❛ 𝗶. 𝗍𝗁𝖾 𝖽𝖺𝗋𝗄𝗇𝖾𝗌𝗌.

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❛ 𓄼 PRIMER CAPÍTULO 𓄹 ៹

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          LA OSCURIDAD. No había nada más que oscuridad. En aquel lugar, la falta de luz no era la mayor de las preocupaciones para cualquiera que se encontrara en su propia oscuridad. Porque algo que con certeza podía decir era que, ese espacio de nada lograba calar sus huesos como nunca le había pasado. Los lamentos y murmullos nunca se detenían, hablándole al oído y rozando su piel como si alguien o algo estuviese a su lado, pero no lo estaba. No había nadie más que ella. Entonces, volvió a afirmar que ese lugar era su propia oscuridad y las voces solo eran eso, voces en su cabeza.

No sabía cómo llegó ahí y si podría salir, lo último que recordaba era ver a Dick sobre ella, sollozando. Durante un periodo, que no supo medir, pudieron ser segundos, minutos u horas en las que pasó sumida en la oscuridad, vagó perdida en ella. Hasta que sintió una mano tocando su pecho, arrastrándola devuelta a la realidad.

Lydia despertó respirando irregularmente, con una mano masculina posada sobre el centro de su pecho. Estaba asustada y confundida de lo que había dejado atrás que tardó al menos un minuto en reparar en dónde estaba.

—Davina, querida —Trigon, en su versión humana, ahuecó las mejillas de la castaña entre sus palmas, admirando su rostro como si fuese lo más preciado de toda la galaxia para él. Lydia no hizo ningún ademán por retirarse, seguía pasmada—. Estás conmigo.

—No soy ella —balbucea. Sus ojos divagan por el suelo sin ser capaz de subir la mirada—. Ella es mi madre.

—Lo sé, lo sé —el hombre, aún de cuclillas, abraza a la chica acariciando su cabello—. Pero son como dos gotas de agua.

—¿Qué...? ¿Qué me pasó? —despacio, se separa de él mirando a sus ojos transmitiendo el miedo en ella.

—Moriste en una de las realidades que les ofrecí —explica el castaño—, así que tu alma viajó a la oscuridad, que es donde las criaturas como nosotros, las oscuras, van al morir. Pero te traje de regreso. No debiste de morir, se supone que era tu realidad soñada y nadie muere en la realidad que ellos mismos crean.

Lydia soltó un sollozo, abrazando sus rodillas. —No era mi realidad soñada —logra formular, temblando.

—¿Qué? —escucha la voz lejana de Rachel, pero no hace amago de ir a ella.

—Me metiste a la realidad soñada de Dick y morí siendo yo, siendo una jodida antiheroína. Yo era la que no encajaba en su mundo perfecto sin superhéroes. Él odiaría eso —rio con sorna, la locura recorriendo su mente—. Por favor, no me dejen morir, no quiero morir. No quiero estar condenada a ese lugar.

—Lydia —ante el llamado de Rachel, Lydia la miró—. Estás temblando —resaltó. Se acercó a ella ayudándola a levantarse.

—La oscuridad...

𝐌𝐄𝐑𝐌𝐀𝐈𝐃 ៹ 𝗍𝗂𝗍𝖺𝗇𝗌.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora