They Raise Me Up

3 - Marcas e hipótesis

Una batalla estaba por estallar y los viajeros se encontraban en medio de esta. El grito de una chica fue escuchado en aquel lugar, incluyendo el murmullo y quejas de la gente que pasaba por ahí. Tanto alboroto se debía a un grupo de varios chicos, vistiendo suéteres negros, bufandas y goggles, mirando abajo desde la azotea de un edificio cercano no muy alto. Parecían tener ganas de pelear, se notaba en sus sonrisas. Sin embargo había otro joven en el frente, también sonriente pero de aura más serena he imponente.

No tardaron en aparecer los contrincantes del anterior grupo, que parecían molestos y mucho más alterados. Un hombre gordo y sin cabello  gritó al equipo contrario. — ¡Esta vez acabaremos con ustedes! ¡Este barrio será nuestro! —

El líder del equipo amenazado sólo sonrió, dándole un pulgar abajo al joven que había gritado. Mientras tanto, el grupo de viajeros observaba la situación desde el puente, con suerte no en la probable línea de fuego. Fye miraba casualmente pareciendo muy relajado para la situación. 

— ¡Están peleando por territorio otra vez! — gritó un señor cerca del puente.

—Ya se me hacía extraño que no hubiera guerras entre los países. Al parecer tienen esto en su lugar —menciono Shirome al oír las quejas de la gente, preocupada por la situación. No parecía que hubiese otra alternativa a una batalla, ambos bandos estaban muy dispuestos a pelear. Entonces sin previo aviso, el equipo de los chicos de goggles dio un salto, dando el primer ataque.

— ¡Maldito, solo porque posees un kudan de alto nivel! ¡No seas arrogante! — grito el mismo hombre de la amenaza. Los viajeros prestaron más atención al escuchar aquella palabra, Syaoran parecía haber sentido algo, pues posaba su mano en su pecho, confundido.

Para su sorpresa, ambos equipos liberaron con el movimiento natural de su cuerpo una energía muy fuerte, la cual se transformó en criaturas brillantes de distintos tamaños y especies. Rayos y disparos salían de estos animales, atacando al bando contrario.

— ¿Esas cosas son los kudan, huh? —mencionó Kurogane, observando con detalle la batalla.

— Es por eso que nadie veía raro a Mokona — Agrego Fye, sonriente y aún bastante relajado. La morena escucho esto y recuerda que no había visto a Mokona desde que la pelea había comenzado, preocupada comenzó a buscar con la mirada a la bolita esponjosa, sin éxito. Había demasiada gente y ruido para poder encontrarla.

Entonces, un disparo suelto llego cerca de los viajeros, a un lado de Shirome, casi rozándole el brazo pero pasando de largo, dejando una marca de impacto en el suelo. La joven había reaccionado a tiempo, esquivándolo, pero la sensación de adrenalina había llegado. Observaba alerta la batalla, preparada por si otro rayo salía en su dirección. Sin embargo, comenzó a sentir un frío inusual. Mientras más observaba más lo sentía, aquel frío invadía sus hombros y sus manos, incluso su interior. Justo como en su sueño. Apretó los puños, respirando lentamente para controlarse, pero era difícil.

Mientras tanto, una criatura algo más grande había hecho aparición tomando camino hacia el líder de goggles para darle un ataque directo, pero no sería suficiente. Aquel joven estiro su brazo hacia arriba, invocando una energía, formando una criatura aún más grande, con la hermosa forma de una manta ralla azul, del doble de su tamaño. Sin dejarles una oportunidad, el kudan forma una gran cantidad de agua, lanzando está con fuerza a sus enemigos, arrastrándolos fuera de su alcance. Sin embargo se había salido de sus manos, pues un chico inocente había sido arrastrado por la corriente en medio de la línea de fuego.

Una segunda ola se forma, a punto de lastimar a aquel chico, que ahora estaba acompañado de un niño, el cual lo cubría. — ¡Cuidado! — Grito Syaoran, saltando a la pelea en ayuda del niño sin pensárselo dos veces. Llego a tiempo de cubrir a ambas personas del ataque, preparado para recibir el impacto, sin embargo algo inesperado sucedió. Una gran masa de fuego ardía alrededor del chico, evaporando toda el agua que iba a impactarles, llamas brillantes salían de Syaoran, hasta darle forma a un animal. Parecía la mezcla entre un lobo y un zorro, con un cuerno largo y de punta afilada en la frente. Lleno de fuego, se posó frente al joven arqueólogo observando el líder del kudan acuático, posicionándose como un escudo.