Prólogo

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Un mundo muy parecido al nuestro en nuestra época medieval, con la pequeña gran diferencia de que en este mundo existe la magia y aquellos que logran controlarla.

Esta es la historia de un hombre que sueña con una cosa más que nada, libertad para él y todas las personas. En un mundo gobernado sólo por monarquías, la libertad de los pueblos era una idea que ni siquiera pasaba por las mentes de la gente, pero para nuestro protagonista era su más grande ideal.

Nacido en una familia de nobles, el pequeño Arthur mostró ser un genio en el uso de la magia, con una reserva de magia bastante por encima del promedio, pero en el mundo había varios individuos que lo superaban en estos aspectos.

Creció como cualquier hijo de noble, siendo consentido y cuidado por el estatus de su familia. Lo que lo salvaba de ser un completo idiota con las demás personas era ver a su padre, quien era de los pocos nobles en su país, que trataba a sus subordinados con un poco de respecto.

Por supuesto creció creyendo que no había nada de malo con los estratos sociales de su sociedad, porque claro, si alguien vive sin ninguna carencia y con una tranquilidad asegurada por el estatus y patrimonio de su familia, es de esperar que un niño así piense que esa vida está bien.

A la edad de diez años, acompañando a sus padres a una reunión en la casa de otro de los nobles de su país, pudo ver por primera vez una probada de la crueldad humana y el sufrimiento de los que no pertenecían a su estatus.

Al llegar pudo ver como las siervas eran maltratadas sin que a nadie le pareciera extraño, esto no habría sido alarmante para él si no hubiera sido criado en una casa donde a los sirvientes se les daba un mínimo de respeto.

A raíz de esta experiencia, el pequeño empezó a tomar atención a lo que pasaba a su alrededor. Empezó a darse cuenta de que las personas que le servían a los nobles no eran felices, no sonreían, mantenían la cabeza abajo y no se atrevían a hablar de más.

Poco después empezó a cuestionarse su situación y preguntarse si lo que estaba pasando estaba bien.

Cuando cumplió quince años, ya se había escapado varias veces de su casa, para ver con sus propios ojos la situación de los ciudadanos comunes. Pudo ver hambre y miseria en los más pobres. Y no tardó en darse cuenta de que la razón era la injusta cantidad de impuestos que debían pagar, dejándolos con apenas algo para comer y muchas veces ni eso.

Entonces decidió marcharse del seno protector de su familia y estatus, emprendiendo un viaje para aprender más sobre el mundo y no quedarse atrapado en la vacía vida que llevaba.

Al principio le fue muy difícil, como era de esperarse. Pasar de una vida de opulencia a la vida de un viajero le presentó muchos retos, como ver por un lugar para dormir, conseguir alimento.

De ese modo pudo ver como la misma situación se repetía una y otra vez en distintos lugares. Los nobles y miembros de la realeza se dedicaban a despilfarrar todo lo que se recaudaba con los impuestos leoninos que cobraban a los habitantes de sus respectivas tierras.

A lo largo de ese viaje expandió mucho su percepción del mundo, entendió que en realidad no había libertad para los que nacen pobres. Que no pueden disfrutar el resultado de su trabajo, que no pueden expresar lo que piensan.

Aprovechó su travesía para aprender múltiples cosas, entrenó con muchos maestros en el arte de la magia, dominó varios tipos de magia que no le habrían enseñado si se hubiera quedado en el mismo lugar, incluso dominó artes marciales. Todo esto porque estaba maquinando una idea que parecía imposible.

Con veinte años cumplidos y un entrenamiento e instrucción de cinco años, empezó a moverse para poder cumplir su sueño que parecía ridícula e imposible.

Soñaba con que las personas pudieran vivir sin tener que agachar la cabeza ante nadie, que no tengan que morir de hambre, que no tengan que vivir sus vidas sumidos en desesperación y miedo. Y para esto por supuesto que se debe empezar desde algo pequeño, pero para nuestro amigo Arthur, ese pequeño paso sería formar un país donde reine la libertad.

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