Tercer Capítulo; Siempre juntos

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Narrado en tercera persona

El sol comenzó a filtrarse por el remoto pueblo, no faltaba mucho tiempo para que amaneciera completamente.

La nieve se había dicipado un poco gracias a que el invierno ya había pasado y consigo se llevó las innumerables tormentas de nieve que pasaron por el pequeño lugar, pero aún así el tiempo, ni el paisaje parecían alegrar los sentimientos de las pocas familias que componía ese lugar. 

La navidad había culminado hace unas semanas, a pesar de que deberían ser días felices para todos, en realidad no fue así.

En esa hermosa época, fueron muchas veces las que la familia Cullen, junto con la familia Swan pasaban sus momentos en el hospital central de Forks. Fueron constantes las visitas de Edward al departamento de terapías, muchas veces para su tratamiento y unas pocas por recaídas que no parecían cesar. 

Bella estaba muy contenta por la poca mejoría que había tomado el cuerpo de Edward, porque a pesar de ser insuficiente, al menos era suficiente para darle un poco de esperanza a las existencias de sus familiares más cercanos, los cuales vivian día a día la agonía y el sufrimiento de esa maldita enfermedad. 

Aún faltaba mucho para que su cuerpo estuviera tal cual hace algunos años, pero todos estaban dispuestos a acompañarlo en cada paso que el diera, dándole su apoyo incondicional.

A pesar de que el camino fuera cuesta arriba lleno de piedras y obstaculos, los cuales todos estaban muy seguros que él podía pasar y enfrentar con la frente en alto y una sonrisa en su rostro, algo que a Edward siempre lo había caracterizado y algo que toda su familia siempre admiró de él. 

No hubo ni un solo día en el que Bella no lo acompañase, tanto en su casa, como en el hospital.

No se despegaban en todo el día, incluso ella durmió varias veces en la casa de su amigo, dándole su máximo apoyo, con sus palabras alentadoras y llenas de compresión, como también su compañía que era sumamente vital para la recuperación de Edward, puesto que aunque ninguno de los dos sabía, la presencia de Bella le daba una fuerza y una razón para seguir luchando. 

Edward había estado totalmente de acuerdo cuando todos decidieron no decirle nada a Bella, él detestaba ver a su amiga sufrir y llorar por cosas que no valían la pena.

Edward pensaba fielmente que esa enfermedad no se merecía la vida de nadie, como tampoco las lágrimas de sus seres más queridos, simplemente no le parecía justo, para nadie.

Edward detestaba pensar en lo que podría ser su futuro, su vida, porque por alguna extraña razón no se podía ver realizado como persona. 

¿Será eso alguna señal? 

Esa pregunta rondaba su cabeza hace ya unos días, y no conseguía alejar esos malos pensamientos que llegaban a su mente.

No podía evitar el pensar de que para sus familiares él era una carga que no quería ser, él no vivía su vida plena, pero si quería de todo corazón que su familia viviera y realizara todo lo que él no pudo, no puede y no podrá a causa del cáncer que cambió su vida.

Gracias a Dios todos estos negativos pensamientos se esfumaban tan pronto Bella abría la puerta de su habitación con una gran sonrisa en su rostro.

Isabella era como un ángel en la vida de Edward, o al menos eso pensaban los miembros de la familia Cullen que vivían día a día el cambio rádical que daba Edward cuando veía los luceros marrones de su mejor amiga.

Para ninguno era un secreto la extraña unión que tenían esos dos pequeños, como en presencia de toda su familia parecían comunicarse sin palabras, simples gestos bastaban para saber que pensaba el otro y cada cual conocía todo perfectamente del otro, como si estuvieran unidos por un lazo invisible que nadie era capaz de ver, ni romper.

Un deseo de navidad - Fanfic TwilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora