2

2.7K 227 27
                                    

· 2 ·


Me removí en la comodidad de la silla que se me había ofrecido para estar mientras que la entrevista por la que tantos periodistas, con trayectorias largas, cortas, admirables y otras no tanto, se habían disputado por hacerme. A pesar de que se me había recibido con amabilidad y no lograba encontrar algo o alguien que pudiera ponerme a peligrar, después de tanto vivido, la tranquilidad y confianza ya no eran cosas que reinaran en mí.

Gladys, la entrevistadora, bebió un sorbo de agua desde el pequeño vaso blanco que, en mi caso y debido a los nervios, era el material que estaba utilizando para estrujar entre mis manos.

-Continuemos.-Murmuró ella pasando las hojas de la libreta en la que tenía preparado su interrogatorio, o si querían que sonase bonito y romantizar el término, preguntas para su entrevista.-¿Qué fue lo que una reina de belleza y modelo como tú, con tan escaso conocimiento en ese negocio que en cierta forma se convierte en tu mundo, porque por, para y de eso vives, tan oscuro, tan peligroso y del que se sabe perfectamente que las pocas mujeres que han tenido la valentía de entrarle, no han acabado bien, hizo para sobrevivir, al menos, las primeras horas en libertad?

-Yo no le llamaría libertad.-Pasé mi lengua por mis labios intentando hidratarlos, un asistente me alcanzó un vaso con agua al cual le agradecí y llevé el material frío del recipiente a mi boca.-Después de ese día no volví a tener libertad nunca más. Nada en mi vida volvió a ser lo mismo.-Me tomé los segundos que consideré necesarios para no olvidarme nada, para relatar con detalles cómo había sobrevivido y había logrado perder todos los miedos que estar en prisión por tantos meses me había traído.

Fueron demasiadas las hora que tuvimos que hacer arriba de un avión privado para llegar a nuestro nuevo hogar, miles de kilómetros eran los que me separaban ahora de mis raíces y los que tuve que pilotar arriba de la bestia metálica para poder estar a salvo después de mucho tiempo, con un poco de tranquilidad para poder bajar la guardia y reencontrarme con las personas que fueron mi motivo para seguir adelante.

Yanetk, además de ser la encargada de los tratos con socios de América que tenía el negocio que por generaciones había mantenido su familia, fue una empresaria que en algún momento estuvo casada, desconocía los motivos que realmente la habían convertido en esa mujer de mirada vacía y opaca, con esa alma despiadada y sedienta de algo tan pobre de espíritu y bajo como lo es la venganza.
Pero cuando conocí su ambiente, su familia, supe que había algo que escondían, una pieza faltaba pero algo compartían, la tristeza y vacío que ni siquiera por ser la familia más poderosa y adinerada de Europa, podían llenar.

Fue ese mismo vacío el que movió y motivó a los integrantes de aquella red delictiva a unirse, invertir y planificar más planes de los que alguna vez hubiese podido lograr a hacer estando sola, todos con el mismo fin, atentar contra dos personas que al parecer no sólo a mí me habían hecho daño.

-Cuanto te refieres a dos personas...

-Hablo De Iván Archivaldo y Ovidio Guzmán.-Asentí sin inmutarme por su mirada penetrante, analizando cada uno de mis movimientos, de mis facciones para luego plasmarlas en su informe.

-¿En qué momento Emma Coronel y Jesús Alfredo Guzmán comenzaron a ser objetivo de esa red delictiva a la cual Yanetk Volkova pertenecía?-Volví a moverme en la silla y con la misma seriedad que abordé las preguntas anteriores, respondí ésta.

-Meses después...

Dos meses después de haberme establecido en París-en un pequeño departamento donde a pesar de ser precario, las vistas enamoraban en cada atardecer y amanecer al parecer que los rayos del sol que se escondía o nacía, acariciaban el final de la famosa estructura de La Torre Eiffel-conocí a otra persona. Rubén, enemigo e hijo del enemigo principal del Cártel de Ovidio. Por mucho tiempo, teniendo su compañía a mi lado con la excusa de que tras asociarme a él debíamos estar juntos para así funcionar mejor en nuestros planes, me dediqué a darle el amor que por meses no pude entregarle al niño al cual alguna vez le había prometido ser su madre, mientras que paralelamente me esforzaba por cumplir los objetivos por los cuales había salido de aquel pozo en el que se me había enviado y al que yo también, sola y sin ninguna obligación, había preparado el camino. Por meses estuve enfocada a darle todo lo que un bebé debe recibir para crecer saludable, fuerte y feliz, tan enfocada que si Yanetk no abría mis ojos, jamás me hubiese percatado de sus otras intenciones, de su otra forma de verme.

Señorita Pólvora 2 ||Ovidio Guzmán||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora