Castiel me mandaba señales desde lejos. Supongo intentando llamar mi atención, quería que vaya con él. Creo que gritaba algo, pero no se le escuchaba porque todas las ventanas estaban cerradas. Él está loco.
Decidí salir, unos cuantos alumnos lo vieron también y lo miraron extrañados, a lo que el respondió muy amablemente, sacando su dedo corazón, para luego volver a hacerme señas. ¿Por qué viene aquí a llamarme como desesperado? ¿No sabe aceptar un no por respuesta?
–¡Castiel! –Me miró burlón–.
–Delegado. ¿Ibas a dejarme plantado? –Se acercó desafiante–.
–¿Tan desesperado por verme? No tenía ganas de lidiar contigo hoy. –Crucé los brazos–.
–Mmm, eso no parecía en la mañana. –Dijo Castiel
–Bueno... ¿Qué necesitas? –Ya estaba un poco incómodo por la situación.
–Hablarte del clima, está jodido.
–Castiel, ¿Qué quieres? –Aparte de hacerme perder el tiempo.–
–Ya va delegado, no aguantas ni una broma. Quería hablarte de esta mañana. –Su expresión cambio a una que aún no sé descifrar–.
–Uhh, esta mañana yo... –¿Cómo le explicaría cómo termine ahí?–.
–Shh, estoy hablando. Fui un idiota, la situación tampoco colaboró.
–¿Es una broma? –Castiel disculpándose, eso es nuevo.
–¿Vine de payaso? –Rodó los ojos– Estoy hablando en serio.
–Ya esta bien, solo no me creo que te estés disculpando, eso es nuevo en ti.
–No es como si fuera un animal, rubio. –Dijo el pelirrojo algo fastidiado y de repente, su celular sonó, captando la atención de Castiel–. Bueno, debo irme, pero en serio, métete en tus asuntos.
–¡Oye, Castiel! –Las palabras salieron de mi boca sin siquiera haberlo pensado. Aquella era la única conversación que hemos tenido en mucho tiempo, tan larga y sin golpes. Lo que me impulso a llamarlo fue la rara actitud que tenía el día de hoy el pelirrojo. No por haberse disculpado, (Bueno, en parte sí) pero por otro lado, un aura abatida.
–¿Ya empezaste a extrañarme? –Intentó molestarme con ese comentario. Bueno, lo logró–.
–¿Está todo en orden? –Noté como la expresión del pelirrojo pasó de sorpresa a indiferencia en cuestión de segundos–.
–¿Qué parte de "métete en tus asuntos" no quedó clara rubio? –Claro, esta conversación no cambia nada, nostros seguimos siendo los mismos de siempre, y la amistad que alguna vez existió no va más–.
–Bien. –Di media vuelta y salí de ahí a paso apresurado–.
Castiel se quedó unos segundos mirando como el rubio salía de ahí huyendo. Y sintió algo que nunca admitirá, ni a si mismo, que era nostalgia. Volteó y siguió su camino, después de todo, tenía un día largo por delante.
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CastielxNathaniel Una historia de amor complicada.
RomanceUna historia simple, para algo complicado, el amor. Nathaniel y Castiel se complementan, solo que aún no lo saben.