Cuarta parte

1K 122 7
                                    


Sakura se sorprendió al sentirse feliz como hace tiempo no lo hacía. La luz del día entraba por su ventana, indicando que ya era momento de prepararse para dirigirse a la escuela.

Oh, sin duda alguna siempre le había gustado su escuela, no podría negarlo, ahí estaban sus amigos, sus maestros y antes el amor de su vida, pero no estaba tan segura, digo ¿cuántos amores de tu vida se pueden tener en una vida? Al final era una adolescente.

Ahora su mente y corazón se habían hecho cómplices. Tenía que aceptarlo; porque sus pensamientos bifurcaba en una sola idea: los cabellos negros de Sasuke Uchiha. Sí señor...Ese chico estaba envolviendo poco a poco los sentimientos que guardaba por Naruto, que sin duda iban dirigido hacia el olvido.

Sasuke Uchiha entró en su mente poco a poco y con cada detalle parecía buscar prevalecer, quedarse ahí; justo para que no dejará de pensar en él. Un plan ingenioso que estaba dando buenos resultados.

Salió de su habitación muy alegre para comenzar la rutina del día. Miró su recamara solo para comprobar que todo estuviera en su sitio. La cama recién hecha, ninguna prenda sobre el suelo; todo en su lugar y bien organizado. Poco común en una adolescente.

Como siempre, su desayuno estaba listo para que ello pudiera comer; acompañando de una pequeña nota: "¡Hoy tendrás un gran día! Tu mamá!"

Era el mismo mensaje desde hace una semana. Estaba perdiendo imaginación o se había levantado muy tarde; seguro era lo segundo, puesto que la cocina estaba hecha un desastre. Últimamente trabajaba demasiado.

Eso le hizo recordar porqué había dejado de visitar la dulcería de los tíos de Sasuke-kun. Sus padres se divorciaron y poco después de eso, su padre viajó al otro lado del país muy lejos de su familia y claro, de ella.

Tal vez esa fue la razón del porque Naruto ganó su corazón, él siempre estaba ahí como un buen amigo cuando la tristeza le invadía por la falta de su padre y la largas ausencias de su madre. Y solo que se quedó en eso: en una linda y hermosa amistad.

Terminó de desayunar con tiempo suficiente para limpiar el desastre. Miró el reloj de su celular por cuarta ocasión.

No faltaba mucho para salir rumbo a la escuela.

¡Al Diablo! Tomó sus cosas. Tenía que salir rumbo a la escuela con un poco de suerte lo podría ver antes de iniciar las clases, pero ¿con qué pretexto? Tal vez confirmar que aún estudiarían juntos. No, eso se escuchaba estúpido. Improvisaría. Tampoco sonaba mejor, ni un poquito, tal vez se conformara por verlo de lejos.

Tomó su mochila, abrió la puerta y su corazón tuvo un mini infarto. Sasuke estaba frente a ella con la intención de tocar su timbre.

—¿Sasuke-kun? ¿Qué haces aquí?

—¡Ah! Hola, Sakura, me pareció buena idea pasar por ti para ir a la escuela. ¿Estás lista?

—Sí, sí, claro. —En eso extendió su mano, Sakura lo miró sin entender sus intenciones. —¿Qué pasa?

—Dame tu mochila, te ayudaré con ella.

Sakura se sonrojó y titubeante le entregó su mochila, murmurando con una voz tierna: —Gracias.

Sasuke sonrió de lado y luego de acomodar su mochila sobre su hombro; tomó la mano de Sakura para dirigirse juntos a la escuela.

La pelirrosa se sintió afortunada, pues estaba a punto de salir y no verlo. Sí, su mamá tenía razón: Sería un gran día.

—¿Y cómo dormiste? —preguntó Sasuke tratando de caminar normalmente, aunque se encontraba muy nervioso, por lo que buscó un tema neutral, buscando una oportunidad.

No eres tú, es mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora