Ver a James en su ropa de trabajo era una imagen demasiado buena para ser verdad. Aunque la camisa de la biblioteca era una cosa horriblemente roja con mangas verdes, de alguna manera la hacía parecer una costosa prenda de alta costura. También la arremangó y destacó aún más sus hermosos bíceps.
Suspiré soñadoramente y lo vi arreglar los libros de cocina hasta que los susurros me hicieron apartar los ojos de tan maravillosa visión. Miré a un lado y a un metro de distancia, cinco chicas estaban abarrotadas, jugueteando con los libros en cada estante para ocultar su propia inspección a James. El cual no se enteraba de nada porque llevaba los auriculares puestos.
-Acabo de acomodar eso.
Volví a mirar a Cash, que gruñó como un niño pequeño con su habitual expresión de ira dirigida al grupo de chicas. Eran ajenas a lo sexy que también era el taciturno de Cashie. Aunque nadie podía culparlas, a la mayoría les gustaba un buen moreno por sobre un rubio. Me incluyo.
-No te pongas celoso, Cashie Cash -dije dándole una palmadita en el brazo, ahora su mirada de fastidio era para mi. Ni siquiera se tomó la molestia de contestar y continuó ordenando la estantería de tecnología-. Al menos la biblioteca estará más concurrida gracias a James.
De repente, Cash dejó los libros que ordenaba sobre su fiel amigo, el carrito, y se dirigió a otro lugar.
-¿A dónde vas? Aún no es tu descanso -Miré la hora en mi celular para confirmar que no estaba equivocada.
Cash giró el rostro y con un mirada inexpresiva, dijo:
-A meter un tenedor en un tomacorriente. No me tardo.
-No seas tonto -dije riendo pero me callé cuando hizo ademán de continuar su camino. Lo retuve por el codo-. ¡Hey, hey! No es para tanto, hasta el momento no te causó problemas.
-Aún -murmuró apartando mi mano y volviendo a trabajar como si nada.
-Estoy esperando a que me digas porque no te agrada -Hice un mohín.
-No molestes.
-Malo.
Suspiró y aunque me dio la espalda, era perfectamente consciente de que puso los ojos en blanco. La verdad era que no tenía mucho ánimo para obligarlo a hablar, así que tomé mi bolso de la silla donde lo dejé.
-Bueno, voy a ver a mis niñas -dije acomodándolo en mi hombro-. ¿Les mando saludos de tu parte? -Reí cuando gruñó como perro rabioso-. Lo tomaré como un sí. Nos vemos, Cashier.
Caminé tranquilamente hacía la salida y pensé en comprar algo dulce en el camino. A veces me daba antojos como si estuviera embarazada, lo cual era extraño. Pasé junto a James e intenté no mirarlo de reojo, menteniendo mis ojos al frente.
-Oye, cuidado con...
-¡Mierda! -Tropecé cayendo sobre mis rodillas. Parpadee enfocando la mirada, encontrando un carrito volcado con los libros esparcidos por todo el suelo-. Ups.
Giré la cabeza encontrando a James sin los audífonos y mirándome con molestia.
-¿Acaso eres sorda?
-No que yo recuerde -Contesté incorporándome-. Lo siento, no estaba atenta.
-Obviamente -murmuró arrodillándose para levantar los libros. Me acerqué a ayudarle al instante y se tensó-. Puedo solo.
Lo ignoré y levanté el carrito volcado, colocando todo allí. Suspiró resignado y siguió con lo suyo, sosteniendo varios en sus brazos, algo impresionante porque la mayoría de ellos era de tapa dura y gruesos como enciclopedias. Traté de no babear con la imagen. Un chico que llevaba libros en los brazos era como contenido +18 para mí. Recogimos todo y tomé mi bolso del piso donde cayó cuando tropecé.
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First love of book (FK #2) [corrigiendo]
Teen FictionLa mayoría de las lectoras fans del romance sueñan con un amor de libro. Donde el chico de sus sueños es hermoso, valiente y bla, bla, bla. Valerie O'Connell vivió toda su vida llena de mentiras, pero no bromeaba cuando un nuevo amor literario robab...