Lluvia de noviembre

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Pasaron los días llegué a conseguir un trabajo estaba juntando dinero para ingresar a la universidad, Jael optó por ayudar a su padre en su taller fue tanto el gusto que le agarro que decidió estudiar electrónica, su hermana quedó embarazada, fue un balde de agua fría para su familia, pero al final terminaron aceptandolo, su madre tuvo problemas de salud le detectaron cáncer, Jael empezó a buscar un trabajo donde ganará un poco más para poder ayudar a su mamá fueron semanas donde nos veíamos muy poco, él me iba a recoger al trabajo, me invitaba a comer, pasábamos momentos agradables.

Pasó un mes había juntado algo de dinero y mis padres me ayudaron con el resto para ingresar a la universidad, me aconsejaron que la carrera de medicina era complicada que pase lo que pase siga para adelante.

-Hola, ¿Cuál es tu nombre?
-Camila.-contesté.
-Un gusto me llamo Amanda desde hoy te declaro como mi amiga de juergas y compañera de la vida universitaria.-sentándose junto a mí en clase.
-Jajaja.-soltando una carcajada.
-La universidad no se compara en nada al colegio ya te darás cuenta.-respondió.
-Me imaginó.
-Y cuéntame de ti, mientras esperamos al profesor.-preguntó curioseando mi privacidad.
-Bueno, cumplo 18 este año, trabajo medio tiempo y tengo enamorado.
-Chica responsable me gusta eso, mi vida es más simple, mis padres viajan, soltera y hago lo que quiero.-sonriendo.

El profesor ingresó empezando las clases.

Me sentía emocionada era mi primer día y tenía una amiga. Finalizó la clase debía ir a imprimir mi horario me fui conversando con Amanda, se podría decir que le conté de más y especialmente de mi enamorado.
En el pasillo nos encontramos a las populares pensé que solo existían en las películas, nos saludan y nos dan un folleto.

-Camila la universidad organizará una fiesta de bienvenida para los nuevos estudiantes y estamos completamente invitadas.-Amanda emocionada leyendo el folleto.
-Genial, suena bien.

Me gustaba la idea tener más vida social sería bueno, Amanda se fue a la biblioteca por un libro mientras yo imprimía mi horario aproveche en llamar a Jael contándole como me había ido en mi primer día y saber de él e invitarlo a la fiesta que organizará la universidad, pero no le gusto la idea y tampoco quería que yo asista, discutimos, fue la primera vez que no traté de solucionarlo, simplemente colgué...

-Camila ya tengo el libro, vamos a la siguiente clase.-mostrándome el libro de anatomía.
-Claro, vamos.-respondí desganada.
-¿Qué pasa contigo? Y esos ánimos.
-Problemas en el paraíso-respondí sarcásticamente.
-En el infierno será.-refiriéndose a mi relación.
-No te cae ¿verdad?
-Por todo lo que me has contado de él en menos de un día no lo apruebo, pero si eres feliz ni modo lo respeto, por cierto ¿vas a ir a la fiesta de bienvenida?-preguntó.
-Quizá...
-Camila si es por él en serio me decepcionas.
-No... bueno si lo es.-respondí avergonzada.
-Mi hermano me está llamado tengo que contestar la llamada esperó que vayas el sábado y por favor si él no quiere venir contigo que se joda.-contestando la llamada y apartándose a un lado.

Terminó mi primer día de clases, intercambie número con Amanda para coordinar de nuestros horarios, teníamos clases diferentes y así se nos fue la semana.

Por primera vez después de mucho tiempo había pasado días sin comunicarme con Jael, pero me di cuenta de que si yo no lo llamo a él simplemente le daba igual decidí mandarle un mensaje pues quería rescatar si es que aún no se había perdido esta relación.

«Jael, podemos conversar»

No respondió, llegó el sábado y pues mandé al diablo su mensaje si no me quería hablar que se vaya al diablo.
Me vestí con mis mejores trapos (los únicos que tenía) intentando encajar en esta nueva etapa.

Un amor infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora