Día 2: AU / Citrus

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La joven rubia dudó un poco antes de girar la perilla de la entrada. Se sentía desorientada y aturdida por todo lo que estaba pasando en la vida de Vagatha y cada decepción que debía atravesar, siempre aparentando ser inquebrantable y fuerte. A pesar de todo, no quería dejarla sola.

A pesar de lo fría que podía ser, algo en su corazón hacía que no pudiera alejarse.

— Voy a entrar.

Se armó de valor para atravesar la puerta y giró la perilla. Ingresó y cuando dió algunos pasos hacia adelante, acomodó levemente su uniforme escolar y sus largos mechones de cabello rubio. Estaba nerviosa por estar con ella a solas en esa clase de situación, tampoco sabía cómo lidiar con su pena o su dolor. Pero quería que supiera... Que siempre iba a estar para ella.

Vaggie estaba sentada en la punta de la cama y la habitación estaba cubierta de penumbras. Le daba la espalda, emitiendo un aura lúgubre y muy desolada.

Todo se ha terminado. Mi padre, a quién admiraba por ser tan estricto y talentoso...

La morena comenzó a hablar sin moverse ni un poco, Charlie se sorprendió al escuchar esa voz femenina y dulce de una forma quebrada y dolida. No era la Vaggie que acostumbraba a ver o escuchar. Y sentirla de esa forma... Le rompía el corazón.

Él me colocó en esta academia incluso por arriba de su propia felicidad. Quiero a ese padre de nuevo. Yo... Quería proteger el lugar al cual mi padre regresaría algun día.

La morena inclinó su cuerpo y a pesar de que Charlie no podía verla, enterró su rostro entre sus manos y se cubrió con vergüenza. Sus hombros temblaron por la inestabilidad de sus emociones y por todo el dolor que sentía. El único vínculo por el cual seguía estando cuerda y el único motivo que tenía para poder vivir y seguir adelante, era su padre. Y él ya no era la misma persona que antes.

La rubia se acercó a paso acelerado y tomó asiento detrás de su cuerpo, percibía la forma en como se hundía en esos pensamientos terribles y pesimistas y no podía permitir que se auto destruyera de esa forma. La quería y necesitaba calmar su dolor de cualquier forma.

¡Vaggie! ¡No trates de hacer todo por tu cuenta!

Si necesitaba ayuda, podía acudir a ella. Si quería llorar, Charlie siempre le brindaría sus brazos y un cálido abrazo para protegerla. Vagatha no estaba sola, mientras que existiera nunca la dejaría sola de nuevo.

Entonces, ella se giró hacia atrás para encarar a Charlotte. Su cabello gris cubría en totalidad su ojo derecho, mientras que el izquierdo largaba lágrimas sin parar. Su rostro era la amargura propia, también confusión y desamparo. Estaba vulnerable y rota ante alguien como Charlie y detestaba que fuera así.

¿Qué mas debería hacer para proteger la academia? He vivido por mi padre, ¿Qué se supone que debo hacer ahora?

De pronto, Charlie se quedó petrificada al contemplar ese rostro cubierto de lágrimas. La belleza del brillo rosa en su orbe, la delicadeza con la que las lágrimas mojaba su suave piel y como sus labios temblaban por la rabia, el dolor y la falta de esperanza en ese mundo. Se quedó atónita, casi dudando de que alguien tan hermosa y perfecta como ella existiera en primer lugar.

Vaggie...

La morena frunció el ceño y se abalanzó contra la contraria, tomó su rostro con una mano y le encajó un sorpresivo y repentino beso en los labios.

Charlotte tembló y con sus mejillas ardiendo como fuego, cerró sus ojos y disfrutó del contacto húmedo y caliente de ese beso. Vaggie la sostuvo de la espalda y profundizó el beso, lamiendo el interior de su boca y separándose un poco para morder su labio inferior. La rubia suspiró débilmente sin abrir sus ojos, su falta de experiencia la hacía sentir tímida y sensible ante alguien tan imponente como ella.

Pero Vagatha no tuvo compasión en ese momento, la recostó sobre la cama y se le subió encima. Ambas llevaban los uniformes escolares de su academia y la morena aprovechó esto para poder abrir las piernas a cada lado de la cintura de la contraria sin problema alguno. Esos rápidos movimientos hicieron que el corazón de Charlie comenzara a palpitar muy rápido, se asustó y la observó agitada y sin saber cómo reaccionar.

¡Vaggie! Espera...

— Hay cosas que quieres hacer conmigo, ¿No es así?

Se acercó a su cuerpo, comenzó a acariciar su cintura por debajo de su camisa y finalmente, acercó sus labios hacia el delgado y fino cuello de la rubia. Lamió de abajo hacia arriba, logrando que cerrara sus ojos avergonzada y que sus piernas temblaran ante las claras sensaciones que la sacudían.

La rubia gimió y se sostuvo de los hombros de Vaggie, pero su agarre comenzó a perder fuerzas poco a poco, ya que ella estaba lamiendo y besando aquella zona tan sensible y la hacía bajar sus defensas en totalidad. Se sentía bien... Nunca una mujer la había tocado de esa forma, ninguna mujer había sujetado sus caderas y besado su piel o sus labios. Las sensaciones eran muy extrañas, su piel ardía y comenzaba a sentir que su temperatura estaba subiendo.

— ¿Me aceptarás?

— Vaggie...

Volvió a gemir sobre la cama y con la poca lucidez que sentía, abrazó la espalda de la morena y enterró sus uñas sobre la tela de su uniforme. Vagatha sonrió confiada al sentir su forma de suspirar y de retorcerse de placer ante unos simples roces. Quiso ir más allá, introdujo su mano por debajo de su camisa y por su sostén, sus delgados dedos comenzaron a jugar con sus senos blandos y tiernos.

Charlie gimió sorprendida y abrió sus ojos fuera de si. Vaggie estaba masajeando sus pechos directamente y la punta de sus dedos estaban rozando sus pezones. Se estaba derritiendo... Gimió dulcemente, cerró sus piernas con fuerza y dejó caer su cabeza hacia atrás. Cuando sujetaba sus pechos se sentía demasiado bien...

Eres tan sumisa... fue tan fácil.

Susurró la contraria al costado de su rostro, lamiendo un poco su lóbulo y respirando en aquella zona tan suave y sensible. Pero la rubia se agitó aún más, estaba jugando con ella. Era humillante y vergonzoso, porque quería que la tomara pero al mismo tiempo... Odiaba que se aprovechara de su inexperiencia y su debilidad. La forma en como la subestimaba y siempre la trataba como si fuera una inferior.

Seré gentil. Es tu primera vez, ¿Verdad? 

La mente de Charlie volvió a la realidad cuando Vaggie le regaló una sonrisa burlona y deslizó una mano por debajo de sus piernas. Estuvo a punto de ingresar por debajo de su ropa interior y de sobrepasar el límite. Aquella sonrisa que solo la rebajaba... le hacía entender que solo era una broma para ella.

Que no había ninguna clase de sentimiento o profundidad en eso. Que solo la estaba usando.

La rubia la apartó sujetando sus hombros bruscamente y le volteó el rostro de una fuerte y violenta bofetada que retumbó dentro de la habitación.

Vagatha retrocedió completamente aturdida y en shock. Se sostuvo la mejilla y observó atónita a Charlie, quien se sentó en su lugar y comenzó a derramar lágrimas mientras le dirigía una mirada repleta de furia y decepción.

No me subestimes. ¿Acaso no piensas en mis sentimientos?

La desafió sin titubear y esa clase de actitud fuerte y decidida dejó perpleja a la morena. Jamás pensó... Que Charlie fuera una persona fuerte. Pero tenía mucha más actitud de la que había demostrado antes.


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Basado enteramente en el anime Citrus✊🌟

# Chaggie WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora