Trunks Brief, arrastrastraste a tu mejor amigo a un juego sucio, del cual el ni siquiera quería participar.
Fuiste caprichoso y egoísta.
Por lo tanto, acepta las consecuencias de tu decisión.
Ahora:
¿Que estarías dispuesto a hacer para recuperarl...
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— LIMITACIONES —
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Narrador omnisciente
Pensó en muchas opciones para sacarle dinero al peli-lila. Allí, sentada y con una taza de café en la mano, lo veía descansar mientras múltiples ideas de envolver su billetera, se conctetaban en su imaginativa cabecita.
¿Podía ser su boleto para salir de pobre?
Quizá.
Con algo de audacia y una buena coquetería, podía causar que aquél joven se enamore de ella. Al menos, eso fue lo que pensó.
Luego de no tener nada.
Pasar a ser la esposa de un millonario, era una idea tentadora. La rubia no sé conformaría con recibir solo las migajas que este pudiera darle. Si bien su conversación del día anterior estuvo muy lejos de tener propósitos íntimos, ella sabía como atraer a los hombres.
No dejaría escapar su oportunidad.
La puerta de la habitación se abrió y eso la sacó por completo de sus pensamientos.
Una mujer de edad madura, cuyos ojos eran azules como el cielo irrumpió de golpe en la habitación del Brief. Le dió un leve vistazo a la chica de ojos grisaseos que la observaba a detalle y avanzó en busca del heredero de la C.C.
—Hola —la mayo saludó en tono gélido.
Marron agitó su mano, e intentó devolverle el saludo. Algo en esa mujer le había llamado profundamente la atención y su belleza desde luego logró cautivarla.
—Que... Bonita —la muchacha la admiraba con sus pupilas levemente dilatadas.
El dueño de casa abrió sus ojos e interrumpió con su voz en un leve bostezó. Estaba estirándose sobre la cama.
:—Krillin olvidó su placa ayer por la tarde —18 anunció el motivo de su visita.
Trunks parpadeó repetidamente, reincorporándose en su lugar.
Le sonrió a ambas y se levantó de la cama con mucha pereza.
—Es un placer verte Dieciocho —el joven Brief entonó de manera cálida, en tanto re dirigía sus pasos a la mesita de luz— la guardé por aquí.
