Olor a vainilla [Jack Conway]

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Buenos días chicos— Emma entró a la cafetería de comisaría donde se encontraban algunos de sus compañeros tomando café y recuperandose de la mona

Mírala, como ella no bebe esta como siempre— se quejó Gustabo dandole un sorbo de café a su taza

Como siempre no eh— Emma hizo una pausa y se giro hacia Marc— Un café con leche y ponme un croissant de esos— Marc asintió con la cabeza y le guiño un ojo a Emma, Emma después se dirigió a la mesa donde se encontraban Gustabo, Horacio y Torrente— Como siempre no, estoy cansada he dormido fatal

¿Fatal? Pero si en tu cama se duerme super bien— pregunto Horacio dandole un bocado a la napolitana que tenía en sus manos

Emma se quedó pensando un rato sin contestar, estaba segura de que el superintendente no quería que se enteraran de eso. Es el superior y no es de buena vista recordarlo como un borracho.

Por el poco tiempo que he dormido mas que nada— dijo Emma quitándole toda la importancia haciendo que sus amigos asintieran.

Pues yo no recuerdo como llegué a casa— empezó a hablar Torrente— Como si me hubiera llevado un mago ¿sabe usted?

Yo llame un taxi para que os llevara a todos a vuestras casas— comentó Emma con una leve risa

Vio como Marc le dejaba en la mesa su café y su croissant y le sonrió y le guiño el ojo antes de que se fuera.

Nos vamos guapa— dijo Torrente levantándose seguido por sus mejores amigos— Que nos toca patrullar a los tres juntos

Emma asintió y se quedo sola en la mesa mientras bebía su café ojeo su agenda y se dio cuenta de que no tenía ningún paciente hasta las 10:30. Así que aprovecharía para hacer cualquier otra cosa, como llamar a su madre. Suspiró pues no le apetecía nada pero aun así tenía que hacerlo. Emma arrugó su nariz viendo como tenía un montón de mensajes de su madre sin abrir.

De repente en la cafetería se hizo el silencio, Emma levantó la mirada para ver que había pasado viendo como el superintendente había entrado por la puerta y se había acercado a la barra. Después miro a las pocas mesas con agentes que habían y vio como el volumen había disminuido. Emma arqueo una ceja atónita ante tal situación y miro al superintendente con cara de asombro. Este ni siquiera se había dado cuenta de la presencia de Emma. Emma vio que eran las nueve y se levantó para ir a su despacho, paso por barra y se posicionó alado del superintendente, lo miro de reojo por si la estaba mirando pero no era el caso, este miraba su movil mientras hablaba con alguien. Emma dejó el dinero en la barra y antes de que Marc dijera algo, pasó por detrás de Conway quien al oler a vainilla levantó su cabeza y miró hacia la puerta donde vio como una chica con vaqueros anchos salía por la puerta.

Conway se tomo un café solo de trago, y le dejo el dinero correspondiente a Marc en la barra, se despidió levantando la mano y salió hacia su despacho. Subió la escaleras de dos en dos y se topo con la puerta entornada de Emma quien se encontraba algo alterada hablando por teléfono por lo que Conway se quedo a escuchar.

Ay Mama no empieces por favor— se escuchó la suplica de Emma y Conway vio como se sentaba rendida en su silla— Pero es que no voy a estar con una persona que no me quiere— afirmó Emma haciendo que Conway guiñara los ojos— Joder mama— se quejo Emma— Pero que yo estoy muy bien viviendo sola, ademas no necesito que nadie me proteja— se volvió a quejar Emma.

¿Que hace ahí Conway? — preguntó Volkov a las espaldas de Conway quien se asustó

Me cago en tu puta madre anormal— se quejó Conway viendo como Emma había levantado la vista hacía la puerta y se metió en su despacho con Volkov

¿Me vas a contestar?— preguntó Volkov arqueando una ceja con media sonrisa

No te importa— espetó Conway de manera borde

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Conway se miro en el baño de comisaría y salió hacia el despacho de Emma quien se encontraba recogiendo cosas. Emma alzó la vista al encontrarse con Conway y sonrió ampliamente.

Dígame superintendente— habló Emma parando de hacer cosas

Hay mucho trabajo hoy ¿no?— Conway no se quería andar por las ramas haciendo que Emma asintiera con la cabeza— ¿Te vienes a comer?

¿Usted y yo?— Emma se había puesto nerviosa ante tal pregunto y se río levemente ante la seriedad de Conway

Si, usted y yo— repitió Conway con algo de ironía

Esta bien— Emma sonrió y cogió su bolso y se acercó a Conway

Pero esta vez vamos en mi coche— murmuró Conway causando una carcajada en Emma, el sonrió de medio lado sin que Emma se diera cuenta

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Que buenos por dios— exclamó Emma mientras volvía a coger espaguetis ante la atenta mirada de Conway quien la miraba divertido

Es el mejor restaurante italiano de aquí— le contó Conway haciendo que Emma asintiera

No me extraña— afirmó Emma. Emma se quedo mirando a Conway quien comía sus espaguetis concentrado.— Cuéntame de ti

¿Que te cuente de mi?— contestó Conway con tono divertido — A ti que te importa

Emma arqueo una ceja ante tal contestación. Pero la pasó desapercibida, y sonrió de manera irónica y arrugó la nariz haciendo que Conway viera esa movimiento.

No he sido yo la que ha dado la idea de venir a comer— contestó Emma divertida mientras dejaba el tenedor en el plato— Ademas yo soy muy habladora, a mi no me puedes tener callada toda la comida

Pues yo no soy muy de hablar— contestó Conway

No te creo— contestó Emma soltando sus carcajadas características— Eso quieres hacer creer, pero a mi no me la cuelas

¿Me vas a decir tu como soy yo, muñeca?— Conway se dio aires de chulo y Emma negó ante ese tal muñeca, como si le hubiese flipado pero lo intentaba disimular

Obviamente no— contestó Emma reprimiendo una sonrisa— Pero si que puedo pensarlo, no eres dueño de mis pensamientos

Emma le sacó la lengua y arrugó su nariz a la vez como una niña de 8 años. Haciendo que Conway girará la cabeza disimulando una sonrisa ante tal acción. Le parecía una persona súper infantil en ese aspecto, siempre tenía una sonrisa en su cara, a pesar de que hoy había discutido con su madre. El olor de Emma atrapaba a Conway en absolutamente todos los aspectos.

Yo soy de Vinewood— empezó Emma un tema de conversación haciendo que Conway se interesará

¿Y como has acabado en Los Santos?— se interesó Conway dando un trago a su cerveza

Supongo que tenía que alejarme de todo lo que me hacía daño— confesó Emma con media sonrisa enterneciendo a Conway— No suelo quedarme con aquello que me lastima

Vaya, en eso somos todo lo contrario— soltó Conway con media carcajada y Emma sonrió— ¿Quieres hablarlo?

¿Sabes que pasa?— le confesó Emma haciendo que Conway dejará el tenedor sobre el plato para ponerle más atención— Me paso todo el día escuchando a la gente hablarme de sus problemas, me encanta mi trabajo pero a mi nunca nadie me ha escuchado.

Como un acto reflejo, Conway alcanzó la mano de ella, y posó su mano sobre la de ella haciendo que Emma le sonriera ante tal apoyo moral que Conway le estaba cediendo. En sus manos juntas no solo se sintió apoyo, se sintió una electricidad que paso de un cuerpo a otro manteniendo las miradas fijas el uno en el otro. Conway de dio cuenta y despacio quito su mano haciendo que la cara de Emma mostrara desilusión, pero aun así sonrió.