CAPÍTULO 5

12 2 0
                                    

Las semanas pasaron y con ello el final del verano por lo que eso significaba que debía volver a las reuniones de apoyo.
Nunca me gustó venir a las reuniones del grupo de apoyo mucho menos después de que Malia muriera el año pasado, se me hace muy duro volver aquí. Verme sentada aquí de nuevo me revuelve el estómago, intento no pensar en ello pero las arcadas no tardan en hacerse presentes, intento por todos los medios pensar en otra cosa, pero no puedo, cuando siento que voy a vomitar, las puertas se abren de manera brusca, lo que hace que todos giren la vista hasta la puerta , incluida yo. Una chica bastante alta y delgada , se hace presente en la sala, lo primero que me fijo es en lo conocida que se me hace, su cabello corto y castaño lo tiene por debajo de la barbilla completamente liso, sus facciones tan marcadas hacen que el corte se vea increíble en ella , sus ojos verdes no nos miran en ningún momento, ni cuando se sentó de manera brusca en el asiento que quedaba libre a mi izquierda solo se sentó ahí sin más, masticando el chicle de una forma algo repugnante y mirando sus uñas rojas y muuy largas.
No noto que es mi turno hasta que por fin la chica me mira y reacciono, todos lo hacen.
Las miradas de todos me incitan a que hable, pero yo sólo accedí a venir no a contar mi vida.
-Soy Keyna.
-Hola Keyna-dijeron todos al unísono.
-¿Quieres contar por qué estás aquí Keyna?
-No.
Sin más pasaron al siguiente, yo solo quería terminar con esto, empecé  a desconectar pero una extraña sensación me hizo girar a la izquierda encontrándome con la chica del chicle observándome fijamente. Si esto era un reto de miradas , no estaba dispuesta a perderlo. No sé cuanto tiempo duramos en esa batalla de miradas, pero de pronto se levantó y sin más desapareció. Cuando miré a mi alrededor , todos se estaban marchando , yo me tomé mi tiempo en salir , observando cada rincón del lugar, miles de recuerdos me rondaron por la cabeza pero los intenté desaparecer en un intento desesperado, la voz de mi antiguo psicólogo se oyó con un eco en la sala, tomándome por sorpresa.
-Keyna.
-Sander.
-Te diría que es un gusto verte pero dado el lugar en el que te encuentro, no me alegran las circunstancias. - su cara me causa gracia pero no me permito reírme en estos momentos.
Intento irme, pero él me toma del brazo y hace que me gire a observarlo.
-Sé que ya te lo he dicho pero lamento mucho lo que pasó Keyna, ojalá pudiera haber hecho algo en aquel entonces.
-Pero no lo hiciste.- mi voz salió en un susurro, esa vez si me dejó marchar, no recuerdo como llegué a casa, me di cuenta de que había llegado cuando abrí la puerta de casa y mamá estaba chasqueando los dedos delante de mi, captando mi atención.
-¿ Pasó algo Keyna? - la voz de mamá sonaba algo preocupada y lo último que quiero es tenerla encima mia a cada momento otra vez.
-No mamá todo bien.- ahí estaba otra vez mi máscara , una sonriente máscara.
Los siguientes días solo me dediqué a ir a las reuniones, así pasaron 2 semanas y con ello el fin del verano. Las reuniones habían sido algo más liviano de llegar incluso me encontraba algo más motivada a ir, la chica del chicle alias Azzura , me había abordado al día siguiente de verla por primera vez diciéndome que le resultaba interesante así sin más creamos un vínculo de lo que me atrevería a decir que amistad. Desde entonces vamos juntas a las reuniones y al salir siempre vamos a tomarnos un batido a un parque cercano.
Con la finalización del verano y el comienzo de un nuevo año escolar esperaba seguir viendo a Azzura ya que en muy poco tiempo le había cogido algo de cariño, me gusta mucho su forma de ser, ya que tiene mucho carácter como yo, me siento tan identificada con ella a veces, que hemos llegado a pensar que en otra vida fuimos gemelas.
Días antes de que empezaran las clases, nos reunimos todas en una fiesta a la que Azzura nos había dicho de ir y pues aquí me encuentro yo, rodeada de gente borracha en busca de mis amigas perdidas, llegué tarde como siempre, Azzura me había prestado para esta fiesta un vestido de ella, al no ser de la misma talla , me queda demasiado pegado y me hace sentir muy insegura y al entrar a la fiesta sola y sintiendo la mirada de todos en mi , hace que tenga ganas de vomitar, voy tan distraída que no me doy cuenta de que he chocado con alguien, de todas las personas que habían en el mundo, tiene que estar justamente aquí y me tiene que pasar a mi.
He chocado con la estúpida/creída/falsa/Daniella, desde que tengo uso de razón siempre hemos sido rivales, el odio siempre ha sido mutuo.
-Que pasa gorda, no miras por donde caminas o qué.- su asquerosa voz se hace presente y juro que sentí mis tímpanos chillar de dolor.
-¿Qué? , lo siento zorra no pude oír nada de lo que dijiste porque un desagradable sonido salió de tu boca. - le puse mi mejor sonrisa y pasé golpeando su hombro, pero era Daniella y no iba a dejarlo estar, jaló de mi cabello , cuando le di la espalda y pensé q iba a caer pero sorprendentemente me giré como pude y también la agarré del cabello, empezamos una pelea de jalones de pelo hasta q sentí un golpe de atrás, una de sus estupidas amigas me había golpeado, su golpe me distrajo lo que facilitó a Danielle que me pegara una cachetada, cuando pensé q las dos iban a acabar conmigo ahí mismo, Azzura cogió del cabello a la que me había golpeado.
- Déjame ponerlo más interesante, como has golpeado a mi amiga y ustedes eran dos , yo también me voy a unir, y tú zorra- nuestras miradas se encontraron.- Machaca a esa puta.
Luego de eso todo se convirtió en puro desmadre, todos solo miraban nuestra pelea y nos incitaban a seguir peleando, yo golpeaba como podía , ya que al estar con medicamentos no tenía mucha fuerza y aún no me había recuperado del todo, un golpe en mi cabeza hizo q me mareara y me fuera difícil devolverle el golpe, sentí que me iba a desmayar en cualquier momento pero sentí unos brazos fuertes sujetarme de atrás y llegué a ver a Azzura, acabar con mi pelea. Y mirarme con preocupación.
Me desperté con un dolor de cabeza horrible, tenía miedo de abrir los ojos y ver que estaba en el hospital , pero no escuché nada, ni un solo ruido y eso me animó a abrir los ojos, y me encontré en una habitación que no era la mia, no sabría decir a quien pertenecía, a ninguna de mis amigas estaba claro, solo esperaba que no fuera de algún chico, de pronto miré debajo de las sábanas, ya no tenía el traje, si no una blusa ancha de lo que adiviné era de hombre por el olor y unos pantalones de chandal cortos , me levanté muy lentamente, ya que la cabeza me palpitaba , ¿Bebí anoche? Intenté hacer memoria, pero no recordaba beber, me toqué donde me dolía y no pude evitar soltar un gemido de dolor, tenía como un chichón y dolía que no veas. Un ruido afuera me hizo envalentonar y abrir la puerta, seguí el ruido hasta que me llevó a una cocina.
-Buenos días cariño.- la voz de Azzura me asustó.
-Tia que susto, como tenía ropa de hombre pensé lo peor.- una risa nerviosa salió de mi.
- Sí , es que te desmayaste luego de la pelea con esas zorras y mi hermano te trajo a casa, espero que no te moleste que te haya cambiado él.- mi cara de horror se hizo presente aún más cuando escuché que el hermano me había cambiado de ropa, me había visto sin ropa, un dolor en el pecho se hizo presente. Ante mi cara Azzura se aproximó a hablar de nuevo.
-Tranquila chica, que mi hermano es legal, además me sorprendió bastante que se molestara en agarrarte y más aun que él mismo te trajera aquí y te prestara algo de su ropa incluso te dejó dormir en su cama.- su cara de sorpresa me hizo reir.
-Tal ves le guste a tu hermano.- le dije como broma dándole un pequeño golpe en su hombro. En eso, recuerdo sus palabras  " pelea con esas zorras" , Danielle viene a mi mente y justo cuando voy a preguntar por la pelea a Azzura, un ruido de llaves me distrae.
-Dudo que le gustes a mi hermano, eso significaría que mi hermano tiene sentimientos y eso es algo imposible.
Casi me cago del susto cuando lo dijo y el corazón empezó a latirme a mil, seguro que su hermano lo había escuchado que vergüenza, encima que me vio en ropa interior y ahora esto, dejé de pensar cuando una voz muy grave se hizo presente.
- Créeme que tú jamás podrías gustarme, chica vómito. - me congelé al reconocer esa voz, esa asquerosa y sensual voz.

KeynaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora