Epílogo

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Minho entró como caballo desbocado y se lanzó de una vez encima de Jisung. Intentó aplacar las exigencias carnales de su lobo y se dedicó a adorar a su novio.

— Jisung... —susurró.

— Minho, mgh~, por favor —suplicó expulsando más lubricante natural.

— No quiero lastimarte.

— No lo harás —Jisung se veía y sentía una fiebre descomunal, mas él no estaba afectado por tal cosa puesto que esa fulana fiebre era uno de los motores de su súplica tan desesperada, sentía calor, vaya que sí, pero en otros ciertos lugares—. Solo... no aguanto ya, por favor —lloriqueó de placer.

Minho perdió casi todo rastro de cordura y dejó libre las objeciones de su lobo solo por unos momentos.

Le quitó la camiseta a Jisung desesperadamente y con algo de torpeza, jaló los pantalones y los bóxers en un solo movimiento y vio que tanto uno como el otro estaban empapados con el líquido proveniente de Jisung.

El pelinaranja suspiró con alivio y levantó sus caderas en agradecimiento.

Minho quería que la primera vez de ambos fuera especial, pero de cierta forma le costaba mucho por lo dominante que su lobo era por naturaleza.

Se aproximó a él y estampó sus labios contra los suyos, entregándolos en una danza compleja, llena de amor y lujuria. Minho recorrió toda la extensión de la cara del pelinaranja, pasando por su mandíbula y cuello.

Jisung jadeó gustoso y enrolló sus piernas en la cintura del peligris, ocasionando que su húmeda entrada chocara con la punta del miembro de Minho por encima del bóxer.

— Ahh, Minho~

— Hannie —lo miró apenado—, perdón si no logro controlarme pero es que... —gruñó fuerte.

— N-No te preocupes, dame más.

Minho consintió los botones rosados que Jisung tiene por pezones, los lamió, besó, jaló y mordisqueó hasta más no poder. El menor no podía controlar sus gemidos y palabras sexuales. Jisung giró sobre el peligris quedando así a horcadas de él, tomó el borde del bóxer y fue bajándolo lentamente, deleitándose con la vista prominente del miembro de Minho.

Luego que se deshizo de la ropa interior, apresó el falo y con un lento comienzo, Jisung empezó a estimularlo de arriba a abajo.

— Ahh, por favor Jisung —suplicaba el lobo, Minho enloquecía por las caricias de su chico, arqueaba su espalda y soltaba gemidos roncos.

— Se ve tan... delicioso —acotó embelesado por el miembro de Minho quien se sentía desfallecer al descubrir ese lado atrevido que tenía su omega. Sus labios se dirigieron hasta la extensión y succionaron como si fuera una pajilla por la que se obtiene líquido, que de una forma u otra sería su objetivo.

— Ahh, mgh~ Ji-sung... —jadeaba el peligris sintiendo sus piernas temblar de placer.

— Tfe quiefo pofrar —dijo con el pene en la boca, cosa que hizo al peligris ahogarse en placer esperando que se viniera en su boca.

Poco tiempo después de realizar movimientos tan excitantes y lujuriosos con su lengua, sintió las manos de Minho adherirse a sus cabellos para atraerlo más cerca.

Ya iba a venirse.

Y en efecto, segundos después todo el semen de Minho se disparó directo a su garganta. Una sonrisa apareció en los labios del pelinaranja tragando hasta la última gota, a excepción de una que se escurría desde su comisura izquierda y se perdía en el comienzo del cuello.

cachorros ꗃ minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora