Epílogo

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Epílogo

Marinette regresó del templo de los guardianes con el prodigio de la mariposa entre las manos. Fong la había vuelto a nombrar guardiana, aunque de un modo diferente a la primera vez. Su memoria no quedaría ligada por completo a la caja, esta tampoco cambiaría para adaptarse a su nueva dueña. Llegado el momento podría liberar todo el poder que se escondía en sus prodigios y usarlos sin límite. Era extraño porque todo lo que ella había deseado era acabar con la misión de Fu y darle la paz que merecía, sin embargo, se había convertido en dueña fija de una caja de prodigios.

La charla con Fong fue extraña y desacostumbrada, el hombre que siempre se mostraba ligeramente hostil y, sobre todo, altanero con ella, había bajado el tono tratándola casi como a una igual. Marinette se atrevió a formular las tres preguntas que le aterraban y obtenido sus correspondientes respuestas:

Gabriel Agreste sería liberado. Podría volver a su vida normal, un prodigio se encargaría de empañar el recuerdo de Hawk Moth y su vínculo con el diseñador, aunque no desaparecería jamás. Por supuesto, era una libertad con condiciones, siempre habría alguien vigilando; nunca podría acceder a un prodigio; una parte de su fortuna se destinaría a las reparaciones que precisase el templo. Nathalie Sancoeur sería libre, podría ir y venir. Nadie, a parte de los presentes durante la última batalla, sabía que ella era Mayura. Sus crímenes no se consideraban tan graves como los de Gabriel. Marinette supuso que, de todos modos, alguien la vigilaría también.

En cuanto a Lila, los guardianes la habían considerado extremadamente peligrosa. Sus fines eran egoístas y destructivos, no existía un punto de nobleza en nada de lo que había hecho. Fong le aseguró que jamás saldría del templo, también que en ningún momento estaría cerca de un prodigio. Marinette no quería pensar en lo que eso significaba y en lo terrible que podría llegar a ser. Y Félix al romper su alianza con Lila y haber recibido aquella humillación por parte de si antigua aliada, Fong, le había impuesto un castigo menos severo. El maestro le había dicho que jamás podría olvidar su propia akumatización y, sin necesidad de detalles, Marinette comprendió que harían que le acosase en sueños o cada vez que tratara de volverse en contra del bien.

Pasó casi rozando a Adrien y se metió en el pequeño cuarto que se había convertido en su propia sala de los prodigios. La caja descansaba en el centro de esta, solemne y silenciosa, Marinette la abrió con los dedos temblorosos revelando todos sus recovecos y sus joyas. Dejó que la breve sensación de vértigo se esfumase sin apartar la mirada del cuadro superior de la caja. Sus tres huecos vacíos le erizaron el vello de la nuca.

—Es hora de volver a casa, Nooroo, se acabó la pesadilla —musitó acariciando el prodigio con los dedos.

El prodigio de la mariposa volvía a estar en sus manos, a salvo, en casa. Una semana después de la derrota de Dryadula, Fong, se lo había devuelto. Marinette no entendía muy bien porque había necesitado llevárselo, aunque suponía que tenía algo que ver con el vínculo que había enlazado las energías de Gabriel y Lila.

Marinette dejó con cuidado el prodigio de la transmisión en su lugar, respiró aliviada al verlo en aquel hueco que había conocido vacío, acompañando al de la emoción. Habían sufrido tanto a causa de aquella joya, pero aún y así, una parte de ella estaba muy agradecida a aquel caos que había provocado. Gracias a aquella joya mágica había encontrado a Adrien y él a ella.

Con el prodigio dentro de la caja se acababan los secretos, al fin, eran libres.

Marinette se quitó los pendientes manteniéndolos en la palma de su mano, Tikki la miró y asintió.

—Tikki, has sido la mejor compañera que he podido desear y te voy a echar mucho de menos —murmuró al borde de las lágrimas—, pero pronto volveremos a estar juntas.

—No te preocupes, Marinette. Lo comprendo, tienes que cuidarte.

Lo sabía, pero aún y así se le partía el corazón al separarse de aquella pequeña kwami que la acompañaba en su día a día desde los catorce años.

—Ojalá no tuviera que hacer esto.

—Pero debes hacerlo —musitó la kwami—. Cuando volvamos a vernos estarás en condiciones de usar el prodigio, serás más fuerte.

—Lo sé...

—Y podré conocer a tu bebé. Seguro que será tan valiente y fuerte como lo eres tú.

Marinette asintió con las lágrimas agolpándose en sus ojos.

—Oh, Tikki, tengo tanto miedo... ¿Y si no sirvo para esto?

—Marinette, serás una buena madre, estoy segura. Y no estás sola, Adrien y Plagg cuidarán de ti y te estarán ayudando a cada paso.

»Nos volveremos a ver.

Comprendió que seguir alargando aquella despedida hería a Tikki tanto como se hería ella. Frotó con cariño su cabeza con el dedo índice e inspiró hondo.

—Hasta pronto. Tikki, renuncio a ti.

La kwami de la creación se desvaneció absorbida por el prodigio. Marinette sollozó apretando los pendientes contra su mejilla un instante, los colocó con cuidado en su correspondiente hueco.

Salió de la sala cabizbaja y le dedicó una sonrisa frágil a Adrien, que se levantó del sofá en el que la esperaba para refugiarla en un cálido y estrecho abrazo.

—Voy a echarla de menos.

—Puedo usar el prodigio cuando necesites verla —susurró Adrien.

—Lo siento también por Plagg, porque no podrá verla.

—Plagg sobrevivirá, además puede entrar en la caja siempre que quiera.

Pero no era lo mismo y Marinette lo entendía. Estar separado de la persona amada dolía. Tal vez para los kwami el modo de entender las relaciones fuera diferente, pero la necesidad de cercanía era la misma.

—Ahora tienes que pensar en ti, el resto ya llegará.

—Ya...

—Dryadula ya no está, no hay ningún supervillano y de las rondas podemos encargarnos Bunnyx, Viperion y yo. Tómatelo como unas merecidas vacaciones.

—Vacaciones... creo que a una parte de mí le gusta la idea.

Plagg salió de la caja de los prodigios, miró a su portador y a Marinette y se acercó a ella decidido.

—Ahora te cuidaremos nosotros a ti —declaró palmeándole la punta de la nariz—. Y dentro de nada estarás como nueva.

—Gracias, Plagg, eres el mejor.

—Oh, humana, me vas a hacer llorar.

—Os quiero —declaró Marinette tendiéndole la mano con la palma hacia arriba a Plagg para que se acomodase en ella—. Seremos una buena familia, ¿verdad?

—La mejor familia del mundo —contestó Adrien besando su frente—. Nuestra casa estará llena de risas y de cariño.

—¡Puaj! Qué cursi.

Marinette rió mientras Adrien regañaba al kwami. Deseaba de verdad que fuera así, que no apareciesen nuevos villanos para destruir la paz que tanto les había costado conseguir. Risas, amor, paz y una vida larga y aburrida de adultos normales y corrientes. Adrien la besó en los labios pese a las protestas de Plagg.

Se había acabado la lucha, ahora tocaba disfrutar de todo lo demás.

Fin

Notas de la autora:
¡Hola! Con esto llegamos al final de esta historia. Me apunté al NaNoWriMo con muchas ganas, pero se me hizo realmente complicado sacarlo adelante, me costó horrores reconciliarme con esta historia, pero al final lo conseguí. Aunque, en general, no ha tenido muy buena acogida, os agradezco de corazón a las personas que me habéis leído y, sobre todo, a las que me habéis dejado vuestras opiniones.
El NaNoWriMo de 2020 queda oficialmente cerrado con 61.909 palabras, superando la meta que me impuse de 60.000 palabras.
Gracias por vuestros comentarios: LunosA, Sakurita24, LightGiogia, Chiararco, Butercup77, Koteru194Laos y LetyMartinez374.
Nos leemos pronto.

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