Natasha podría estar tranquila con todos los nuevos cambios que la preparación traía. No se quejaba de las clases que llevaba, ni de los compañeros que tenía, pero el hecho de que los llevaran al coliseo durante dos días a la semana, tenía a Natasha hecha un manojo de nervios. Ella no debería estar ahí.
Las primeras semanas había logrado perfectamente esquivar el entrenamiento, pero era bastante lógico, que en algún momento sería atrapada en su intento de escaparse de tal castigo.
Natasha se quedó en un rincón, lejos de los instructores y alumnos, rogando a cada segundo para que nadie notara su ausencia, sin embargo, captó claramente cuando aquellos burlones ojos azules se fijaron en ella.
—Entrenador, ¿Todos debemos cumplir con las reglas, verdad?
Phil Coulson miró con curiosidad a su alumna.
—Así es, ¿Por qué?
Danvers sonrió con inocencia.
—Ella no está haciendo la rutina—señaló hacia la castaña.
Natasha sintió un nudo en su garganta cuando todos se giraron hacia ella. Se sentía impotente. Ella era una genio, no podía estar perdiendo el tiempo entre un montón de idiotas llenos de más músculos que cerebro.
—Señorita Stark, tiene que unirse a la fila—dijo Coulson—, o de lo contrario será sancionada.
Natasha no se movió. Solo miró fijamente hacia Carol, deseando en algún punto poder pulverizarla.
—¡Señorita Stark!
—¿Qué?—gruñó por lo bajo.
—¡A la fila!
Bien, la suerte se le había acabado. Viró sus ojos, y lentamente, con cautela, se unió a los alumnos que corrían alrededor del coliseo.
Steve era fácilmente reconocible entre todos. Siempre había destacado, no solo por su belleza sino por su forma de ser tan humilde y al mismo tiempo aguerrida. La duda seguía quemando en Natasha, pues Steve no debería estar en ese lugar. Alguien con perfil omega no tenía permitido unirse a la élite.
Natasha no corrió. Caminó alrededor del campo, siempre con sus enormes ojos atentos a su alrededor. Carol no era alguien que se rindiera fácilmente, y desde que la conocía, la muy traidora, solo se habia dedicado a molestarla.
Hicieron otro tipo de ejercicios. El entrenador Coulson parecía no cansarse de gritar órdenes. No estaba de más decir que Natasha poco o nada podía cumplir con las exigencias, pues ella jamás había dedicado tiempo al ejercicio corporal. Además, de todo el grupo, parecía ser por mucho, la más pequeña. Por un segundo, Natasha odió su genética.
***
Entonces, dos días a la semana Natasha se enfrentaba a ese absurdo entrenamiento. En ocasiones también debía soportar algunos insultos de parte de Carol y el hecho de verla muy cercana con Steve. Natasha no entendía porque le interesaba tanto esto último. Ella y Steven no llegaban ni a ser conocidos, y el hecho de que le gustara, no le daba derecho a molestarse.
—¿Por qué te molesta tanto Carol?
Natasha viró sus ojos.
—Es una cabeza hueca, Rhodey.
—Creo que es agradable—comentó el moreno con un encogimiento de hombros.
Natasha le miró incrédulo.
—¿Estás de broma, verdad? Desde que la conocí solo ha sido como una patada en el trasero. Howard parece adorarla más a ella que a su propia hija.
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Mírame
FanfictionNatasha Stark es una chica tímida. Steven Rogers es el ejemplar perfecto. Todos miran a Steve e ignoran a Natasha. Pero ella guarda un sentimiento especial hacia el rubio, y solo hasta que toca fondo, es capaz de reclamar lo que le pertenece.