Por razones muy personales, Marilla no dijo a Ana hasta la tarde siguiente
que se quedaría en «Tejas Verdes». Durante la mañana mantuvo a la niña
ocupada en distintas tareas y la observó con ojo vigilante. Al mediodía ya
había decidido que Ana era pulcra y obediente, deseosa de trabajar y rápida
para aprender, viendo que su mayor defecto era ponerse a soñar con los ojos
abiertos en medio de la labor, olvidándola hasta que una reprimenda o una
catástrofe la devolvía al mundo.
Cuando Ana hubo terminado de lavar los platos del almuerzo, se dirigió a
Marilla, con el aspecto de alguien desesperadamente decidido a saber lo peor.
Su delgado cuerpecito temblaba de la cabeza a los pies; su cara estaba
enrojecida y sus ojos dilatados. Juntó las manos y dijo con voz implorante:
—Oh, señorita Cuthbert, ¿quisiera decirme si me van a devolver o no? He
tratado de ser paciente toda la mañana, pero en realidad siento que no podré
resistir más. Es una sensación horrible. Dígamelo, por favor.
—No has limpiado el trapo con agua caliente como te indiqué —dijo
Marilla, inconmovible—, ve a hacerlo antes de preguntar más, Ana...
Ana fue a hacer lo que le indicaban. Luego volvió junto a Marilla y fijó en
ésta sus ojos implorantes.
—Bueno —dijo Marilla, incapaz de hallar alguna otra excusa para retardar
más el asunto—. Supongo que ya puedo decírtelo. Matthew y yo hemos
decidido quedarnos contigo; esto es, si tratas de ser una buena niña y
demostrarte agradecida. Pero chiquilla, ¿qué ocurre?
—Estoy llorando —dijo Ana, con tono azorado—. No puedo pensar por
qué. Estoy todo lo contenta que es posible. Oh, contenta no me parece la
palabra indicada. Estaba contenta del Blanco Camino y de los capullos del
cerezo; pero esto, ¡oh, es algo más que alegría! ¡Soy tan feliz! ¡Trataré de ser
muy buena! Será una tarea terrible, supongo, pues la señora Thomas me decía
muy a menudo que soy muy mala. Sin embargo, haré cuanto pueda. Pero ¿me
puede decir por qué lloro?
—Supongo que porque estás excitada y nerviosa —dijo Marilla con
reproche—. Siéntate en esa silla y trata de calmarte. Me parece que ríes y
lloras con demasiada facilidad. Sí, puedes quedarte aquí y trataremos de hacer
algo bueno de ti. Debes ir a la escuela; pero como sólo falta un par de semanas
para las vacaciones, no vale la pena que comiences antes de que reabran en
septiembre.
—¿Cómo debo llamarla? —preguntó Ana—. ¿Debo decir siempre señorita
Cuthbert? ¿Puedo llamarla tía Marilla?
—No; llámame simplemente Marilla. No estoy acostumbrada a que me
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Anne Of The Green Gables (Ana De Las Tejas Verdes)
Romance(Cabe Destacar Que Esta Historia NO ES MIA, La Publique Para Que Fuera Mas Fácil Acceder a Ella) Ana la de Tejas Verdes en su version de español, es un libro escrito por la canadiense Lucy Maud Montgomery y publicado por primera vez en 1908. La obra...