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El coliseo era una isla flotante justo a lado de SHIELD, a la cual accedían por medio de un largo pasillo de cristal. Debajo de ellos seguramente había una larga caída, pero esta no era visible gracias al montón de nubes que siempre se arremolinaban debajo de la islas.

Esa mañana, Howard se había aparecido de pasada mientras tomaba el desayuno. Natasha lo observó tomar su café de un trago, mirar con ojos nerviosos su reloj, y luego salir pitando como si tuviera alguna emergencia.

Y justo ahora, todo tenía sentido. Todos los alumnos de SHIELD estaban siendo trasladados al coliseo. Una alarma había comenzado a sonar en el gran complejo, y solo les habían indicado a dónde ir. Algo muy grave debió pasar como para que su padre luciera tan nervioso, y horas más tarde se escuchara sonar una alerta.

Por el momento Natasha estaba sola. Ninguno de sus amigos estaba cerca y eso estaba comenzando a inquietarle mientras se movía junto a la multitud de jóvenes.

De manera ordenada pero apremiante les ordenaron subir a las gradas que rodeaban todo el coliseo. Fue ahí que Natasha distinguió a Clint sentado cerca de Steve y Sam Wilson, el mejor amigo de Steven. Soltó un suspiro y sin más se encaminó hacia ellos. Se recordó constantemente con cada paso, que no tenía porque ponerse nerviosa, iría con Clint y solo le hablaría para poder estar cerca de alguien que conocía.

Un par de pasos antes de llegar a ellos, Barton se percató de su presencia y la llamó.

-¡Ey, Tasha!

La genio sonrió levemente. Bueno, al menos eso le ahorraba el tener que inventar una excusa del porqué estaba ahí, sentándose junto a ellos cuando claramente los otros dos no eran sus amigos.

-Chicos, miren. Ella es Natasha Stark, la chica genio-presentó Clint con entusiasmo.

Tasha hizo un gesto con su mano de manera tímida.

-Qué tal-saludó Sam con una gradable sonrisa.

Steven solo sonrió hacia ella y le hizo un asentimiento con su cabeza.

Natasha trató de que su corazoncito no se rompiera un poquito ante la desilución que le causó el saludo tan desinteresado de parte del rubio, y de que no se notara en su cara. Se sentó a lado de Clint y solo se dedicó a escuchar su conversación con los otros hasta que alguien en el campo les pidió silencio.

-Como alumnos de SHIELD tienen que saber que estan aquí con un propósito-la voz de Fury resonó a través de unos altavoces-. Recientemente han sido reportados varios casos de desapariciones de personas de otras islas. Esto es una emergencia. Los que están mejor preparados serán elegidos para esta tarea, que es vigilar nuestra ciudad. No conocemos...

El director Fury no terminó de hablar, cuando una fuerte explosión destrozó el puente e hizo que la isleta se tambaleara y se separara de la isla principal donde estaba la escuela.

Natasha sintió su corazón acelerarse cuando una especie de drones comenzaron a colarse en el área y atacar a los alumnos y profesores.

Todos comenzaron a alzar vuelo, a tratar de huir o de alcanzar algún arma que les fuera de utilidad para defenderse, pero esas cosas estaban armadas hasta los dientes, y pronto, cuerpos comenzaron a llover y caer como peso muerto hacia el suelo.

-¡Hay que alcanzar las armas!-gritó Natasha a Clint, señalando el lugar donde estaban ocultas las armas personalizadas.

-¡¿Tienes un plan?!-gritó de vuelta el chico mientras corría junto a la castaña, alejándose de la linea de fuego.

-¡Sí!

Entonces, uno de los robots aterrizó frente a ellos. Sus ojos metálicos se encendieron en rojo, pero antes de que pudieran disparar, Natasha alzó su brazo y de la palma de su mano salió un potente rayo que destruyó la cabeza del androide.

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