Capitulo 5

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Narra Guillermo:

Voy de camino a casa después de pasar una noche de total calma y serenidad que ya hace pocos días no tuve, en el transcurso a esta me pongo nervioso pensando en que mi madre ya se habrá levantado de dormir y estará preocupada como siempre de mi paradero por el simple hecho de que no suelo salir mucho y tampoco suelo irme sin decirle nada ni a ella o a mi padre y en casos más extremos a mi hermana. Y con eso en mente me apuro a llegar para poner una excusa como “tuve que salir al trabajo más temprano por una urgencia” o una simple mentirita piadosa como “a uno de mis amigos le paso algo y tuve que irme más temprano” cosa de no preocuparla, porque seamos sinceros un padre o madre siempre se preocupa si no te ve o te pierde de vista y llegar a casa para luego decirle “estuve tomando y me quede dormido en el parque” no es algo que la deje tranquila o feliz.

Caminaba a paso rápido, pensando en posibles respuestas a las preguntas que de seguro me esperaban por parte de mi madre tales como: “¿Dónde estuviste?” “¿con quién estabas?” o la más casual “¿Qué estabas haciendo?” en ese pequeño tiempo que me llevo pensar no me di cuenta que me estaban llamando, así que pare y por el ruido que había en las calles me decidí a irme a un callejón que quedaba cerca para hablar más tranquilo y seguro.

Así que al llegar a este, saque mi móvil del bolsillo y mire la pantalla para ver quien llamaba, como de costumbre era Frank, así que para restarle importancia y bromear un poco decidí gastarle una broma con ironía…

- hola, ¿Qué pasa? ¿Ya me extrañas demasiado?

Dije casi en tono sexy para luego intentar no reírme y arruinarlo todo, el al darse cuenta de mi pequeño intento de broma solo la siguió con algo de ironía respondiendo al mismo tiempo que preguntando…

-no mucho cariño, yo aquí limando me las uñas y solo quería saber dónde estabas para ver que hago…

Yo solté una carcajada al oír sus palabras, púes no aguantaba más la risa que contenía dentro de mi interior esperando al momento justo para reírme de él. 

Con algo de inocencia y fregándome un ojo con las manos a la vez que bostezando por despertar hace apenas instantes, le pregunte algo ido …

-¿hacer con qué? No te entiendo bien.

El solo suspiro pesadamente, para luego decir en pocas palabras…

-el trabajo que debías entregarme, te estoy esperando en la cafetería hace media hora ¿Dónde estas?...

 Yo algo vuelto en si, le conteste alarmado y a la vez algo desorientado…

 -voy para allá, espera me que ya llego voy a casa busco el follo con el documento y voy en camino allí.

 Dicho eso, comencé con la caminata nuevamente cortando la llamada y caminando a paso firme y veloz a casa, sin darle mucha importancia al camino.

Al llegar a esta, entre prácticamente volando a mi cuarto y saque el documento con los papeles y me fui de vuelta. No llegue ni a despedirme de mi madre que por cierto, me esperaba sentada en la mesa del comedor algo preocupada, preocupación que empeoro al ver que entre y me fui prácticamente volando de la casa.

Se que luego tendré que dar muchas explicaciones inútiles para calmar sus pensamientos, pero ahora no hay tiempo para la familia… solo el trabajo.

Camine a paso firme pero rápido por las calles de mi vecindad, fijándome en las personas que pasaban frente a mi y que con prisa intentaba ignorarlas por completo, al igual que algunos de mis vecinos quejosos que siempre encuentro por la zona.

Como la señora doña Maria que siempre se la pasa criticando mi atuendo, mi forma de caminar o mi trabajo, que a decir verdad a ninguno de mis vecinos chismosos le agrada. Piensan que no es un trabajo normal y que a pesar de que consigo el dinero para llegar a fin de mes, hago otro tipo de méritos para ganarlo. 

Un Amor sin FronterasWhere stories live. Discover now