Clamor de un huérfano (Elegía)

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¡Heme aquí,
oh Dios santo
y piadoso...!

Me presento
como tu hijo
al cual tu amaste
desde el principio...

Mi embrión vislumbró
tu mirada,
y mi corazón latió a mil
en el vientre de mi madre.

Cual Dios amoroso
me regalaste 2 padres,
los cuales me encaminaron
en tus sendas de justicia.

Más el tiempo pasó
cual soplido ligero del viento,
y hoy en día,
ya no los tengo a mi lado...

Llevarte a mi madre
a tu morada
significó un baldazo de agua fría
en mi espalda,

el cual transformó
la vida mía
hasta el punto de
nunca volver a ser igual...

Pues empecé
a buscarte de verdad,
como antes hacerlo debía,
y a amarte cual Padre celestial.

Más me quedaba aún un padre,
Juan Pedro,
mi padre terrenal,
el cual tras partir mi madre,
recayó en una dura enfermedad,
llevado, tal vez, por la pena
y la soledad.

Así,
ambos pasamos
a acompañarnos mutuamente,

Yo siendo su menor hijo,
y el siendo mi referente.

Aunque anciano,
supo enseñarme
valiosas lecciones
respecto a la vida y el amor,
que aún llevo en la mente.

Más decidiste llevartelo a él
también contigo...
Y así, sin querer,
hacer que perdiera mi papel de hijo...

¿Pero quién soy yo
para cuestionarte,
Dios bendito,
si tu eres el Supremo Creador
del universo infinito?

De lo más profundo de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora