Portegas D. Ace

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El sol tostaba la piel morena de Mao,la chica se iba poniendo crema bronceadora y no notaba la mirada de cierto pecoso tras las palmeras.

Ace- Necesitas ayuda con eso?

La chica se giró con cara de enfado, la noche anterior Ace se había quedado dormido cenando, ignorando a la morena por completo y haciendo que la chica se sintiera rechazada. e
Ella giró la cara y siguió echándose crema en las piernas, él se acercó lentamente y se sentó en la toalla con ella.

Ace se miraba las botas sin saber como afrontar la situación, miraba de reojo la piel dorada de la chica,con ganas de acariciarla pero sin atreverse a ello.

Mao- Ya que estas aquí haz algo y echame crema...

Ace apartó la larga melena morena de la chica pasándola por su hombro, empezó a masajear la espalda de la muchacha, notó como los músculos de ella se iban relajando ante su contacto. La chica suspiró y Ace se atrevió a acariciar la cintura de Mao y abrazarla, posando suavemente sus labios en la nuca de la chica, haciéndola estremecer ligeramente.

Mao- Dejame idiota, que luego te duermes... - La chica le increpó con sorna, Ace gruñó y le mordió el cuello, Ace, sentado tras de ella apretó su cuerpo contra el contrario, haciéndole notar la erección que le apuraba desde que había tocado su piel.

Ace – Te parece que quiero dormir ahora?

La chica sonrió girando su cabeza para poder besarse, las ganas que se tenían desde el día anterior estaba claramente presente. El pecoso acarició el vientre de la morena, subiendo hacia sus pechos y acariciándola por encima del bikini, esa maldita tela le molestaba desde hace rato, pero el resto de la tripulación no andaba lejos y no era prudente arrancarselo en la playa.

Ace - ¿Quieres que vayamos al barco?

La chica no contestó, mantuvo una sonrisa inquietante, el moreno ya la conocía y sabía que algo planeaba, no iba a librarse tan fácilmente de haberle dejado con las ganas la noche anterior. Ella se levantó y empezó a recoger sus cosas con parsimonia, Ace la esperaba de brazos cruzados tamborileando con los dedos, nunca había pensado que era impaciente, pero esa mujer lo estaba torturando. Se agachaba mostrando su trasero para recoger sus zapatillas, retiraba su cabello por detrás de la oreja, se movía gracilmente sacudiendo la arena de algunos sitios que Ace estaba deseando devorar, pero el chico era consciente de que la muchacha estaba jugando, y no iba a caer en la trampa.

Empezaron a andar camino al barco, habían entrelazado sus dedos y la chica le sonreía, la verdad se conocían hace años, prácticamente desde que el muchacho se hizo ala mar, siempre habían tenido química pero jamás se había planteado algo serio entre ellos, al día siguiente el barco se volvería a ir separándolos y por una vez, a Ace le dolía pensarlo...

Ace – Mao...

Mao - ¿Mh?

La chica se giró contrariada, Ace había hablado con un tono de voz muy serio y se había parado, normalmente sus encuentros se basaban en borracheras y sexo salvaje, para luego ir cada uno por su lugar, pero desde que se vieron el chico había actuado muy extraño.

Se quedaron en silencio mirándose fijo, el pecoso acarició el rostro de la morena suavemente y la besó, enredando sus dedos en la nuca de ella, era un beso tierno, ansioso, posesivo, con unos sentimientos que puño de fuego no era capaz de expresar con palabras, pero que esperaba hacérselo sentir con sus actos.

Ella rodeó el cuello del mayor con sus brazos, sentía un calor muy diferente a la excitación de momentos antes, un calor que se iniciaba en el pecho y recorría cada una delas partes de su cuerpo.

No dijeron nada, siguieron andando hasta el barco y llegaron al camarote de Ace, dónde volvieron a besarse pausadamente, sabiendo que tenían toda el día y la noche para ellos.

Ace desnudó poco a poco a Mao, besó su piel recorriendo las marcas que el sol había dejado, bajando por el cuello hasta sus pechos que por fin tenía en frente sin ningún obstáculo.
La chica gimió cuando el pecoso empezó a lamer y succionar sus pezones, llevaba tanto rato deseando eso que habría jurado que se venía sólo con ese roce. Ace bajó su mano acariciando los muslos de su acompañante, el chico sonrió antes de seguir el mismo camino para lamer profundamente a la morena.

La muchacha se estremecía ante el contacto de la traviesa lengua del joven, apenas duró unos minutos en llegar la ola de un fuerte orgasmo que la arrolló, sin prácticamente poder recuperarse, Ace se introdujo en ella, haciendo que ante esa invasión la chica se corriese de nuevo ante la satisfacción del moreno.

Ace estaba en la gloria, bajo él estaba una chica escultural, con los ojos llorosos de placer derritiéndose ante sus movimientos, apenas duró cuando empezó a moverse, haciendo que la chica le mirase con incredulidad.

Mao: En serio ya?!

Ace: Que esperabas??

La decepción de la chica no duró mucho ya que Ace tenía energía de sobras, él empezó a juguetear con sus dedos, introduciéndolos por su húmeda entrada y repartiendo sus fluidos humedeciendo otro punto que tenía ganas de visitar.
La chica no dijo nada, las oleadas de placer eran tan intensas que apenas notó dolor cuando el pecoso introdujo dos dedos directamente por su ya humedecido trasero, mientras atendía con su boca su sexo que palpitaba con ansia.
Puño de fuego ardía de deseo, hizo que la chica se girase poniéndose de rodillas para facilitar la entrada, cuando vio su trasero expuesto no pudo evitar seguir preparándola con su lengua, la chica gemía mientras ella misma seguía acariciando su clítoris rítmicamente.
Aún con toda esa preparación, cuando el muchacho se introdujo en ella, un par de lágrimas brotaron de sus ojos, el muchacho se quedó quieto para que la joven se acostumbrase a su enorme miembro mientras le amasaba los pechos y pellizcaba sus pezones.
Cuando empezó a moverse la chica tuvo que apoyarse en la pared, las estocadas de Ace eran profundas, notaba como si con tanta fuerza pudiera partirla en dos, Ace no dejaba de moverse mientras a la par introducía un par de dedos en ella a la vez, la chica se sentía llena de Ace envestida tras envestida. El pirata siguió taladrando ese trasero hasta que escuchó a la chica gritar su nombre, él no pudo aguantar más y se vino con ella.

Mao - Joder Ace...

La chica apenas podía respirar, miró a Ace que sonreía, le apartó la melena para verla mejor.

Ace - Oye... Cuando vuelva de mi misión quiero que estemos juntos...

Mao - Aún no nos hemos separado y ya estás pensando en...

El chico la besó, de nuevo lento y calmado, tras su deseo culminado él chico sólo quería transmitir eso que le costaba tanto decir.

Mao - Ace... Te echaré de menos

Ace - Cuando vuelva me quedaré a tu lado para siempre...

Mao - Ace pero que...?

Ace - Te quiero... Y cuando vuelva de terminar con Teach no quiero alejarme nunca más de ti.

Mao - Ace... Yo también te quiero, te esperaré...

One Shot One Piece x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora