You should see me in a crown [TrueWos]

Capítulo 4

—Dah, en serio, basta, che. —se quejó Spallati, a lo que Mauro y yo reímos, separándonos de a poquito.

—No es mi culpa que tu novio bese tan bien —espeté, recibiendo una mala mirada de Matías—. Además, él no se niega. —me defendí, lavándome las manos.

—Tenes razón, perdón, es que tengo debilidad por los chicos con labios de petero. —dijo Monzón, a lo que tanto Ignacio como yo lo miramos completamente indignados, mientras el reía.

—Encima de gorrearme justo en frente mío, me insulta, así no se puede. —se quejó Matías, a lo que Mauro rio, levantándose a darle piquitos en los labios, como siempre que Ignacio fingía estar molesto porque nos besáramos.

Aproveché mi momento de tercera rueda para revisar mi celular, notando que tenía varias notificaciones.

—Bueno, dale, hay que seguir con el trabajo. —dijo el platinado, al parecer sentado ahora sobre el regazo de Nacho.

Pero no presté atención a lo que dijo y menos a lo que hacían, teniendo mi vista centrada en el celular.

—Eu, tierra llamando a enano. —dijo Matías.

Levanté la mirada y sonreí.

—Si, perdón, estaba viendo algo que me envió Valen. —mentí, sonriendo y apagando el celular.

—Mas chus ustedes dos. No sé porque todavía no son novios. —dijo Monzón.

—Es muy pronto. —dije simplemente.

Notaron que no quería hablar del tema, así que solo nos pusimos a hacer el trabajo.

[...]

—Mateo... —llamó Valentín, pero lo ignoré, siguiendo mi camino por el pasillo. — Mateo... —volvió a llamar, pero apuré el paso— ¡Mateo! —me jaló del brazo, obligándome a detenerme y a mirarlo a los ojos.

—¿Qué pasa? —pregunté, tratando de aparentar normalidad.

—¿Cómo que qué pasa? Ignoraste mis mensajes durante todo el fin de semana, no contestaste mis llamadas... Y no sé por qué. —espetó con molestia.

—Porque me ibas a preguntar sobre eso, y no quiero hablar de eso. —respondí, casi gruñendo.

—¿Te referís al video que tiene todo el colegio donde estás haciéndole un pete a mi primo? —preguntó, con tono irónico— Porque lamentablemente vamos a tener que hablar de eso. —me dijo, con el rostro serio.

—No hay nada que hablar, Valentín. —respondí secamente.

—¿Cómo qué no? Hay mucho que hablar. —dijo molesto.

—No, no hay nada que hablar, Valentín. Vos y yo no somos nada. Le puedo hacer un pete a quien quiera y acostarme con quien yo quiera —dije, notando como su expresión empezaba a cambiar, al igual que su agarre en mi brazo—. Igual que vos. Aunque vos no tenes que estar soltero para hacerlo, ¿O me equivoco? —pregunté, con tono divertido— Y si estás preocupado por mí, tranquilo, en mi anterior colegio también me pasó, ya estoy acostumbrado. —me terminé de zafar de su agarre y lo miré a los ojos fijamente y con frialdad— ¿Algo más que me tengas que decir? —pregunté, y tras recibir una ligera negación, me fui al salón de clases, tratando de no derramar las lágrimas que se me habían acumulado al darme vuelta.

[...]

Pov. Valentín

No llores. No llores. No llores. No llores. No llores.

No importó cuantas veces me lo repetí, las lágrimas empezaron a caer.

Sentía la mirada de las personas en el pasillo, por lo que me fui rápidamente al baño, lavando mi rostro para tratar de dejar de llorar.