Perritos, murciélagos y un mono lampiño (10)

223 29 5.1K
                                    

-Bien, es hora.-ágilmente salimos por la ventana.

-¿Estás segura?

-Tranquilo, te tengo a ti para protegernos de cualquier cosa.-puso una mueca.

-No te creas. Aún soy joven, mis poderes no están tan desarrollados.

-Cállate y muévete. Nos van a oír.-tomé su mano y comenzamos a correr hacia el bosque, en el lugar de la última vez.-Bien, es aquí.-pegamos espalda con espalda para estar más atentos.

-Oh, veo que al final trajiste a Sebastian.-pegamos un respingo y miramos hacia arriba. Mía se encontraba arriba, en la rama de un árbol.-Deberían cuidarse mejor. Pero me gusta su iniciativa.-con bastante agilidad y elegancia logró bajarse sin problemas. Seb me pegó hacia él, como acto reflejo de protección. Eso pareció divertir a Mía.

-¿Qué es lo que necesita?-mi hermano tomó la palabra.

-Su ayuda.-ambos fruncimos el ceño.

-¿Nuestra ayuda?-hablamos al unísono. Asintió con una sonrisa.

-Verán, luego de lo sucedido aquella vez, decidí venir aquí para seguir una vida normal, lejos de la locura de los poderes y demás. Extrañaba un poco mi vida como humana. Pero últimamente estuve sintiendo actividad mágica aquí, causando disturbios entre los humanos. Sentí unas auras familiares y los encontré a ustedes. Me sorprendió que estuvieran aquí pero a la vez me alegró. Me ayudarán a atrapar a los que sean que estén desequilibrando todo. Por mi pasado las brujas no quieren darme su ayuda y Hugo mucho menos. Pero ustedes...

-¿Y cuál es su necesidad de hacer todo eso? No es problema suyo.-otra vez, Seb habló. Le estaba dejando la palabra a él.

-No. No es mi problema pero me ayuda. Siento que necesito hacer algo bueno para remendar mis actos del pasado. Es un dar y recibir. Sé que ya cumplí con mi sentencia pero en espíritu necesito hacer esto. Si logro evitar el mal me sentiré mejor conmigo misma.-parecía decir la verdad pero... Intentaría leerle la mente pero no serviría de nada. Un adulto especializado sabe cómo bloquearla y, además, se daría cuenta. Sería una pérdida de tiempo.

-¿Y por qué cree que la ayudaremos?

-No estoy segura de que me ayudarán. Simplemente se los estoy proponiendo. Tenía fe en que sí me ayudarían. Tuve mis errores pero estoy intentando cambiar.

-Hagamos un trato.-ambos guiaron sus miradas hacia mí.-Nosotros la ayudaremos a evitar una catástrofe aquí y usted nos ayuda a regresar a nuestro hogar.

-Haré más que eso.-elevé ambas cejas.-Les enseñaré a abrir portales.

-¿En serio?-asintió.

-¿Es un trato?-intercambié una mirada con Seb.

-Es un trato.-le estrechó la mano.

-Bien. Jamás me busquen, es peligroso. Cuando sea necesario yo los solicitaré. Esas criaturas ya me detectaron y están persiguiéndome, por eso voy con perfil bajo. No quiero que nos vinculen, ¿de acuerdo?

-Lo entendemos.-asentimos.

-Eso es todo.-nos sonrió con gentileza.-La humanidad se los agradece.-y con eso se marchó.

-¡¿Oíste eso, Seb?! ¡Tendremos una aventura! Además abriremos portales y salvaremos a la humanidad. ¡¿No es asombroso?!

-No te emociones tanto. Hay que tener cuidado, no seas ingenua. Mía es peligrosa y no estamos seguros de que haya cambiado. Se veía honesta pero no lo sabemos aún. Veremos cómo marchan las cosas y de ahí nos agarramos.

¿Secrets? [Tercer Libro de ¡My Secret!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora