cachorros ꗃ minsung

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— ¡Hyunjin...!

— Déjalo, no lo lastimará —el castaño se acerca a su omega y lo atrae hasta él para enrollarlo en brazos y evitar que interfiera, mira de soslayo a Seungmin y este, comprendiendo lo que quiere transmitirle, abraza igual a Jeongin.

— Seungmin, basta. ¿Qué está pasando? —se inquieta Jeongin.

— Minho ha conseguido pareja —balbucea Seungmin en respuesta.

— ¡¿Qué?! —grita Changbin.

— Shh, amor, calma. Hey, mírame, ¿ves? Calma mi vida.

— No mi bebé —susurra sobre los labios de Hyunjin con voz entrecortada.

— Minho no lo lastimará, él no es así —intenta tranquilizar Jeongin desde los brazos de su alfa. El otro asiente escuchando las palabras y tratando de creerlas.

Todo se sume en un repentino silencio. Minho está aún gateando queriendo acercarse al más pequeño, quien a cada movimiento del peligris, retrocede dos.

Intenta acercarse de nuevo colocando sus manos juguetonamente en las pantorrillas de Jisung y este palidece. Minho esboza una sonrisa con todos sus caninos y muestra que su lobo está buscando jugar. Su colita se mueve ansiosa y la nariz de Minho sigue olfateando de un lado a otro y, como Jisung está preso por las manos contrarias, no le queda de otra que mirarlo hacer todas esas cosas.

Entre tanto toqueteo, Minho cae en las rodillas del ébano y descansa un momento ahí.

— Papi... —intenta decir Jisung, alzando sus brazos hasta su papá. Pero ese movimiento hizo activar de nuevo los sentidos de Minho y lo mira con sus orejas bien despiertas. Vuelve a meter su nariz en varios lugares y entre ellos se aventura a abrir las piernas del pelinaranja, mete su cabeza pegando su nariz en toda la pequeña entrepierna de Jisung, aspirando desesperado. El más pequeño chilla en jadeo "¿Qué tiene? ¿Por qué hace eso?" Piensa atemorizado con un furioso sonrojo.

Finalmente, luego de un rato teniendo al intruso entre sus piernas husmeando desvergonzado en esa zona en la que sus padres le habían dicho que era especial e intocable, gruñe llamando su atención.

— H-Hey, yah~ —Minho se levanta y ríe coqueto al igual que emocionado.

— Hola, mi nombre es Minho y te quiero conmigo —besa su frente y ríe, acto que hace sonrojar tanto a Jisung que baja la cabeza, temiendo que sus padres y los otros lo vean así.

— ¿Ah? —el peligris ignora el desconcierto de su pequeño y se coloca a horcajadas de él. Jisung no se resiste, su estado sumiso está derretido ante el mayor y no refunfuña.

— Me gustas, tu olor me gusta mucho y por alguna razón no quiero que estés lejos de mi. Por favor, quédate.

— Pero..., yo...

— Haré lo que sea, cazaré por ti, pelearé por ti, te cuidaré y no voy a dejar que nada te falte —Minho coloca ambas manos a los costados de la cabeza de Jisung, acercándose más a él.

— Eres solo un cachorro, no puedes ofrecer tanto —responde Jisung con las mejillas sonrosadas. La verdad es que le anima todo lo que el peligris le dice pero tiene miedo, no está acostumbrado a que lo cortejen y es que de hecho eso no debería pasar hasta dentro de una década más o menos.

Minho aproxima su rostro hasta el de su pareja, cosa que hace aún más nervioso al pelinegro pero mantiene sus ojos fijos en los de Minho. De modo que el peligris pega su frente susurrándoles algo demasiado comprometedor:

— Soy tuyo, te entrego mi vida.

Todos palidecen repentinamente. Esas palabras son algo muy delicado en cuanto a la pareja se refiere, es algo que se dice normalmente cuando ambos lobos están casados o bien esperan un cachorro. Pero escucharlo de la boca de Minho es algo desconcertante para todos los presentes.