Cuarto Capítulo; Un final feliz

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Narrado en tercera persona

5 años después...

Fueron muchas las lunas que pasaron por el remoto y pequeño pueblo.

Fueron muchas las alegrías vividas, pero no por eso fueron escasas las desdichas.

Lágrimas y risas estaban presentes cada día, muchas veces en contra de la voluntad de las personas.

Hubieron días buenos, hubieron días malos, pero todos fueron agradecidos grandemente por Edward, quien había atesorado sus años vividos como el mejor regalo que le ha dado la vida. 

Bella estaba completamente agradecida, porque su deseo se había cumplido de la mejor manera posible.

Edward, luego de varios años de recuperación por fin estaba libre de cáncer, viviendo sus días de la mejor forma que podía, siempre con una sonrisa en sus labios, una alegría en su corazón y un gran agradecimiento en su alma. 

Los primeros años no fueron nada fáciles, fueron los peores años en la vida del joven, fueron muchos los tropiezos, las caídas, pero siempre tuvo a alguien a su lado para levantarlo y eso era como un motor para su recuperación.

Fueron muchas lágrimas que derramó su madre, pero fueron muchas más las sonrisas de alegría y emoción las cuales borraron todo el residuo de tristeza en su vida, dejando solo lo mejor, dejando solo recuerdos. 

La enfermedad de Edward gracias a Dios no había vuelto a su vida y en su organismo no había ni rastro de ella.

Bella y Edward ya eran unos jóvenes adultos de 15 y 17 años de edad respectivamente, los cambios físicos y en su personalidad eran muy notables. Ya no eran los pequeños niños que corrían y jugaban hasta el anochecer, ahora eran todos unos adolescentes, casi adultos próximos a graduarse del instituto. 

La amistad entre las familias no había cambiado en nada, al contrario, con los años parecían unirse cada vez más.

La unión entre ellos aumentó de una manera considerable, ya que habían surgidos parejas nuevas en esas familias, parejas que todos aceptaron con suma alegría.

Japer y Emmet, hermanos de Bella se habían hecho novios de Alice y Rosalie respectivamente, las cuales eran hermanas de Edward.

Hace unos años esas relaciones se habían solidificado bastante, tanto así que ya las dos parejas estaban comprometidas, próximos a casarse.

La felicidad de las madres era inmensa, ellas siempre habían deseado que algo así pasara entre sus familias, pero nunca se habían hecho muchas ilusiones, hasta el día en el que se enteraron de esa maravillosa noticia -como ellas lo habían catalogado- tanto así que estuvieron un largo rato abrazas, con lágrimas de alegría en sus ojos. 

La amistad entre Edward y Bella no había cambiado en mucho, seguían siendo los mejores amigos de antes, pero habían unos sentimientos ocultos que no dejaban que su situación progresara.

Como todos amigos habían tenido sus discusiones, pero no pasaban más de 2 horas para que se estuvieran hablando nuevamente pidiéndose perdón por lo que habían hecho y por lo que los había hecho enojar. 

Bella estaba completamente enamorada de su mejor amigo, ella pensaba que era lo más cliché del mundo, pero no había podido evitarlo.

Desde que había llegado a los 12 años de edad se había dado cuenta de sus sentimientos, de los cuales ella era esclava puesto que no se había animado a decirlos.

Ella no quería que por su sentir perdiera a la persona que era el motor de su vida, simplemente no se lo permitiera y es por esto que había callado, aguantado y llorado lágrimas por ese chico.

Un deseo de navidad - Fanfic TwilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora