Dylan
Harold tenía más de una hora gritándome en español por toda la casa mientras mi madre lloraba en el sofá absorbiendo su nariz con un pañuelo.
Yo ya había perdido la cuenta de cuántas veces se había trabado al hablar.
No podía recordar cuántas veces se había repetido esta escena frente a mí, en este mismo lugar, y sentado de la misma manera. Pero siempre por un motivo diferente.
Sin embargo, esta vez era completamente diferente.Mi padre ya iba por la cuarta vuelta para decirme lo irresponsable que era por todos los actos que cometía. Aun no decidía si podia aguantar una vuelta mas de sus gritos o los sacaba de su error ahora mismo.
La verdad es que la única razón por la que seguía aquí era por la esperanza de que la chica que estaba tirada en mi cama escuchara los gritos y lo tomara de señal para que hiciera su salida por la puerta trasera.
En parte entendía la molestia de mis padres, habían regresado de su viaje días antes y se habían encontrado con la casa convertida en un desastre... Pero se supone que me encargaría de limpiarla para cuando ellos regresaran, así que ténicamente era culpa suya.
- ¡¿Estás escuchando, Dylan?! -Grito una vez más intentando sacar mi atención de mi pequeño Rubik
- Mmmm
- ¡Esto es el colmo! ¡Mira la casa! Está destruida, ¡Así como tú vida!
- No está tan mal, casi no se quebró nada... Y mi vida no está destruida.Mi padres me miraron atónitos.
- ¡Bueno, no tanto!
- ¡Carajo! ¡Pero si el escusado está lleno de fruta y no sé que más cosas!
- Supéralo, no teníamos donde preparar las bebidas, además, fue muy divertido, sólo baja la cadena y ya. - Sólo unos movimientos más y completaba todos los colores...
- ¡¿Y la pareja que estaban desnudos en nuestra cama?! ¿Y los sombreros mexicanos? ¡Mira nuestra foto! - Gritó señalando hacia la fotografía de su boda. Ambos estaban sonriendo para la cámara, aunque ahora tenían bigotes dibujados, y les faltaban algunos dientes.
- Erik y Zay necesitaban un lugar para dormir, y estaban tomados, no pensaba dejar que manejaran así. Y hay sombreros porque fue la celebración de la independencia de México, estamos en su territorio, se merecen una gran celebración...
-¡Estamos en Junio! - Gritó poniéndose aún más rojo.
-Umm... Eso explica porque no podía encontrar decoración mexicana...
-Hijo... - Comenzó a decir mi madre con su pequeña voz. -Esa chica...
- Mamá - Suspiré mirándola- Todo eso que te dijeron, son puras mentiras, esa chica está celosa, nunca pasó...
- ¡Deja de mentir Dylan Andrés! ¡Te harás responsable de tus propios actos, yo no crié a un irresponsable!Las palabras de mi padre hicieron que me levantara de un salto, ignorando el dolor de cabeza que sentía y aventando a un lado mi precioso juego. Avancé el espacio que nos separaba en un par de pasos y me paré frente a él.
- En eso tienes razón Harold... -Dije en voz baja. -Tu no criaste a un irresponsable... Porque ni siquiera lo criaste. ¿O que? ¿Para ti criar es estar todo el tiempo fuera de casa con tus amantes gastandote la fortuna de mi madre mientras ella se marchita en su recámara esperando una muestra de amor de tu parte?Un gran sollozo salió de mi madre, me destrozaba verla así, ella merecía más que alguien que sólo le prestará atención cuando se acordaba de ella o necesitaba presumirla.
- Que no se te olvide que soy tu padre. Y te casarás con la hija de los Montero, Dylan. Esa familia es muy importante y no puedes deshonrrar a su única hija. -Dijo intentando doblegarme.
- A mi no se me olvida quién eres Harold, pero a ti se te olvida que tienes una familia. Y se te olvida que soy mayor de edad, al menos en México. Así que déjame decidir a mi con quién chingados me caso.
Tomando mi Rubik del sofá me di vuelta para subir a mi recámara esperando encontrarla vacía.
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Pequeña Mentirosa
Teen FictionSinopsis Arantza siempre había estado detrás de la sombra de su hermana, y secretamente enamorada de su vecino, Dylan, que parece no notar su presencia. Ella está dispuesta a conquistarlo y luchar por su amor... Hasta que él tiene que irse a otro p...