Sea

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Al ver hacia el mar, solo podía recordar la historia de amor que pudo ser, mas que no fue. El mar se veía tan azul y sos olas eran calmas. Desde el momento en el que su pareja se fue, él dejó de entregar su corazón tan a la ligera. A esas alturas, dudaba entregarlo nuevamente.

Había salido lastimado de otras parejas que tuvo, pero de la última, de la que ya pasaron cinco años, él salió destrozado. Era triste pensar que él dio lo máximo de sí mismo, pero que su pareja no. Él creyó ilusamente que aquel chico lindo de pelo rojo, con un rostro tan delicado, de piel rosa, suave y fría, y de una cola extremadamente larga, con escamas de color rojo que con la luz brillaban hermosamente, le quería de la misma manera que él.

A veces solo miraba el mar para tratar de encontrar al chico que le robó el corazón y se marchó. Solo podía pensar que qué hubiese pasado si le hubiera dado más del cien por ciento de lo que podía. Quizás, tan solo quizás, TaeHyung se hubiera quedado. Solo tenía la certeza que hizo lo que pudo, pero que no funcionó. Al final de cuentas, él sabía en lo que se metía. Todo aquello fue un error de él. Antes de su relación con el tritón, él no creía en sirenas. Si le hubieran dicho que existían, él los habría tomado por locos. Sin embargo, ahora creía fiel y dolorosamente en ellas.

Le dieron igual los tantos libros que leyó sobre aquellas criaturas mitológicas, porque se alejaban de la realidad. Solo había unos cuántos que hablaban de la verdad, pero solo los poseían las mismísimas sirenas. Era imposible, prácticamente, para un simple humano leerlos.

TaeHyung, el tritón por el cual cayó enamorado, y por lo que él mismo le contó, era el único macho. Ni siquiera habían tantas sirenas, pero estas existían. Aquel ser, cuando se quedaban juntos en el mar mirando el atardecer, siempre portaba coronas hechas de piedras u ostras que él mismo hacía. Amaba vestir aquellas cosas. Al final de cuentas, las sirenas en sí eran coquetas.

También aquel sireno le había contado infinidades de cosas sobre él y sobre más criaturas que nadie sabía su real existencia. Él era bastante amigo de una cecaelia, aunque por sus palabras, esta parecía viajar siempre. Normalmente le visitaba una vez por año, pues su gran amiga odiaba quedarse en el mismo lugar por mucho tiempo. Incluso le contó que esta caminaba por las zonas costeras con largos y bonitos vestidos, en los que escondía sus tentáculos, pero a veces no pasaba desapercibida, pues su caminar era bastante extraño. En fin, le contó muchas historias sobre su queridísima amiga JiHyo, una cecaelia, que él creyó que no eran más que mitología.

De hecho, también le contó sobre las aventuras de una amiga que había hecho hacía muchos años. Se trataba de, si no mal recordaba, Hwasa, una ondina. TaeHyung le contaba alegremente sobre las catástrofes que ella causaba, claro, sin darse cuenta. Ella no sabía que, debido a su diversión, terminaba matando a muchas personas. Ella creía que solo jugaban, pues movía el agua, generando enormes corrientes, lo que provocaba que el barco se hundiera y terminaba ahogando a las personas. Al parecer, a ella le divertía todo aquello, mas no sabía de la magnitud de sus acciones. Según el tritón, la ondina terminó enamorándose de un humano. Ellas no poseían alma, hasta que se enamoraban, encontrando, además de su amor, su alma. Aunque eso dolía bastante. Luego de lo sucedido, no supo más de ella.

El mar era inmenso, según el testimonio del chico pelirrojo. Era algo tan grande y hermoso, que le parecía obvio que el ser humano no conociera más que una muy pequeña porción. Para TaeHyung, era algo de lo que debía estar agradecido, pues no quería que la fauna que vivía allí terminara en un acuario, siendo la diversión de muchos. Existían criaturas tan majestuosas que no merecían ser vistas por los crueles humanos.

Al parecer, al chico de cola parecía importarle muchísimo su casa: el mar. Siempre se quejaba de la basura que veía o de los barcos que atrapaban animales. Le dolía mucho ver el daño que le causaban a su hogar. La criatura siempre le contó de lo famosa que era en las profundidades marinas, donde los seres más extraordinarios habitaban. Era respetado y hasta querido, pues también le contó sobre su capacidad de comunicación con los peces y demás. Era bastante extraño, de hecho.

♡ KookV For Your Life ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora