Steven Rogers se sentía una cosa minúscula al estar parado frente al enorme edificio de Industrias Stark.
Habia recibido el alta e inmediatamente había regresado a su casa a descansar. Aunque eso solo fue relativamente, pues no pudo dejar de pensar en lo que sea que el magnate quisiera tratar con él. Y justo ahora estando ahí, casi sentía un deseo enorme de darse la vuelta y salir huyendo. Pero, él no era conocido por tal acción.
—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarte?
Steve miró a la chica tras la recepción. Sonreía de manera mecánica y sus parpadeos eran lentos de manera casi coqueta.
—Ah... Busco al señor Stark.
—¿Quién le busca?
—Steve Rogers.
La mujer tecleó algo en su computadora, luego hizo una corta llamada y volvió a mirarlo de la misma manera.
—Piso 84, espere ahí y el señor Stark lo llamará.
—Gracias—musitó pasmado.
Subió al ascensor y esperó. Le pareció sumamente extraño que hubiera elevadores en el edificio. Todos tenían alas y sin duda no sería ningún problema subir a cualquier piso volando, entonces supuso que quizás solo se trataba de un capricho millonario.
Más temprano que tarde se encontraba fuera de la oficina del señor Stark. Una chica salió de la oficina y le dió el pase. Steve supuso que se trataba de su secretaria.
—Siéntate—Dijo Howard ignorando cualquier protocolo de presentación.
Steve removió sus alas de manera incómoda e hizo lo que se le pidió sin decir una sola palabra.
Howard tenía unas enormes alas oscuras que variaban entre el negro y el plateado. Estás se encontraban un poco esponjadas haciéndolas ver aún más grandes de lo que eran. Steve no sabía decir si el hombre lo estaba amenazando o solo era su postura empresarial de macho alfa ante toda situación. Cómo fuera, seguía siendo increíblemente intimidante.
—Natasha te salvó, Steve.
—Yo... La verdad no sé qué decir a ello, señor.
Howard entrecerró sus ojos.
—Entraste a la milicia, tengo entendido.
—Sí, señor.
—Y eres el mejor de tu clase.
—No estaría muy seguro—Steve no entendía de qué iba todo aquello. Si ya estaba nervioso, todas esas "preguntas" lo estaban inquietando más.
—Tu perfil de personalidad.
Steve boqueó un poco, sintiéndose ligeramente ofendido por el pedido. No se le estaba preguntando nada, Howard le estaba ordenando. Sin embargo, aunque se molestara, no era como si pudiera replicar algo al respecto. Estaba frente a uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo así que...
—Beta—Steve supo que metió la pata cuando percibió como la mandíbula de Howard se apretó fuerte y sus ojos brillaron con un toque malicioso.
—Beta... Mmm... Interesante—Howard se puso de pie y caminó a un costado, acercándose a la enorme ventana que le permitía ver toda la isla flotante de Nueva York—. ¿Sabes, Steve? Mi hija es una genio. Una prodigio en su generación. Perderla es... Es algo catastrófico.
Steve no perdía de vista al genio.
—Ella... Ella te protegió por algo... Omega.
Steve retuvo el aliento ante la sorpresa de verse descubierto. Estaba seguro que de verse a un espejo, su rostro estaría más pálido que un papel.
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Mírame
FanfictionNatasha Stark es una chica tímida. Steven Rogers es el ejemplar perfecto. Todos miran a Steve e ignoran a Natasha. Pero ella guarda un sentimiento especial hacia el rubio, y solo hasta que toca fondo, es capaz de reclamar lo que le pertenece.