado? Porque si es así deberías decírmelo... –No pude contestar de lo incrédulo que estaba. – ¿Estáis en un comienzo o algo así? ¿Un cortejo quizá?

–No. –respondí sinceramente porque no veía la necesidad de mentir pero, acto seguido, me llegó el impulso de hacer la pregunta del millón. – ¿Para eso hemos subido aquí Lesley? Me has preocupado absurdamente, como siempre. Además, ¿a ti qué más te da aunque así fuera? –Ella conseguía irritarme por todo y, aún así, no había sido capaz de quitarle la oportunidad de estar aquí para que no tuviera que elegir ya chicos posibles para casarse.

–No creo que sea buena para ti. –contestó girándose para ponerse agua. –Es mala persona y está aquí sólo por molestar a Owen. –añadió.

–Aunque así fuera. –Porque yo no era nadie para pensar que estuviera aquí por algo diferente a proteger los intereses de su manda. –Es algo temporal. Como es lo tuyo, Lesley. ¿Por qué de repente tu hermano quiere meterte en eso de buscar marido? –Aproveché para preguntarle lo que tanto me había venido a la cabeza desde que apareció. No me cuadraba para nada imaginarme a Lesley en una jaula, aunque esta pudiera ser de oro.

–Piensa que no maduro y que no puede protegerme toda la vida. –Se dejó caer en el sofá dándole en parte la razón a su hermano. Ella tendría un centenar, aparentaba veinticuatro físicamente, lo que era normal siendo una mujer lobo, pero mentalmente parecía también tener esa edad. –Yo no quiero estar sometida a la voluntad de nadie ni al bien de la manda. Pero no me va a dejar simplemente irme de allí a hacer otro estilo de vida como habéis hecho vosotros. Por eso quería entrar aquí. –Respiró hondo y me pregunté cómo alguien vestida tan extravagantemente segura podía parecer tan frágil de repente.

–Lesley...esto no puede ser tu plan definitivo porque Owen es mi amigo... –No quise que se sintiera mal pero su hermano había sido mi alfa durante años y habíamos llegado a ser buenos amigos en batalla.

–Lo sé, igualmente gracias por el tiempo que me estás dando. –Era la primera vez que me daba las gracias y consiguió, sorprendentemente, que se me erizase la piel.

–Hola chicos, os estáis perdiendo una noche increíble. –Ailish nos asustó a ambos entrando en el salón donde estábamos.

– ¿Por qué estás aquí? –preguntó Lesley levantándose de forma violenta y rápida. Me interpuse en medio sin entender qué mosca le había picado.

–Creía que llevábamos la gerencia a medias y hay invitados vips que preguntan por la estupenda chica de pelo rosa que les atendió al venderle las entradas. –contestó sin perder su amplia sonrisa.

Estaba siendo amable y coherente pero Lesley empezó a gruñir dispuesta a tirar de los pelos a Ailish. No pude detener a ninguna de las dos y se intentaron pegar. Me metí en el miedo llevándome más de un arañazo.

– ¡Basta! –grité sumamente enfadado. – ¿Qué estáis haciendo?

– ¿Yo? ¡Defenderme! –gritó Ailish. La miré observando que tenía algo de sangre en el cuello y los hombros además del vestido hecho girones.

–Lesley, ve a tu habitación. –La examiné de arriba abajo y estuve segura que sólo tenía el pelo alborotado. Era la ventaja de pegar primero.

–Niall pero... –empezó a decir ella con voz entrecortada.

– ¡Ahora Lesley! –dije con contundencia.

Se fue rápido y cerró de un portazo la puerta de su habitación. ¿Cómo tenía tanta paciencia Owen? Empezaba a entender por qué creía que era infantil.

– ¿Tienes algo para curarme? –preguntó mirándose los arañazos.

–Sí, claro. –Busqué en el baño y le llevé desinfectante, gasas esterilizadas y apósitos. –Cúrate y no hace falta que bajes por hoy.

Fui a bajar a la discoteca para ayudar a Mael. Todo se estaba complicando demasiado en aquel lugar que debía ser divertido y algo tranquilo de gestionar aunque mezclásemos razas.

–Niall... –Ailish me cogió del brazo sorprendiéndome. –Muchísimas gracias. –Sus manos tocaron mis hombros de una manera demasiado personal.

–De nada. –Me aparté sin entender su actitud y esperé hasta que se fue a su habitación.

Mientras me montaba en el ascensor pensé en Lesley. Se había portado de forma ilógica y agresiva, pero, aún así, quería ver si se encontraba bien. Fui a pasos rápidos y toqué pero al segundo, solo olfateando, supe que no estaba dentro. Abrí la puerta y sentí que el pánico me inundaba. Lesley se había escapado. 

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2020 ⏰

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