scenery

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Está en la cocina preparando jugo y café para ella, baila y canta tenue al ritmo de la música de fondo que retumba suavemente en las blancas paredes de nuestra casa.

En las calles repletas de flores
puedo verte hoy también
¿Será posible llevarte siempre en mí?

La miro desde la mesa, encontrar la palabra adecuada para hablar me hace navegar entre la tormenta de mis lágrimas.

—Me pregunto si sabías que sería una hermosa historia.

Niego con el movimiento de mi cabeza. No lo sabía, pero ahora sé que lo escrito fue predecido. Las letras de la canción me decían inconscientemente que llegaría a mis brazos.

—Quiero hacerte mía.

—Puedo crear tu rostro en mí con pequeños pedazos del paraíso.

—Quiero hacerte mía.

Insisto al verla delicada y capaz de llevarme a miles de aventuras sobre el espacio exterior.

Entonces por favor, quédate a mí lado como lo hiciste ayer.

—Soy tuya como la arena del mar, siempre unidos y moviéndose en la misma sinfonía. No tienes que pedir, pues nuestras almas ya están sobre la cama entre las sábanas blancas tratando de no lastimarse por los suaves movimientos que puedes llegar a hacer.

Sonríe y acorta la pequeña distancia tomándome sin previo aviso, sus labios fríos se tornan tibios al tocar los míos.

Se está esforzando. 

Puede, pero no quiere deambular a la siguiente historia.

***

etéreo; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora