Al dia siguiente nos mandaron un trabajo en clase y ese día también se sentó conmigo, pareció que le caí bien. No lo acabamos en clase así que quedamos en la cafeteria de su padre (mi trabajo) para acabarlo.
El jefe me dejó acabar media hora antes y nos fuimos al almacén, allí havia una mesa y teniamos más calma para concentrarnos.
Estabamos al lado de la caldera, y como suele pasar estaba ardiendo, lo cual hacia muchísima más calor que la que hacia en la calle.
Y como no se sacó la camiseta.
—Alta calor hace wacho. —dijó mirandome sudoroso.
—Muchísima. —dije yo ladeando la cabeza a otro lado para que no note que miraba ese cuerpazo.
No me gusta que me llame wacho, pero me he fijado que cada vez que dice esa palabra sonrie con el lado izquierdo del labio, y eso es muy sexy.
Estuvimos trabajando y la verdad es que es muy aplicado y listo.
Nos tomamos un descanso y él se hizo un porro, bueno, mas bien, un porrazo y fumé un poco.
Menos mal que habiamos acabado el trabajo, me empezó a hablar de un ligue suyo, una chica que conoció en verano, me explicaba como follaban y esas cosas de heteros. Él no sabía aún que me gustan los chicos y tampoco se lo queria decir, creo que resultaria incomodo y no se como reaccionaria él.
Mientras me contaba sus experiencias noto como empieza a crecerle algo entre sus piernas.
—Oye loco controlate un poquito que estas muy contento. —dije yo con cara aversiva.
—No te gusta wacho?
(otra vez con la sonrisita)
—A que viene eso. —dije extrañado.
—Desde el primer momento que te vi en la terraza me pusistes caliente wacho y sabia al 100% que te pasaba lo mismo.
Me quede en blanco y no supe que decir, me temblaban hasta las uñas de los pies, a eso que me mira y me baja los pantalones, yo le aparté ya que era el hijo de mi jefe, pero me dije a mi mismo: como vas a dejarle ahí.
Le empece a besar. Él me quitó lo que me quedaba de ropa. Mi mano izquierda ya que la derecha estaba en su boca empezó a bajar hacia su polla. Su cara de excitación me hizo recordar que su padre (mi jefe) estaba detrás de esas puertas, lo qual me hizo tener mucho mas morbo y así, que su cara de excitación fuese a más.
Rapidamente escuchamos que la caldera dejó de funcionar ya que hacia un ruido y este paró, sabia que su padre en breves vendria a ver que pasaba y nos vestimos para que no nos viera. Efectivamente su padre entró a volver a encender la caldera, perl ya nos había dado tiempo a vestirnos, el momento fué incomodo pero fué gracioso. Acabamos el trabajo sin ningún tipo de tensión y me fuí a mi casa.
