Día 6: Rutina

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¡Buenos días, linda!

La rubia gritó muy fuerte a eso de las nueve de la mañana. Y Vaggie abrió su ojo lentamente a un costado de ella. Se acurrucó dentro de las sábanas y la miró somnolienta y cansada. Sin embargo, Charlie se le arrojó encima con una gran sonrisa y comenzó a agitarla y a molestar lo suficiente para que se despertara por completo.

¡Charlie!

Su novia se cubrió la cabeza con una almohada rosa. Y la princesa se la quitó de inmediato.

Prometiste que despertarías temprano así podríamos aprovechar nuestro día libre juntas~.

La abrazó desde atrás, su pijama holgado de colores claros la hacían ver quizás más pequeña de lo que parecía. Vaggie se sentó en su lugar, haciendo que la contraria se apartara y se le quedara viendo sin borrar su linda sonrisa de su rostro. La morena se quitó las sábanas de encima y dejó en vista su pijama de una pieza, un vestido corto y negro, bastante sexy para dormir.

Mm... Está bien, cariño. Déjame prepararte algo de café.

Mencionó acomodándose sus revueltos cabellos grises y tratando de amarrarse el cabello. Siempre era un desastre cuando se levantaba aunque entre ellas había la confianza suficiente para verse de esa forma.

Charlie se emocionó mucho de solo pensar en que podrían pasar todo el día juntas simplemente cocinando, viendo películas y hablando. A pesar de que eran una pareja, también eran mejores amigas.

Volvió a sentirse demasiado feliz y se le arrojó encima bruscamente, logrando que Vaggie se desplomara contra el colchón por tener la guardia baja.

Lo siento. Es que te extraño tanto y amo mucho tenerte para mí sola.

Se aferró en un abrazo fuerte, se acercó a su cuello y besó su piel cálida. Vagatha abrió su ojo sorprendida y jadeó ante ese contacto húmedo en una zona tan sensible. Charlie sabía que ese lugar era su debilidad...

N-ngh...

— Eres muy sensible, me gustas mucho~.

Comenzó a morder un poco su costado, Vaggie contrajo su cuerpo y volvió a suspirar, esta vez cerrando su ojo y temblando sin oponer ninguna clase de resistencia. Cuando Charlie tenía el control, siempre sabía dónde debía tocar o lamer para hacerla sentirse bien.

El desayuno...

— Eso puede esperar.

Deslizó una mano por su cintura y levantó parte de su pequeño vestido. La rubia comenzó a besar parte de su piel expuesta y a partir de ese momento, solo pudo escuchar sus suspiros y sentir la forma en como su cuerpo se estremecía cada vez que bajaba más y más .

# Chaggie WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora