Hace mucho tiempo que quería hacer un reto como éste, y cuando me encontré la lista en facebook, al fin me animé💞 capaz que hago una versión GinGon también😳
Espero les gusten mis riatadas hot💞
Hacía un calor infernal. Sus cuerpos sudaban y el aire no les enfriaba suficiente aun cuando estaban casi completamente desnudos. Parecía que sus paletas se derretían rápidamente y la soda helada se calentaba de manera molesta. Leorio juraba que si dejaba un par de segundos un huevo bajo el sol, se cocería instantáneamente.
Okay, tal vez exageraba un poco, pero; recalcando el hecho de que hacía un horrible calor, ¡¿cómo era posible esto?!:
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—Maldición, me dan calor.
—Ah, qué bien.
Un gruñido emergió de su garganta, ese chiquillo albino no le tenía una pizca de respeto. Gon sonrió divertido, y parecía que ese dúo se burlaba de él al simplemente pegarse más. Kurapika sólo suspiró y sorbió lo que quedaba de su bebida.
No pudo evitar mirar hacia la ventana, donde podía apreciar la calurosa tarde y la hermosamente dorada luz del sol. Las calles ligeramente concurridas parecían deformarse ante sus ojos. Era una bella vista, sin duda, pero las gotas de sudor bajando por su frente, cuello, hombros, piernas, y todas partes le gritaban lo contrario.
—El sol brilla de manera preciosa —fue un comentario que simplemente surgió de la nada, sin pensarlo demasiado.
Es entonces, que un sonido crujiente y tosco llamó su atención, haciéndole volver la vista hacia sus amigos, abriendo los ojos hasta que casi salen de sus cuencas cuando apreció a Killua apuntar con un arma.
—Nada brilla más que Gon.
—¡M-mierda, Killua! ¡¿De dónde sacaste eso?!
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—Demonios, el ventilador se descompuso —maldijo Leorio, golpeando un tanto tosco el aparato—. ¿Por qué compraron esta chatarra? Son cazadores, podrían obtener una mansión con aire acondicionado en un par de misiones, si no es que ya tienen el dinero para hacerlo.
—Una mansión sólo para dos personas suena vacío —dijo Gon con un puchero, sacando la lengua, para después lamer lo último de su helado y devorar el barquillo.
—Si viniste a nuestra casa de la nada como si fuera tuya, no es para que te estés quejando —y ahora los comentarios socarrones de Killua, sonriendo burlón cuando vio la cara graciosa de molestia en el más grande—. Deberías aprender de Kurapika, él es educado.
—Cállate, iré por un nuevo ventilador o algo —los ojos del albino se abrieron un poco en sorpresa al ver la molestia del rubio.
—Uy, parece que el calor lo pone delicado.
—¡Suerte, Kurapika!
Terminó por alzar los hombros cuando lo vio ponerse su camisa y salir de la habitación, para después ir a la cama donde yacía Gon y echarse a su lado, abrazándolo.
Leorio se quedó viendo la puerta abierta hasta que Kurapika desapareció, para después mirar al par de adolescentes casi adultos y quedar así un buen rato.
—¿De verdad no tienen calor?
—¿Uhm? Estamos acostumbrados a las altas temperaturas.
Tras las palabras del chico, pudo ver brevemente las miradas cómplices que se dedicaban, escuchando las pequeñas risitas traviesas. No pudo evitar ruborizarse suavemente.
—¡Okay! No quiero saber más —y así, agarró su camisa y desapareció al cruzar la puerta mientras intentaba ponerla, esperando alcanzar a Kurapika.
Y el par de varones restantes, sólo siguió ahí, compartiendo sudor y tocando piel con piel mientras se abrazaban amorosamente, importándoles nada estar derritiéndose.
