•~Olores~• |G!P| \Omegaverse/

°Capítulo 12: No Sonó°

Pov Jennie

Estuvimos unas 2 horas y media en la casa de Mina, riendo, haciendo retos, contando secretos, lo que todas las amigas harían, además de ser una buena forma para conocernos más o más bien yo a ellas y viceversa.

Era gracioso cuando Momo intentaba explicar o decir algo pero no se acordaba, ya que hacía un círculo con sus manos, uniendo sus dedos índice y pulgar de ambas manos formando la figura antes mencionada, aún no entendía cómo es que las chicas le entendían, pero entre risas y juegos lográbamos adivinar lo que tanto quería decir aquella japonesa.

Como había mencionado, pasó bastante tiempo por lo que las chicas tuvieron que irse a su casa, no digo que nosotras, ya que gracias a Momo me tenía que quedar con ella hasta que termine de jugar con Mina a la famosa "Ouija", algo interesada pregunté de qué consistía, a lo que la japonesa con lunares respondió.

-Verás, consiste en un tablero con el abecedario, en la esquina inferior izquierda dice un "sí", en la esquina contraria hay un "No", es para que espíritus tanto fantasma como demonios, entre otros, se comuniquen con nosotras, para eso necesitamos esta pequeña flecha con un círculo en medio para poder ver la letra que nos indica, obviamente hay diferentes tipos de tableros y así, pero este es el que tenemos -me mostró un tablero como el que me acaba de describir.

-Entonces... ¿Se mueve sola la flecha? -Mina afirmó ante mi pregunta por lo que asentí, entendiendo la mecánica del juego.

-Ummm... Minari, aquí dice que es recomendable jugar con... Con 4 personas mínimo y... -no pudo terminar de leer lo que decía en su celular debido a que la otra japonesa le quitó dicho objeto de la mano.

-Vamos Momo, no tengas miedo, además, no te creas todo lo que encuentras por ahí, capas y es mentira -contestó la de lunares en el rostro, restándole importancia a lo que había mencionado la japonesa con flequillo.

-Bueno, empiecen, quiero ver lo que pasa -dije emocionada, resibiendo a cambio una sonrisa por parte de la anfitriona y una de horror de mi compañera de apartamento.

-Bien, empecemos.

Pasó una media hora en la que estuvieron jugando, realmente me aburrí, no había aparecido ni movido nada, por lo que terminamos por rendirnos, a lo que Momo y yo nos fuimos al departamento de Mina.

Llegamos al lugar mencionado, hicimos nuestro aseo personal y de ahí fuimos a dormir, mañana nos esperaría un largo día.

Al despertar me senté en la cama, estirándome para quitarme de mi estado de somnolencia, al terminar de hacerlo di un último bostezo, seguido de eso voltee a ver el despertador que yacía sobre la mesita de noche, eran las... ¡¿Las 10?!, ¡oh no!, ya no llegamos a la preparatoria... ¿Por qué no sonó?, ¿se habrá descompuesto?.

Después de seguir lamentándome por no haber despertado a la hora correspondiente decidí que era hora de levantarme y ver si a Momo le había pasado lo mismo... Y efectivamente, aún estaba en su cama, dormida boca abajo acurrucada bajo las sábanas, se veía como un tierno mapache estando en su quinto sueño, pero como una pequeña venganza del almohadazo de la otra vez no pude resistirme a pagar con la misma moneda.

Me acerqué lentamente a ella y me incliné levemente sobre su oído.

-¡Momo, Dahyun está en la casa! -grité lo suficientemente fuerte como para que despertara, lo cual hizo sentándose de golpe en la cama, agitada, y con un rápido movimiento me hice a un lado para que no llegara a pegarme.

-¡¿Dahyun?!, ¿en dónde?, ¡No estoy vestida Kim!, ¡Entretenla mientras me cambio! -gritó alarmada corriendo de un lado a otro en la habitación, por lo que no pude evitar reír, sintiendo la mirada confundida de la japonesa.

-Es broma mapache, además, me lo debías por como me despertaste la otra vez -aclaré antes de recibir un ataque de mi amiga.

-¿Qué?, oh vamos, olvida eso Jen -habló, poniendo los ojos en blanco.

-Bueno, te tengo una noticia, el despertador no sonó y ya no podemos ir a la prepa -dije con una leve mueca, la verdad me gustaba ir a ese lugar, era entretenido cuando tenía a mis ahora amigas conmigo, todas eran graciosas, a su modo, pero lo eran.