Inseguro (14)

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Trixy pov

-¿Seguros que vendrá? Ya ha pasado un buen rato.-Bufó Cameron.

-Tú no te quejes. A ti no te tocó cuidar al maldito.-gruñó Seb. Ya se podría sentir el mal humor flotando en el aire. Dixie se encontraba  ayudando a mi hermano mientras Piero se recostaba contra un árbol junto a Cameron. Por mi parte, agudicé mi oído para escuchar la llegada de Mía.

-Shh, dejen de hablar.-me quejé.-Oh, ya pueden dejar de lloriquear...

-...porque ya llegué.-Mía terminó mi oración. Todos, a excepción de mí, se sobresaltaron ante su llegada.-Lamento haber tardado tanto pero es que tenía que recibir a mis invitados en buenas condiciones. Veo que lograron atrapar al primero. Por favor, síganme.-El resto estaba dudando pero les di una mirada de que todo iría bien.

-De acuerdo, la seguimos.-habló mi hermano.

-Ven, Piero, súbete a mi espalda.-Me agaché para que pueda subirse con más facilidad.

-¿Qué? No, no voy a hacerte eso.-rodé los ojos.

-Tengo fuerza vampírica, ¿recuerdas?

-Prefiero subirme en la espalda de Seb. Soy un caballero, lo siento.

-Deja de serlo.-bufé.-Mi hermano está ocupado con el duende ese, Cameron no querrá llevarte y sería lo mismo con Dixie.

-Pero...-gruñí, lo tomé en brazos cual princesa y comencé a correr, siguiendo al resto a gran velocidad. Por la sorpresa, Piero se agarró con fuerza a mi cuello. Estuvimos un rato así hasta que llegamos a una gran e imponente mansión. Bajé a mi amigo.

-¿Te gustó el viaje, princesa?-me burlé.

-Hubiera aceptado ir en tu espalda. Al menos así hubiera conservado lo poco de dignidad que poseo.-reí.

-Por favor, adelante.-nos abrió las grandes puertas y nos dejó entrar. El lugar era muy elegante.-Síganme por aquí. Entraremos en un lugar secreto para encerrarlo en una jaula mágica y que no logre escapar.-caminamos por varios pasillos y bajamos unas escaleras hasta un extraño sótano. Aunque nos mostrábamos relajados, todos estábamos alerta. Ingresó una clave y una gran puerta de abrió, dejando a la vista varias jaulas.-Pueden dejarlo allí.-Seb y Dixie lo encerraron en la jaula y a continuación Mía encendió una especie de campo de protección.-Con eso bastará.-sonrió.

-¿Ahora qué?-miré a la rubia.

-Vamos a la sala de estar, allí hablaremos mejor.-asentí y la seguimos. Nos sirvió té a todos junto con unas galletas. Vaya...-Lamento que tengan que hacer el trabajo terrenal pero es que esos campos de protección gastan mucha de mí energía vital. Por eso requerí de su ayuda.

-Entendemos, señorita Mía. ¿Podría hacerle una pregunta?-habló Sebastian.

-Oh, por supuesto.-acompañó su respuesta llevando la taza de té a sus labios.

-¿Usted sabe la razón por la cual aquel duende estaba tan agresivo?

-Oh, eso. Es algo que aún estoy investigando. Otra de las razones por la cual no puedo ayudarlos. Es algo de lo que tenía que advertirles. Estas criaturas son algo agresivas. No importa si su naturaleza no lo es. Es por eso que hay que atraparlos cuanto antes.

-¿Y luego qué hará?-esta vez fue Cameron quien habló.

-Por el momento investigaré la razón de tal comportamiento. Cuando mi investigación avance pediré ayuda al consejo de seguridad mágico.

-¿Y por qué no pide ayuda desde ahora?-pregunté.

-Como sabrán, sus padres son los jefes como tales del consejo. No estoy en muy buenos términos con ellos y no me permitirán ayudar. Quiero mostrarles que estoy de su lado y que me estoy esforzando por mejorar.-Mía se puso de pie, se acercó a mí y acunó mi rostro con ambas manos.-Trixy, somos iguales. Sé que tú me comprendes. Ambas queremos demostrar de lo que estamos hechas.-sonrió. ¿Lo éramos? ¿Éramos iguales? Querer lo mismo no significa que tengamos las mismas intenciones.

¿Secrets? [Tercer Libro de ¡My Secret!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora