DOS.

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Como todas las noches, Jungkook salió a inspeccionar los alrededores y entre caminata, y más caminata entró al bosque. Con un galope de fuego en una de sus manos, se abría paso entre los matorrales, pero detuvo su andar cuando escuchó ruidos, tipo quejidos.

— ¿Quién está ahí? —preguntó Jungkook alumbrando en todas las direcciones. No hubo respuesta alguna, así que continuo su camino.

De pronto se queda estático cuando más adelante nota algo perturbador, eran dos mujeres desnudas, frotándose entre ellas y bebiendo sangre de un animal muerto. Por unos segundos Jungkook tuvo miedo, pero recordando las palabras de su padre de que Dios siempre está con él, se enfrentó a las brujas, porque eso son, brujas.

— Malditas asquerosidades de la humanidad, urge extinción de ustedes...— les aventó agua bendita que siempre llevaba en un pequeño frasco.

Las mujeres lejos de quejarse de dolor como Jungkook pensó, se rieron, sus cuerpos se elevaron y volaron hacía él para atacarlo.

— Mira que grato regalito, podemos sacrificarlo y beber su sangre.— se burla una de ellas.

La otra pasa la lengua por la mejilla de Jungkook y lo deja atontado.— Te traigo unas ganas virgencito.

Entre las dos planeaban desnudarlo para jugar con él, cuando Jungkook reaccionó y sacó una pequeña cuchilla y se lo clavó a una de ellas, logrando liberarse del agarre. Las brujas enojadas lo persiguen, mientras que Jungkook corría en busca de salvarse o mínimo llegar y morir donde su padre. Al estar distraído no se fijo bien y tropezó con una rama, su cuerpo rodó cayendo por un barranco y lo último que recuerda es haber impactado contra una roca antes de perder el conocimiento.

Por otro lado, Jimin bailaba a unos metros de casa, su cuerpo estaba sumamente desnudo y bailaba frente a una fogata, quemando una ofrenda a sus antepasados entre ellos sus padres, cualquiera que lo viera pensaría que está invocando a algún demonio, y por esa razón no se alejo tanto de casa. Vivir un poco alejado de los demás también era de mucha ayuda para que Jimin pudiera tener más libertad.

Al terminar, se viste y deja que las llamas de fuego se apaguen solas. Camina de regreso a casa hasta que se percata de un bulto encima de una roca, por curiosidad se acercó a ver, la luz de la luna alumbró el rostro del muchacho, era Jungkook, el hijo del reverendo.— Pero...— Jimin verificó si el muchacho aún estaba vivo, y si lo estaba, pero pronto su vida se apagaría si no hacía algo para ayudarlo.— Quizás me arrepienta de esto pero es lo correcto.— susurró Jimin nervioso, se acercó al rostro de Jungkook y posando sus manos en las zonas afectadas, cerró los ojos concentrándose en curar al muchacho.

Las heridas se cerraban, la respiración de Jungkook se estabilizó y pronto el cuerpo de él, estuvo como nuevo.

— Adiós.— Jimin posó sus labios en los de Jungkook y se retiro, dejando el cuerpo del chico, ahí.

Al llegar a casa, el brujo Jimin, se quedo con el corazón latiendo a mil. Hizo lo contrario a lo que le dijo a su tía, se acercó de más a Jungkook y lo besó.

¡Oh, calderos hirvientes!

Fue su primer beso.

— ¿Jimin, estás bien? — el rubio brinco ante la voz de su tía.

— Tía, me asustaste.— se llevó la mano al pecho.

— ¿Qué tienes? ¿Te notó nervioso? — la mujer lo observó entrecerrando los ojos.

Jimin evitó la mirada de su tía, ella era una bruja experimentada y podía sacarle la verdad, leyendo sus pensamientos atraves de la mirada.

— Estoy bien. Ire a descansar, buenas noches tía.— la abrazó y se retiró a su habitación.


Witch In Love || KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora