Capítulo 5

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Unos días después.

El día de la coronación había llegado. Alex había descubierto que era agradable pasar tiempo con Luana y Kieran. Le había sorprendido que Kieran fuese tan amigable y divertido. Pero sobre todo era muy inteligente. Sentía como si Kieran vivía en otro mundo lleno de libros el cual solo compartía con su hermana y se sentía feliz porque a él también le había accedido la entrada a su mundo.

Se puso su traje azul oscuro, el color de su país. Cuando revisó que todo estaba en su sitio se dispuso a salir de su habitación. Abrió la puerta y según lo hizo se topó con una mujer de cabello castaño recogido en una corona de trenzas y sobre el peinado llevaba una corona de oro blanco con pequeños diamantes decorando todos sus alrededores. La mujer llevaba un vestido largo con un cancán prominente, del mismo color del traje de Alexander. En la parte superior del vestido tiene pequeños detalles brillantes. Sobre su traje llevaba una banda con la bandera de Narslow.

- Estás preciosa mama- dijo Alexander con una sonrisa en los labios.

-Gracias hijo, tú tampoco estás nada mal- ambos se rieron. - Aunque yo ya no estoy para mucha fiesta.

-Claro que si mama- entonces hizo una pausa y entonces dijo- Hermosa dama, ¿haría usted el honor de acompañarme a la coronación del príncipe Dóminic?

La cogió del brazo y la acompaño escaleras abajo. Allí esperaban más invitados a la coronación. Su madre se alejó para hablar con los adultos. Él se acercó sigilosamente a Kieran que estaba de espaldas hablando animadamente con Luana.

Luana le miro a los ojos y él se llevó el dedo índice a los labios para pedir silencio. Ella lo entendió perfectamente, así que asintió levemente y sonrió.

Cuando llegó detrás de Kieran le puso las manos en la cintura y apretó, causándole cosquillas.

- ¡BUU!- gritó Alexander para asustar a Kieran

No le salió como esperaba, Kieran solo se sobresaltó y se dio la vuelta bruscamente. Alexander esperaba que gritara, pero no se decepcionó. Cuando se dio la vuelta pudo ver como el traje rojo que llevaba se ajustaba perfectamente a su cuerpo y le hacía bastante atractivo. Su mirada pasó de Kieran a Luana que llevaba un traje verde azulado a juego con sus ojos. El vestido le llegaba hasta los pies en los que le podían ver como se asomaban unos zapatos de tacón de aguja del mismo color del vestido, con toques brillantes. En la cintura del vestido se acumulaban brillos que se a medida que avanzabas en la tela de este iban desperdigándose haciendo un efecto de explosión. El escote de su vestido tenía forma de corazón, pero no llegaba a revelar mucho, ya que tenía una rebeca corta del mismo color del conjunto- que le servía para tapar brazos y hombros.

No llevaba mucho maquillaje y su pelo rubio estaba semirrecogido, la parte del pelo que no estaba recogido le llegaba hasta la mitad de la espalda y tenía ligeros tirabuzones y el pelo de la coronilla estaba recogido para que no le estorbara en la cara. Terminaba en una trenza que al final estaba sujeta con un broche de plata a juego con la tiara que llevaba en la cabeza, esta era de plata con gemas del mismo color del vestido.

En el momento en el que Kieran saltó para atrás Luana se empezó a partir de risa y todo el mundo les dirigió una mirada enfada y molesta.

- ¡Alex! - le reprende Kieran con fingido enfado- ¿por qué has hecho eso?

- Bueno...- Alex se lo piensa antes de contestar- Se te veía tan serio y refinado, que no he podido aguantar.

- Yo no soy serio- dice riendo y le da a Alex un puñetazo de broma en el hombro.

-Y... - empieza Alexander- ¿de qué estabais hablando?

Ambos se ponen muy serios al instante. Se miran nerviosos

-Emmm... pues...

Luana le corta

- De lo bonito que está el palacio decorado. - mira a su al rededor- Los jarrones, y emmm... Las paredes. Sí. Los tapices de las paredes son.... estooo... Preciosos

Alexander los mira con cara rara, pero decide ignorar el hecho de que claramente era mentira.

- Muy bien.

En ese momento la gente se empezó a mover hacia la salida.

- Chicos nos vemos allí. Tengo que acompañar a mi madre en la limusina, ya sabéis- dijo Alexander

- Sí, nos vemos

··········

En la limusina Kieran piensa en lo que había pasado en el vestíbulo. Primero Alex le ha tocado la cintura (eso le ha encantado, ha sido un gesto tan familiar y al mismo tiempo se le ha erizado toda la piel. Eso lo ha podido disimular gracias al traje), segundo le ha dado un golpe amistoso a este en el hombro (¿por qué lo habrá hecho?) y tercero, pero no menos importante casi les pilla hablando sobre la Candidatura. Antes de que llegara su conversación había sido tal que así:

-Kiery estás muy tenso- señaló Lu.

-Bueno, por si no lo recordabas mañana empieza el proceso de Candidatura.

-A es cierto, pero no puede ser tan malo. A lo mejor te encuentras a una chica guapa- dijo Lu en un intento de burla.

-Bueno por si no lo recuerdas soy gay- le espetó Kieran, un poco molesto.

-Lo siento tienes razón. Pero siempre puedes rechazarlas a todas.

-Bueno no sé yo...

En ese momento Alex le agarró por la cintura e intentó hacerle cosquillas, pero no lo logro. Eso no evitó que se sobresaltara por su acción y que la habitación subiera de temperatura. ¡Qué bien le queda el traje a este chico! pensó Ojalá no le gustara tanto...

-Kieran ¿nervioso por qué mañana sea el día? - le preguntó su padre y en la limusina.

- Uy, si lo estoy deseando- mintió Kieran.

-Llaveras como te gusta. Al fin y al cabo, dentro de un mes aproximadamente tendrás a quince chicas comiendo de tu mano. Y si necesitas ayuda aquí me tienes- dijo Kalías con una sonrisa un tanto perturbadora.

- Uno eso no hace que me ponga menos nervioso, ...

- Dos las chicas no son un juguete- prosiguió Lu.

- Y tres lo que me pone nervioso es que voy a estar jugando con sus sentimientos- dijo Kieran terminando ese intercambio de puntos en contra del argumento de Kalías.

Tanto el rey como Kalías pusieron los ojos en blanco. El resto del trayecto hacia el lugar donde se celebraría la coronación.

Kieran y Luana se sentaron juntos durante la hora y media que duró la coronación. En el proceso intercambiaban miradas con Alex que estaba en la fila de delante de ellos.

Tras esto se dirigieron otra vez hacia el Palacio de Bellevue. La fiesta se llevaría a cabo en los majestuosos jardines de la familia real. Todo estaba decorado con dorado (simulando amarillo), azul y rojo los colores de la MFA.

Al finalizar la fiesta, volvieron al palacio donde se estaban alojando. Subió a su habitación y se tiró en su cama y pensó en lo bien que se lo había pasado en la fiesta. Se había tirado toda la fiesta bromeando con Alex y Luana. Recordó la risa de Alex, como sus ojos azules como el cielo a punto de oscurecerse se achinaban cuando se reía, sus labios... Se dio el lujo de pensar en todo eso y no en que mañana se acabaría su libertad y nunca más volvería a ser feliz. Nunca podría estar con alguien que le gustase. Nunca podría estar con Alex...

Unas gotas cayeron de sus ojos. No se dio cuenta de que estaba llorando. Intentó reprimir un sollozo, pero no lo logró.

La puerta se abrió con brusquedad y entró Alex:

-Hola...-dijo cuando entró.

Estaba en pijama, ese pijama se ajustaba a su cuerpo de una forma deliciosa, pero ahora pensar en eso solo le recordaba lo que quería y no podía tener. Casi sin darse cuenta Alex corrió hacia él y le envolvió entre sus brazos

- No te preocupes Kier- dijo Alex. A Kieran le sorprendió ese apelativo.

- Kier, ¿en serio? - le respondió intentando mostrarle una sonrisa.

- Tú a mí me llamas Alex así que yo a ti Kier. - dijo Alex lo separo de sí volviéndolo hacia él para que viera su sonrisa. Eso hizo que se calmara un poco.

- ¿Qué te pasa? ¿por qué llorabas?

Kieran no sabía si contárselo o no. Tras sopesarlo un rato decidió que si se lo contaba se sentiría mucho mejor.

- Mi padre ha decidido que según volvamos a Kartos empezará el proceso de la Candidatura. - explicó.

- La Candidatura he leído sobre eso en un libro de costumbres de otros países. Pero no me quedó muy claro que era.

- Es un concurso con el cual el príncipe de Kartos elige novia. Participan quince chicas que conviven conmigo en el palacio y pues tengo que elegir a una. Mi hermano tuvo el suyo y ahora mi padre quiere que tenga yo el mío.

-Y tú no quieres.

- No me parece una costumbre muy antigua y anticuada. A demás se trata a las chicas que participan como un simple complemento que tendría que llevar siempre y no solo eso el jugar con sus sentimientos me parece la parte más repulsiva de todas. - dijo Kieran con seriedad.

A Alex le sorprendió la forma en la que le hablaba Kieran. No se parecía en nada al príncipe que se burló de él en aquella fiesta.

- Además. - continuo Kieran- Es muy pronto para casarme. Mírame. Soy un niño. Solo tengo 17 años.

Ambos se quedaron en silencio

-Qué tal si te doy mi número y mantenemos el contacto- dijo Alex- así me puedes contar como te sientes durante ese rollo de la Candidatura. O simplemente te aburres.

Ambos rieron y Alex le dio su número. De repente Kieran se acordó de la situación. Alex le había escuchado llorar. Qué vergüenza.

-Lo siento- dijo Kieran.

- ¿Por qué deberías sentirlo?

-Es que- empezó- estaba llorando por una tontería y me has oído, has venido y.... Qué vergüenza.

Kieran apartó la mirada.

- Oye, escúchame- dijo Alex. Le cogió la barbilla con una mano y le obligo a mirarle a los ojos. - No importa por lo que estés llorando. Si algo te preocupa, a mí me preocupa. Porque somos amigos. Y eso es lo que significa la amistad.

Amigos. Esa palabra se le clavó en el corazón. Estuvieron durante un rato hablando de cosas amenas hasta que a Kieran se le empezaron a cerrar los ojos.

- Bueno creo que va siendo hora de irme. Buenas noches Kier.

- Buenas noches Alex.

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