Capítulo 4

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Kyungsoo caminó hacia el borde de la azotea y aferró ambas manos a la cerca, algunas lágrimas traicioneras se escaparon de sus oscuros ojos, y allí, solo, con un revoltijo de sensaciones en su interior de las que predominaban el enojo y la tristeza, volvió a recordar el encuentro a solas que tuvo con su amigo de la infancia hace unos día atrás, donde, una vez más, JongIn no le reconoció. Definitivamente le había olvidado.

Flashback

Kyungsoo subió las escaleras que llevaban a la azotea con anhelo y alegría, JongIn lo había citado allí para hablar de algo importante, y el pelirrojo estaba emocionado porque al fin tendría un momento a solas con el moreno, su amigo de la infancia. Tenía tantas cosas que preguntarle, ¿por qué dejó de responder sus cartas y no le escribió más? ¿Por qué le pidió a sus padre que le dijeran que no quería volver a saber de él?, aunque eso ya no importaba porque ahora estaba aquí, había vuelto después de tanto tiempo para cumplir con la promesa que se hicieron de niños.

Cuando subió el último escalón y abrió la puerta, los rayos del sol le cegaron por unos segundos y cuando al fin pudo recuperar su visión se encontró con su amado mirándole con una hermosa sonrisa pintada en sus labios, Kyungsoo realmente había extrañado el lindo hoyuelo que se mostraba cada vez que su amigo le regalaba una de sus radiantes sonrisas, y se encontró sonriendo también.

JongIn…

— Kyungsoo, me alegra saber que no rechazaste mi invitación, me hubiera sentido muy triste si me dejabas plantado cherry. —comentó el rubio haciendo un puchero, el pelirrojo no pudo evitar reír. —Te divierte verme sufrir, eres una cereza muy mala.

— No has cambiado en nada, aunque al principio no pude reconocerte. —comentó el pelirrojo avergonzado. —Has crecido tanto, tu cuerpo es más grande, parezco un niño a tu lado.

— Es que eres un niño, solo mírate ahora, tus mejillas sonrojadas, la mirada baja, jugando con tus dedos, estás nervioso; el brillo en tus ojos y la sonrisa de antes, eres hermoso, como un lindo bebé.

— Ya no soy un bebé, tengo 18 años. —se defendió el menor haciendo un puchero.

— También haces pucheros. Oh Dios, voy a morir de tanta ternura.

— ¡Basta! Me estás avergonzando.

— Nunca creí que me mostrarías este lado tuyo, es que siempre que estoy a tu lado te muestras tan renuente, actúas como si me quisieras lejos de ti, aunque eso solo hace que quiera estar pegado a ti todo el día. —dijo Kai sonriendo. —Bien, la razón por la que te llamé aquí fue para disculparme por haberte golpeado aquél día, de pequeño desarrollé una fobia por la sangre y cada vez que veo el líquido rojo me desmayo. Nunca pensé que intentarías atraparme.

— No lo hice, tú deliberadamente me caíste encima, y el golpe fue tan fuerte que también me desmayé. —habló Kyungsoo con su frecuente actitud acusatoria hacia el moreno. —En cuanto a tu fobia, dijiste que la había desarrollado cuando eras un niño, fue durante tu estancia en Estados Unidos, ¿cierto? ¿Te hiciste daño mientras estabas en rehabilitación? Tus piernas ya están totalmente curadas, ¿verdad?

— ¿Cómo sabes…? ¿Quién te dijo…? Investigaste sobre mí y al enterarte de lo que me sucedió en el pasado te sentiste mal. Por eso has venido aquí, para aceptar mis disculpas y aprovechar el momento para disculparte por tratarme de la forma en la que lo hiciste los últimos días. Me tienes lástima, ¿cierto? ¿Quieres ser amigo del inválido de JongIn? ¡Respóndeme! —exigió el moreno mientras le sacudía violentamente cegado por la cólera.

— Ah… Nini, me lastimas…

Entonces el rubio le soltó y lo empujó lejos de él, la espalda del pelirrojo chocó contra unos tubos que habían recostados a la pared, el golpe fue fuerte pero Kyungsoo no se quejó.

Promise [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora