Una lluvia misteriosa cae sobre el lugar mágico, donde todos se habían reunido gracias al destino. La tienda de deseos, donde La Bruja de las Dimensiones vive y atiende a los que tienen un deseo que cumplir, como los recién llegados de otra dimensión.
Syaoran, un chico que cargaba a su mejor amiga y persona más querida, Sakura, la cual permanecía fría e inmóvil, como un recipiente. Él deseaba salvarla a como dé lugar, sin importar que le costara, dio lo más preciado para él, según la bruja era su relación con la chica, nunca más recordaría su relación con él. Aun así no dudó, y aceptó aquel camino.
A su izquierda estaba Kurogane, un joven alto y moreno, de vestimenta negra y portando una espada, parecía bastante agresivo, hasta peligroso. El deseó volver a su mundo, quien sabe que le daría la terquedad de desear algo tan directo. Aun así él también debía dar algo a cambio, en este caso su preciada espada. El hombre estaba renuente a dar ese objeto, pero al final, molesto con la bruja, entrego la brillante hoja, con la intención de regresar por ella.
A la derecha estaba Fye D. Flourite, otro chico que parecía bastante joven, pero este era más misterioso y de apariencia angelical. Cabello rubio despeinado, piel clara y ojos de azul brillante, según su presentación era un mago. Irónicamente, el deseó todo lo contrario a Kurogane; nunca regresar a su mundo. Extrañamente, su precio era un tatuaje en su espalda, el cual él intentó mantener, queriendo entregar su báculo, sin embargo la bruja no acepto, quería lo que pidió y solo eso. Sin opción para oponerse al verdadero precio, el joven entrego el tatuaje, con una sonrisa forzada.
Parecía ser bastante aquello que todos habían dado como precio, ya que para cumplir sus deseos deberían pagar juntos, pero faltaba alguien más. Atrás de Syaoran se encontraba una chica que apenas había llegado de su mundo, morena y de largo cabello azul oscuro, parecía estar congelándose por la lluvia a diferencia de todos los presentes, que parecían más resistentes. Su mirada expresaba confusión al observar a los presentes dar cosas tan importantes para ellos, preguntándose qué debería dar si también pedía algo.
— Por favor, preséntate también — Pido Yuuko a la joven viajera.
— Me llamo Shirome — Responde de forma nerviosa, he intenta continuar de manera sencilla. — Tengo un deseo, al igual que estás personas... quisiera saber si puede cumplirlo —
— Puede que sí, a cambio de un precio justo. Estás en la tienda, y eso significa que hay algo que necesitas aquí. Estabas destinada a llegar a este lugar. ¿Qué es lo que deseas? —
La chica se toma unos segundos para pensar, toma un suspiro algo pesado y junta sus manos.
— Quiero... quiero hacer un viaje, para ser alguien mejor, alguien que haga orgullosas a las personas que amo. Si puedes cumplir eso, es todo lo que deseo —
Discretamente, Fye observa la situación y Kurogane presta atención con curiosidad, mientras la bruja escucha atentamente.
— Entiendo... deberás acompañar a estos chicos. Su camino es el mismo, están cruzados. Sin embargo hay un precio a pagar, algo importante para ti. ¿Estás segura de esto? —
Ella no podía echarse para atrás, ya no. Tenía que cumplir su palabra, no podía regresar. No quería decepcionarse a sí misma, no otra vez, y definitivamente, aceptó su nuevo camino.
— Completamente — dijo la chica.
Yuuko analizó a Shirome con detalle, en especial una de las pertenencias que llevaba. Una bolsa de cuero algo gastada, de la cual salía una onda mágica muy fuerte.
— El precio será ese diario que llevas contigo —
La joven se congela por un momento, preocupada y asombrada a la vez. Ciertamente llevaba un diario consigo, una aparente simple libreta que debía llevar con ella siempre. Pero la idea de entregar algo así de importante realmente no había pasado por su cabeza. — E-espere! — Titubeó. — ¿No hay algo más que pueda dar? No puedo entregarle esto... —
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They Raise Me Up
Fiksi PenggemarUn nuevo personaje se une al grupo de viajeros de Tsubasa Reservoir Chronicles! Una chica llamada Shirome que llega a la tienda de La Bruja de las Dimensiones, sin conocimiento de por qué está ahí. Todo aquel que llega a la tienda tiene un deseo, y...