I Will Never Forget You (2)

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El omega esperaba impacientemente para ver los resultados del examen de admisión para la universidad de lenguas. Siempre amó aprender idiomas y, de hecho, se destacaba en el rápido aprendizaje de estos, por lo que siempre tuvo claro a qué se iba a dedicar: traductor. Claramente esa iba a ser su primera carrera, pues tenía planeado, luego de terminar aquella, estudiar para ser profesor de inglés. Además de los idiomas, le encantaba enseñar y se sentía cómodo al hablar frente a muchas personas.

Más allá de todo, nunca se olvidó de aquel alfa que le ayudó hacía dos años atrás, es decir, ¿siquiera tenía que hacerlo? Su respuesta siempre fue un claro no. Necesitaba, al menos, volverle a ver, pero nunca más se lo topó camino a casa. Quizás aquel chico ya había terminado la universidad o la había dejado, pero no sabía con exactitud.

Dejó de tamborilear con sus dedos sobre la mesa y tomó su teléfono, decidido a llamar a su queridísima amiga. En caso de que fallara, necesitaba el apoyo moral de la chica. Al instante de marcar, JiHyo le contestó.

—¿Y? ¿Ya tienes los resultados?— le preguntó emocionada.

—Primero se dice un "hola TaeTae, ¿cómo te encuentras? ¿Ya tienes los resultados?"— se quejó, oyendo la suave risa de su amiga. —, pero aún no. A las tres los van a publicar y, sinceramente, tengo miedo.— admitió, viendo la hora en el monitor de la computadora. Faltaban menos cinco minutos.

—No te preocupes, ya verás que serás aceptado, mocoso.— le dijo, haciendo sentir al omega más tranquilo. Amaba a su amiga.

—Espero que tengas razón...— dijo, antes de soltar un grito bastante agudo comparado con su voz al ver la hora: 15:00. Rápidamente actualizó la página, viendo las calificaciones. Necesitaba un seis para pasar. No se dio cuenta cuándo había aguantado la respiración hasta que soltó el aire al leer su nota. Había sacado un ocho y aquello le hizo demasiado feliz. Había estado preocupado cuando comenzó a leer las calificaciones de otras personas, pues muchos no llegaban al seis.

—¿Y? ¿Qué tal?— preguntó JiHyo, quien se mantuvo en silencio durante todo ese tiempo.

—¡Entré! ¡JiHyo, lo hice!— gritó, estaba a punto de ponerse a saltar, pues realmente estaba contento.

—No sabes lo orgullosa que estoy de ti, amor mío.— dijo. Pocas veces la chica lo trataba con tanto amor. Normalmente su relación se basaba en "hola, fea" y "¿qué pasa, mocoso?".

—¿No era Daniel "el amor de tu vida"?— preguntó burlón.

—Él sabe que tú eres el amor de mi vida uno; él es el segundo.— rió. —eres como nuestro hijo.

—Me siento privilegiado.— bromeó.

—Oye, ¿qué dices de ir a tomar algo? Para festejar tu entrada a la universidad.— ofreció.

—Me parece una gran idea.— aceptó. —¿Cuándo sería?

—¿Hoy puedes? Vamos a merendar algo, después de todo es bastante temprano.— le preguntó. —te paso a buscar.— y aquello automáticamente hizo que TaeHyung aceptara.

—Sí, sí. Me parece perfecto. ¿Dentro de una hora?

—Me parece perfecto. Nos vemos dentro de una hora, mocoso.— se despidió.

🍋💐

El omega ya se había vestido. Se colocó unos jeans claros que se ceñía a su delgada figura. También llevaba una gran remera amarilla, que ocultada todo lo que los jeans resaltaban. Desde hacía dos años dejó de utilizar mucho la ropa apretada, pues prefería no sentirse incómodo al ir caminando en la calle. JiHyo le había dicho varias veces que el problema no era la ropa, sino las personas. Incluso si ella tenía razón, prefería evitar miradas indeseadas.

Se colocó un poco de bálsamo labial color cereza y oyó la bocina del auto de su amiga. Tomó todo lo que necesitaba y salió de la casa, dándose vuelta para cerrar la puerta con llave.

—Tae, te harías mi novio si a mí me fueran los omegas. Te ves hermoso.— bromeó la chica una vez que TaeHyung se acercó y se subió al auto. —por cierto, me encanta tu olor. Agradezco que no te hayas puesto perfume.— dijo, causando un leve sonrojo en su amigo.

—¿Por qué dices ahora todas estas cosas?— se quejó, haciendo que la contraria riera.

—Pues porque eres hermoso, ¿para qué mentirte? Yo siempre te halago.— le dijo, mientras comenzaba a conducir.— ponte el cinturón, mocoso.— avisó.

—No siempre.— abrochó el cinturón y se cruzó de brazos.

—Oh, vamos, ¿cuándo te dije que no eres atractivo que no haya sido una broma? En ningún momento.— le dijo, su mirada concentrada en el camino. —por cierto, ¿qué sucedió con ese chico que has visto hace dos años?— quiso saber.

—Nada, no lo he vuelto a ver.— puchereó. —, pero bueno, en algún momento supongo que le buscaré. Quizás haga la técnica de buscarlo por Twitter.— levantó los hombros, sin darle mucha importancia.

Después de decir eso, JiHyo cambió de tema. Se dirigieron hacia la cafetería que la omega había elegido hablando animadamente.

Una vez que llegaron, aparcaron el vehículo y bajaron del mismo.

—Lindo lugar.— opinó TaeHyung. Él no solía salir mucho y, cuando lo hacía, iba a un MC'Donalds o a un Starbucks, por lo que no conocía otros lugares.

—Sí, bastante lindo.— dijo ella, riendo. —en mi opinión, el café y demás bebidas son más ricas que las de Starbucks, al igual que los pasteles y croissants. Pero claro, en mi opinión.— ambos amigos entraron al lugar y se fueron rápidamente a una mesa.

Estuvieron charlando completamente metidos en su mundo, que se olvidaron que tenían que esperar a que un mesero tomara su pedido. Esto vino a su mente cuando un atractivo chico uniformado se posó al frente de la mesa, con una gran sonrisa.

—¡Hola! Bienvenidos. Lamento interrumpirlos, pero ¿puedo tomar su orden?— dijo. TaeHyung, al sentir un aroma de menta mezclada con tierra mojada y chocolate, frunció el ceño y levantó la mirada, clavando los ojos en el empleado. Lo que se encontró no hizo nada más que sorprenderlo, por lo que se quedó estático con su boca ligeramente abierta.

—¡Hola! Bien, nos encantaría pedir un café latte, con dos croissants y un frappuccino de fresa.— habló en cuanto vio que su amigo no iba a hacerlo. —e ignora a mi amigo, últimamente ha estado perdido en su mundo.— dijo, al notar la mirada confusa que le dirigía el mesero a su amigo. Hasta ella misma se encontraba algo confundida.

—En unos minutos estará listo.— dijo, inclinándose levemente y dejando la mesa.

JiHyo golpeó la cabeza de su amigo, haciendo que este reaccionara.

—¡Oye! ¿Por qué lo hiciste?— se quejó, tocando su cabeza.

—Te perdiste en cuanto viste a ese mesero. ¿Qué te pasó?— le preguntó.

—Es que él... juraría que es el mismo.— dijo, haciendo que JiHyo hiciera una mueca.

—Tae, explícate mejor.— pidió.

—Siento que es el mismo chico que hace dos años me ayudó. Era su mismo aroma.— contó. —¿leíste su nombre? Para comprobarlo.

—Sí, era JungKook.— dijo.

—¡Es él!— sonrió. —bien, ahora ya no hará falta que le busque por una red social. Aunque dudo que me recuerde.

—Eso solo se comprobará si le hablas.

—No pareció reconocerme. Seamos sinceros, ahora estoy muchísimo más lindo que antes, pero mantuve mi esencia.— bromeó. Quizás volvería unas cuantas veces a la cafetería.

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Sean felices💕

~Shay~

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