Ơեօղ̃օ

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Notita: Nuevamente, este será un capítulo algo largo, así que tengan a la manos algún bocadillo o bebida. Sin más que decir, disfruten de la lectura.


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    Hinata Shouyou, el hombre más respetable y honrado que he conocido ahora era el más temido de todo el campus de literatura. Que te pueda mandar a volar cuando explotaba en cólera ya no era una razón considerable, sino, como siempre, se trataba del aspecto físico.

    Costó algo de tiempo —mes y medio para ser exactos—, pero juntó nuevamente el coraje para no ocultar más sus "desperfectos" y volver a mirar el mundo con la cabeza alzada, sin desviar la mirada de los ojos insistentes de respuestas y hambrientos de debilidad. No señor, el mundo no volvería a ver a ese hombre dudoso de sí mismo. Y es que, como se sospechaba anteriormente, las manchas cafés seguían envolviendo su cuerpo bajando del cuello, "estropeando" sus brazos, manos y parte de su abdomen. Pero ya no le afectaban las críticas, aprendió que era una consecuencia y no había nada que hacer para cambiarlo.

—Es extraño, Tsukki, estaba acostumbrado a que me vieran con odio o repudio sólo por el hecho de amar a los hombres... ¿Seguro que no parezco una vaca o algo así?

Lo que yo diga debe de jugarte en contra dentro de esa cabeza inteligente, ¿okey? Incluso es mejor, ya no te molestan como antes.

—Y ni siquiera me hablan por tareas, es raro... Que se siente tan bien, no puedo expresarlo con claridad

—Bueno, algún día encontrarás las palabras correctas. No hay prisa.

—Ojalá, digo... bueno no, tienes razón, no hay prisa por el momento.

    Otro fatídico día de estudios y rompecabezas terminó. Y a pesar de que pasamos las horas libres comiendo e intentando escribir algo, en ningún momento sentí la necesidad de estar solo... Algo que hasta hace no mucho sentía. Ocasionalmente era porque todo a mi alrededor era muy ruidoso y repetitivo, hasta el canto de las aves me hostigaba, o simplemente porque nunca me vi en la necesidad de rogar por compañía; soy alguien más del montón y hay veces en las que no tengo un tema de conversación... Al menos hasta que él llegó a mi vida.

—Tsukki, ¿podemos irnos a los dormitorios?

—No soy tu madre para que tengas que consultarme todo, puedes adelantarte si quieres, también tengo la llave del cuarto.

—¿Estás insinuando que parezco un niño?

—Eres un niño, Hinata. Mental y físicamente eres el reflejo de un niño.

—¡Eso es muy ofensivo de tu parte!... Pero tienes razón en algunas cosas.

—Creí que me reclamarías por otra cosa.

—¿Por qué tendría que reclamarte por querer también tu espacio? Estaré loco, ni mi pareja eres para que estés vigilado día y noche.

—¿Ah? —Esa directividad era nueva y, de cierto modo, taladrante.

Roomie |TsukiHina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora