Colorful ; cth (editando)

Capitulo 3

Kimberly Punto de Vista.

Después de comer, subimos a mi habitación y nos pusimos a jugar videojuegos.

—¡¡GANEEE!!— exclamé feliz.

—¿Qué mierda...?— dijo Calum.

—¿Cómo coño puedes ser tan buena?— preguntó Luke.

—Practica cariño, aprendan de mamá— les dije.

—No eres mi mamá. Mi mamá es tu mamá— dijo Ashton.

—Ayyy... Ashton, ¿No ves qué es una expresión?— le dije.

—Ohhh ya, ya capté— dijo él.

—Que bueno— le dije.
—¿Quieren ositos de gomitas?— le pregunté.

—¡Yo quiero!— exclamó Calum como niñita.

—Pues bajemos— le dije.

Salimos de la habitación y dirigimos a la cocina.

—¿Dónde estarán esas gomitas?— murmuré pensativa.

—Tal ves las tenga yo— dijo una voz detrás mío. Calum. Está tan cerca que siento sus labios en mi oreja. Me volteé.

—¡Oh, gracias!— le dije. Nuestras respiraciones chocan. Su aliento es tan tibio. Todo esto es tan excitante.

—¿Dónde las encontraste?— le pregunté.

—En la gaveta de allá— señaló todavía mirándome a los ojos.

—Oh, ¡Gracias de nuevo!— exclamé y fui subiendo las escaleras.

—¡Oye! ¡Espérame!— gritó subiendo lo más rápido. Yo me encontraba riendo como una desquiciada.

—¿Por qué tanta risa—- preguntó Mike saliendo de la habitación.

—Él... las gomitas... yo... escaleras... gavetas... no puedo— dije riendo y exploto otra vez.

—Él... las gomitas... tú... escaleras... gavetas... todavía no entiendo, pero me da risa tu risa— dijo Mike riendo. Este chico es igual que yo.

—Bueno... a jugar otra vez. Ya quiero romperles ese pequeño culo que tienen— les dije todavía riendo.

—Oye pero yo no tengo el trasero pequeño— dijo Luke tocándose el trasero.

—Oh cariño... claro que lo tienes— le dije.

—Ven tócalo— dijo él y lo toqué.
—¿Verdad que no es pequeño?— preguntó.

—Claro que lo es— respondí con una sonrisa.

(****)

Los chicos se fueron y Ashton se fue a dormir, dice que tanto jugar le agota «Que hombre más flojo»

Me encuentro con Calum viendo La Sirenita. Amo esa película, lo se es raro pero bueh...

—Mira Ariel se dirije al barco— le dije a Calum emocionada.

—Ya lo se— dijo tan emocionado como yo.

—¿Te gusta La Sirenita?— le pregunté.

—No lo se, es la primera vez que la veo... así que...— me fue diciendo. Me volteé a verlo, él me mira fijamente; nos fuimos acercando hasta el punto donde solo se sienten el roce de nuestros labios, y el choque de nuestras respiraciones. ¡Esto es tan intenso!

—Creo que tienes que irte— rompí el silencio y me separé. Calum me miraba con el ceño fruncido. Pues lo siento, mi primer beso no será en cualquier parte, o con cualquiera. Osea, quiero decir, apenas lo conozco.