Día 7 Libre

37 2 1
                                    

Era bastante pesado tener que levantarse diariamente a las 7 a.m para poder hacer todo el papeleo
Tsuna se arrepentía de haber aceptado ser el Neo Vongola Primo.

Había pasado diez años desde que acepto el cargo, era bastante pesado la vida de jefe, estaba planeando unas vacaciones para América.

Reborn había sorprendido al castaño regalando le boletos para Latinoamérica, pero esto no era para pasarla 100% de vacaciones, tenía que buscar al jefe de una familia que se encontraba en México y hacerse su aliado para que Vongola tuviera ahora expansión en Latinoamérica.

Se llegó el día, los chicos viajaban por todo México, no era difícil la comunicación puesto que Gokudera al hablar Italiano le era fácil hablar español (ya que son lenguas hermanas)

-Decímo ¿Y cuando buscará al jefe de dicha familia? -pregunto el pelo plata tomando de su agua.

-Yo digo que no hay que buscarlo, es muy relajante estar aquí pasándola bien -decía Yamamoto estirándose.

-Ay que regresar al Hotel a descansar tal vez después veamos eso -dijo Tsuna algo cansado.

En el hotel tenían la mejor habitación del lugar, e incluso todo lo incluído, pero al guardián del sol le dió tremenda hambre y quería mejor salir por comida a la calle.

-¡Estás loco Friki de las peleas! Tenemos RoomService y quieres ir a comer a la calle, estás loco -el pelo plata soltó una vocanada de humo.

-Jaja, tranquilo, yo te acompaño -Yamamoto se puso un suéter para acompañar a Ryohei.

Traían comida para todos, aunque no se lo hubiesen pedido, la cuidad era tranquila, pero por los techos se escuchaban extraños gruñidos.

-¿Que será eso? -se preguntaba el azabache comenzando se a poner a la defensiva.

-No lo sé, parece un animal, debe ser un perro, hay muchos en las azoteas -dijo el pelo blanco también preparado para lo que sea.

Se apresuraron a llegar al hotel y cenar.

Al día siguiente le contaron lo ocurrido al castaño, este se extraño pues era raro  que un perro solo gruñera y no ladrara, también era extraño el que hubieran pensado que hubiese un perro en las azoteas de los edificios.

El castaño tenía que ir al banco para cambiar el resto de yenes, Gokudera se ofreció a acompañarlo y este acepto.

En el banco era todo silencioso y lento, incluso era lento llegar a la ventanilla para cambiar el dinero.

Tras una hora de haber llegado al fin a la ventanilla lograron cambiar el dinero, cuando estaban a punto de salir un hombre con pasamontañas negro les amenazó con un arma de asalto que se volvieran a meter, detrás de este se metieron 5 más y comenzaron a amenazar a la gente, a los cajeros y a disparar a las cámaras de seguridad.

-¡Al suelo o de aquí nadie sale vivo! -grito uno disparando al techo.

-No mames otra vez -dijo un cajero que era amenazado.

-Ya cállate y comienza a sacar el dinero de la bodega.

-¡Oigan nosotros no somos de aquí! ¡Sueltenos o...! -hablo Gokudera.

-¡A mí me vale madres! -un asaltante le golpeó la cabeza con el mango del arma.

El pelo plata cayó de rodillas por el dolor el castaño lo quiso ayudar pero era apuntado con un arma en su cabeza y obligado a estar agachado como el resto de las personas en el lugar.

Un gruñido se empezó a hacer notorio por el resto del lugar, los asaltantes y una cajera que al parecer estaba coludida con ellos comenzaban a ponerse nerviosos y trataban de acelerar el proceso.

KHR WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora