Los Ojos No Saben Guardar Secretos

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Stroud Hill, Oregón
18 de junio del 2023

Ella se encontraba entre las sábanas de mí habitación mientras que mis manos recorrían con lentitud sus hombros desnudos, podía sentir la excitación y como su cuerpo se estremecía ante mis caricias. Mi mirada no perdía ningún detalle de su cuerpo desnudos ante mí, su piel se sentía tan suave ante mi tacto que no podía ni quería apartar mis manos de ella, la respiración de ambos era cada vez más rápida y sus pequeños senos blancos y rosados era la gloria entre mis manos, me acerqué a ellos para lamerlos y oír un jadeo salir de su boca ¡Maldición! Ella era la representación del pecado. Sabíamos que era un error lo que hacíamos, pero todo de ella te invitaba a pecar.

Por favorSuplicó en mi oídoDame placer A.

La manera tan erótica que dijo mí nombre hizo que me pusiera duro como una piedra. No aguante más y baje mí mano con lentitud hasta situarla entre la entrada de su feminidad. Sus enormes y brillantes ojos verdes avellanos seguían cada uno de mis movimientos.

Mordí su labio inferior y recordé lo suave y exquisito que sabía, baje la mano y me adentre para tocar el punto exacto de su clítoris. Escuché un delicioso gemido salir de su boca en cuanto mí lengua entró en su cavidad para bailar junto a la suya y comenzar una guerra de poder.

Metió su mano en mí pantalón y tocó la enorme erección haciendo que me llevará a la jodida cima de placer.

Athenea...

Desperté con la respiración acelerada y el sudor escurriendo por mi frente.

«¿En qué demonios estabas soñando?»

Mi cuerpo aún se sentía caliente y mí erección era la prueba de ello. Pásame mis manos por mí rostro para despabilarme del sueño, era la segunda vez que y siempre terminaba con la sensación de excitación de hace un momento.

«Athenea»

Esa pequeña chica se había adentrado como un maldito parasito en mi sistema.

«¡No puedes caer en eso! Ese no es el jodido plan. Recuerda que no viniste hasta aquí para eso ¡Solo mantente tu distancia y todo saldrá de acuerdo al plan»

Pero sabía que eso no era cierto, ese pequeño hurón escurridizo había tocado zonas en mi interior que pensaba que ya no existían y eso era peligroso.

Luego de estar meditando por algunos minutos el sueño candente entendí que no se me bajaría el calentó si no hacía algo al respecto.

«Solo será esta vez y luego sacaras a esa chiquilla de tus pensamientos»

Y aun con el sueño vivido en mi cabeza baje con desesperación mí bóxer y agarre mi pene para masajearlo de arriba para abajo mientras pensaba en unos cabellos rizados y unos pronunciados y redondos ojos verdes.

Entre El Amor & La Cordura♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora