Prólogo

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.


Prólogo

Aquello era un desastre absoluto. Desde el interior de la madriguera Bunnix observó con angustia como caía Chat Noir sin que Ladybug pudiese hacer nada al respecto, la vio correr hacia a él y ser akumatizada. Ojalá pudiese salir de la madriguera, pero tanto Chat Noir como Ladybug le habían pedido que no lo hiciera y que buscase ayuda llegado el momento.

Bunnix se tragó las ganas de llorar por ver a sus dos amigos vencidos de aquel modo tan cruel, maldijo al universo por no permitirles vivir la vida plácida y feliz que tanto se merecían. Pateó el suelo de la madriguera y se puso en marcha, tenía dos traseros que salvar o tres, dependiendo de cómo se mirase.

—Mis padres no están en casa —susurró Marinette muy pegada a Chat Noir—. ¿Quieres entrar?

—Me encantaría.

Vio a Chat colar las manos bajo la camiseta de Marinette y reprimió una risita. Eran tan monos que podría pasarse la vida contemplando sus momentos felices, pero más le valía interrumpirles antes de que la cosa fuese a más.

—Plagg...

—¡Oh! Siento interrumpir este apasionado momento.

Chat Noir bajó de un rápido y certero tirón la camiseta de Marinette, miró a Bunnix con una sonrisa nerviosa en los labios.

—Tranquilo Gatito Noir no es la primera vez que os pillo con las manos ocupadas —musitó Bunnix con una risita mal disimulada.

—Bunnix, ¿qué es lo que ocurre? —preguntó Marinette con las mejillas rojas.

—Hoy no vengo por ti Minibug. Necesito tu ayuda, Gatito Noir.

Se señaló a sí mismo como existiese algún otro Chat Noir y estuviese plantado en aquel mismo balcón. Bunnix suspiró poniendo los ojos en blanco.

—Claro que te hablo a ti, hay un... evento desagradable y sólo tú puedes ayudarme.

Chat miró a Marinette quien asintió con seguridad.

—Te estaré esperando aquí mismo.

Caminó seguro hasta ella que le dio un par de palmaditas en la espalda antes de abrirle el camino hacia la madriguera.

—Antes de empezar, aquí hay normas, no muchas, pero las hay: nada de usar el cataclismo aquí adentro, no se puede mirar por las ventanas temporales, no se pueden tocar las ventanas temporales y nada de preguntas absurdas.

—¿Eso es el futuro?

Bunnix bufó y le propinó una sonora colleja.

—Adrien Agreste —soltó con seriedad—, concéntrate porque el mundo entero depende de ti.

—Yo no soy Adrien, soy...

—Chat Noir, Adrien, sé quién eres, sé quién es Marinette. Sé cosas y no puedo contártelas.

»Así que si quieres que Mari siga dándote mimitos concéntrate.

—De acuerdo —replicó con las mejillas rojas.

—Te voy a hacer un pequeño resumen —musitó porque tenía claro que la cabeza de Chat Noir no estaba demasiado clara en aquellos momentos como para ser ágil captando mensajes—. Todo ha empezado con un akuma, has hecho el idiota, has caído y a causa de eso Ladybug está en manos de... —dudó sobre qué nombre debía usar para el villano, finalmente pronunció aquel con el que estaba familiarizado—. Hawk Moth.

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